Marco
de Acción
Para la implementación de la Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres (EIRD)
Junio del 2001
INTRODUCCIÓN
En muchas partes
del mundo, los desastres causados por los peligros naturales -tales
como terremotos,
inundaciones, deslizamientos,
sequías, incendios forestales, ciclones tropicales y las oleadas
de tormentas que éstos provocan; tsunamis y erupciones volcánicas-
han causado una gran cantidad de pérdidas, tanto en términos
de vidas humanas como en la destrucción de la infraestructura
económica y social, sin mencionar su impacto negativo en los
ecosistemas frágiles existentes. En efecto, en el período
comprendido entre 1960 y el 2000, se presenció un incremento
significativo en la ocurrencia, severidad e intensidad de los desastres,
especialmente durante la década de los 90. Esta tendencia representa
una importante amenaza al desarrollo sostenible; por lo tanto, la
comunidad internacional debe hacerle frente con un sentido de urgencia.
Mientras los peligros naturales continúan produciéndose,
las acciones humanas pueden incrementar o reducir la vulnerabilidad
de las sociedades ante estos riesgos y los desastres tecnológicos
y ambientales, centrándose en los
factores socioeconómicos que determinan tal vulnerabilidad.
Por ejemplo, el crecimiento de la población y los cambios en
los patrones demográficos y económicos (que han conducido
a una urbanización descontrolada), juntamente con la pobreza
generalizada, han forzado a grandes grupos de población a vivir
en áreas propensas al desastre y en albergues poco óptimos,
de esta manera se incrementa la vulnerabilidad. Por otro
lado, existe un amplio campo de acción para reducir el riesgo
mediante la aplicación
de esfuerzos de prevención y mitigación, basados, por
ejemplo, en la tecnología moderna empleada para pronosticar
el tiempo -en términos de desarrollo de sistemas de alerta
temprana y de la puesta en práctica de mejores planes
de utilización territorial en los asentamientos y las prácticas
de construcción,- siempre y cuando las sociedades se aseguren
de que la aplicación de estas prácticas sea consistente
con las necesidades del desarrollo sostenible.
Estas consideraciones condujeron a que la comunidad internacional lanzara
el Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres
Naturales (DIRDN, 1990-1999), con el propósito de concienciar
sobre la importancia que representa la reducción de los desastres.
La experiencia adquirida durante el Decenio ha impulsado la aplicación
de un cambio conceptual, pasando de la simple respuesta ante los desastres
a la reducción de éstos, recalcando el papel esencial que
juega la acción humana.
La dedicación a la respuesta ante el desastre -que constituyó el área
principal del enfoque aplicado en el pasado- ha consumido grandes
cantidades de recursos, que normalmente serían asignados a los
esfuerzos realizados para alcanzar el desarrollo. Si esta tendencia
persistiera, es probable que las capacidades para darse abasto, tanto
en las sociedades de los países desarrollados como en las de
los países en desarrollo, se agoten. Bajo estas circunstancias, una
alternativa práctica
es promover y apoyar una Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres, al igual que iniciativas realizadas bajo este contexto,
con el fin de permitir que las sociedades puedan resistir
el impacto negativo de los peligros naturales, al igual que de los
desastres tecnológicos y ambientales.
La (EIRD),
en calidad de sucesora de las disposiciones emanadas del DIRDN, está diseñada
para responder a esta necesidad, al pasar de la protección contra
los peligros a la gestión del riesgo mediante la integración
de la reducción dentro del desarrollo sostenible.
Debido a que se tiende a utilizar la prevención y reducción de
los desastres indistintamente, la naturaleza
de la relación existente entre estos dos conceptos debe clarificarse.
En el sentido más estricto del término, se puede considerar
la prevención de los desastres como la adopción de medidas
dirigidas a evitarlos, lo cual no siempre es posible. Por otra parte,
si se interpreta de forma más minuciosa el término de
reducción de desastres, éste abarca las medidas a ser adoptadas
para reducir o limitar la severidad de ellos. Sin embargo, en
el sentido más amplio de la expresión, la reducción
de desastres incluye todas las medidas diseñadas a evitar o
limitar el impacto adverso de los peligros naturales y de los desastres
ambientales y tecnológicos. Desde
este punto de vista, entonces, la reducción de desastres incluye
la prevención y, tal como lo sugiere el título
de la Estrategia, el concepto que ha surgido abarca ambos términos.
El Marco de Acción dentro del presente documento refleja el
enfoque conceptual de la EIRD e identifica los acuerdos institucionales
que la apoyan, basados en las resoluciones del Consejo Económico
y Social (ECOSOC) y la Asamblea General de las Naciones Unidas, y fundados
en las decisiones del Equipo de Tareas Interinstitucional
sobre Reducción de Desastres. Se debe indicar que este Marco
de Acción es parte de un proceso evolutivo que refleja los cambios
y las nuevas tendencias en el campo de la reducción de desastres,
y por tanto se revisará regularmente con el fin de responder
por completo a las necesidades y restricciones que surjan con el tiempo.
La Parte I brinda una breve definición de los
principales conceptos relacionados con la reducción de desastres
(es decir, peligros naturales, vulnerabilidad y riesgos). Esta sección
también
esboza la visión de la reducción de desastres que ha
adoptado la EIRD, basada en la experiencia adquirida durante el DIRDN,
en la Estrategia de Yokohama (1994) y en la Estrategia titulada “Un
Mundo más Seguro en el Siglo XXI: Reducción de Desastres
y Riesgos”. Esta última fue asumida por los participantes
del Foro del Programa del DIRDN, en julio de 1999, y respaldada por
el ECOSOC (E/Res/1999/63), al igual que por una resolución de
la Asamblea General (A/Res/54/219) que abarca varias medidas, de conformidad
con el Informe del Secretario General sobre las disposiciones a seguir
después del DIRDN (A/54/497). Finalmente, se retoma la petición
de la Asamblea General para que la EIRD continúe con la cooperación
internacional sobre El Niño (A/Res/54/220) y el fortalecimiento
de las capacidades para reducir los desastres a través de alertas
tempranas (A/Res/54/219).
La Parte II describe los acuerdos institucionales
para la aplicación
de la EIRD, centrándose particularmente en el Equipo de Tareas
Interinstitucional y en la secretaría Interinstitucional de
la EIRD.
El Anexo presenta, de forma esquemática, el Marco de
Acción
propuesto para la EIRD.
PARTE
I
1. DEFINICIÓN
La Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres gira en torno a tres conceptos principales:
peligros naturales, vulnerabilidad y riesgo frente
a los desastres, a los cuales se les aplica las siguientes
definiciones:
- PELIGROS
NATURALES: comprenden fenómenos tales como terremotos,
actividades volcánicas, tsunamis, ciclones tropicales y
otras tormentas severas, tornados y fuertes vientos, inundaciones
ribereñas
y costeras; incendios forestales y la neblina causada por éstos;
tormentas de arena y polvo, y plagas.
- VULNERABILIDAD:
está en función
de las acciones y el comportamiento humano. Describe el grado
de resistencia o susceptibilidad de un sistema socioeconómico
con respecto al impacto de los peligros naturales y desastres tecnológicos
y ambientales. El grado de vulnerabilidad
se determina por una combinación de factores, incluyendo
la concienciación
existente sobre estos peligros, las condiciones que presentan
los asentamientos humanos y la infraestructura, las políticas
y la administración
pública, y las habilidades organizativas en todos los
campos relacionados con la gestión de desastres. La
pobreza también es
una de las causas principales de la vulnerabilidad presente en
la mayoría
de las regiones del mundo.
En
este contexto, un DESASTRE NATURAL debe entenderse como las consecuencias
del impacto de un peligro natural en un sistema
socioeconómico
con un nivel dado de vulnerabilidad, lo que impide que la sociedad
afectada le haga frente a tal impacto. La EIRD incluye los
DESASTRES TECNOLÓGICOS
y AMBIENTALES solamente cuando son causados por peligros naturales.
Por lo tanto, la expresión “peligros naturales
y desastres tecnológicos
y ambientales” describe situaciones
en las que los desastres de origen natural se combinan con la ocurrencia
de daños
tecnológicos y ambientales.
- RIESGO:
es la probabilidad de que éste suceda. La valoración
del riesgo incluye la evaluación de
la vulnerabilidad y la predicción del impacto, tomando
en consideración los
márgenes que definen un riesgo aceptable dentro de una
sociedad determinada.
2.
EL CONCEPTO DE REDUCCIÓN DE DESASTRES ADOPTADO POR LA EIRD
El Mandato de Ginebra
sobre Reducción de Desastres, adoptado
durante el Foro del Programa del DIRDN (julio de 1999), reafirma la
necesidad de que tanto la reducción de desastres como el manejo
de los riesgos sean elementos esenciales de las políticas gubernamentales.
En este sentido, la experiencia del DIRDN, la Estrategia de Yokohama
(1994) y la Estrategia titulada “Un Mundo más Seguro en
el Siglo XXI: Reducción de los Desastres y de los Riesgos” (1999)
proporcionan los cimientos para futuros esfuerzos en relación
con la reducción de desastres. Basada en estos precedentes,
la EIRD procurará:
- Habilitar a
las sociedades para resistir ante los peligros naturales y desastres
tecnológicos y ambientales, con
el propósito de reducir las pérdidas ambientales, humanas,
económicas
y sociales.
.Esta visión podrá realizarse al centrarse en los cuatro objetivos
siguientes:
- Incrementar
la concienciación pública.
- Alcanzar compromisos
con las autoridades públicas.
- Estimular la
formación de sociedades interdisciplinarias e intersectoriales
y ampliar la creación de redes sobre reducción de
los riesgos a todo nivel.
- Mejorar el
fomento del conocimiento científico relacionado con
las causas de los desastres y los efectos de los peligros naturales,
y de los desastres ambientales y tecnológicos
que ocurren en las sociedades.
.Además, la Asamblea General le encomendó a
la EIRD, de forma independiente, lo siguiente:
- Continuar con
la cooperación internacional para reducir los
impactos de el fenómeno de El Niño y otras variaciones
climáticas.
- Fortalecer
las capacidades para reducir los desastres a través
de sistemas de alerta temprana.
2.1 La visión de la
EIRD
Habilitar
a las sociedades para resistir a los peligros naturales
y desastres tecnológicos y ambientales,
con el propósito de reducir las
pérdidas ambientales, humanas, económicas
y sociales. |
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La capacidad de las sociedades humanas para hacer frente a los desastres
-“resistencia”- se encuentra supeditada a las fortalezas
y debilidades que se presentan dentro de una sociedad determinada.
Para entender esta dinámica interna, se necesita tomar en consideración
una serie de factores, incluyendo las disparidades sociales y económicas
que surgen dentro de la comunidad.
El impacto de cualquier desastre se enfrenta directamente en términos
de sufrimientos humanos inmediatos, al igual que en pérdidas
económicas y sociales. En muchas regiones del mundo este impacto
agrava las condiciones de pobreza, la cual es reconocida como una de
las causas principales de la vulnerabilidad. A mediano y a largo plazo,
el impacto afecta a los sectores principales de la economía,
incluyendo la industria, la agricultura, la salud y la educación.
Las estrategias e iniciativas apropiadas para reducir los desastres,
en el ámbito nacional e internacional, al igual que la puesta
en práctica del Programa 21, pueden fortalecer la posibilidad
de reducir o de mitigar las pérdidas humanas, económicas
y sociales causadas por los desastres y, de esa manera, facilitar un
crecimiento sostenido. Cada una de estas estrategias requieren de conceptos
estandarizados. Tal y como lo ilustra la experiencia del DIRDN, las
organizaciones afiliadas en el ámbito local, nacional, regional
y global deben adoptar normas comunes para poder cuantificar las pérdidas
y brindar asistencia en el establecimiento de prioridades que mejoren
la planificación y el desarrollo de políticas, al igual
que la formulación y puesta en práctica de programas.
Se ha comprobado que la participación de las comunidades es
un elemento esencial para el desarrollo y la práctica de políticas
para reducir los desastres. Las comunidades vulnerables, especialmente
en los países en desarrollo, se encuentran forzadas por las
circunstancias a adoptar medidas basadas en la experiencia de limitar
las pérdidas que causan los desastres. A menudo estas comunidades
muestran capacidades extraordinarias para impedir tales pérdidas.
Los ejemplos que ilustran los méritos en la incorporación
de enfoques de base en la gestión de riesgos son numerosos,
a pesar de que con mucha frecuencia la adopción de estos enfoques
debe enfrentar obstáculos innecesarios.
Las autoridades locales necesitan tomar decisiones basadas en situaciones
específicas relacionadas con la vulnerabilidad frente a diferentes
peligros. También se deben desarrollar herramientas para evaluar
el riesgo, a ser utilizadas por los encargados de planificar la utilización
territorial, tomando en consideración las experiencias adquiridas
durante la década anterior en el ámbito nacional y global.
Con el fin de crear sociedades resistentes a los desastres e impedir
pérdidas humanas, económicas y sociales, es de extrema
importancia incluir la participación pública en todos
los niveles de la puesta en práctica de la Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres.
La visión de la EIRD se puede lograr a través
de: 1) la concienciación pública, 2) el compromiso por
parte de las autoridades públicas, 3) el establecimiento de
sociedades y redes intersectoriales y 4) el conocimiento científico.
2.2 La concienciación pública
Objetivo: incrementar
la conciencia pública sobre los riesgos
que los peligros naturales y los desastres tecnológicos
y ambientales representan para
las sociedades y las economías. Se incluye, asimismo,
la concienciación sobre las soluciones existentes
para reducir la vulnerabilidad frente a estos peligros, con
el propósito de edificar una comunidad global dedicada
a transformar la prevención de los peligros y los
desastres en un valor público.
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Antecedentes
La promoción de una cultura de prevención, tal y como
lo propició el DIRDN, requiere de enfoques creativos e innovadores
para diseminar su mensaje e incorporarlo como parte integral del proceso
general de planificación, centrando su atención especialmente
en las comunidades localizadas en los países propensos a los
desastres.
Los desastres ocurridos en el pasado han servido para incrementar la
conciencia pública sobre la necesidad de reducir la vulnerabilidad
frente a los peligros naturales. Sin embargo, todavía se carece
de herramientas y lineamientos prácticos, o son insuficientes.
Con el fin de incrementar la conciencia pública sobre la reducción
de desastres, existe la necesidad de establecer indicadores estandarizados
y ampliamente conocidos para evaluar el peligro, al igual que implementar
sistemas de alerta temprana y programas de mitigación.
La reducción de desastres se inicia por la comprensión
de los elementos implicados en los riesgos: peligro, vulnerabilidad
y resistencia. A pesar del progreso que se logró durante el
DIRDN con respecto a la concienciación sobre estos temas -lo
cual condujo al alcance de compromisos políticos y a la incorporación
de conceptos relacionados con los desastres en los planes de desarrollo-,
muchos factores continúan incrementando la vulnerabilidad de
las sociedades en el ámbito mundial frente a las fuerzas de
la naturaleza. Existe una creciente expectativa por parte de estas
sociedades con respecto a la aplicación concreta de las políticas
y prácticas sobre la reducción de desastres.
En este sentido, el intercambio horizontal de experiencias y enfoques
entre comunidades locales, ciudades, países y regiones es un
medio efectivo para incrementar la conciencia pública, lo que
ha permitido a muchas comunidades vulnerables aplicar las prácticas
y técnicas más exitosas tanto para la gestión
de riesgos como para la reducción de desastres.
Asuntos
a tratar
- El
desarrollo de programas sostenidos de información
pública.
- La inclusión
de la prevención de los desastres
en los programas y planes educativos a todo nivel, incluyendo
el escolar.
- La institucionalización
de actividades de capacitación
sobre el peligro y su impacto, el manejo
del riesgo y las prácticas de
- prevención de desastres,
dirigidas a grupos de todas las edades.
2.3 El compromiso por parte de las
autoridades públicas
Objetivo: lograr
que las autoridades públicas se comprometan
a reducir los riesgos presentes en los pueblos y su subsistencia,
en las infraestructuras sociales y económicas, y en
el medio ambiente, brindando especial importancia a los pobres.
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Antecedentes
Las
autoridades públicas enfrentan un reto importante en la
transformación de declaraciones políticas de apoyo en
acciones concretas. Para ello, se necesita que la “cultura de
prevención” logre ejercer influencia en quienes detentan
el poder de decisión, no solamente dentro de los gobiernos nacionales
sino también entre las autoridades locales. La EIRD brinda una
plataforma para desarrollar y promover los principios básicos
de participación multidisciplinaria e intersectorial, incluyendo
tanto a los oficiales encargados de la formulación de políticas
como a aquellos responsables de la puesta en práctica.
La asignación de responsabilidades dirigidas a reducir los desastres
varía según la legislación nacional y las reglamentaciones
locales. Sin embargo, se ha demostrado la utilidad de contar con enfoques
conjuntos entre las autoridades locales, las instituciones técnicas
y las comunidades para evaluar el riesgo y elaborar planes de acción
y situaciones concretas. La acción efectiva requiere del diálogo
constante, la comprensión mutua y la coordinación y
cooperación entre estas entidades.
El proceso para lograr compromisos sobre el desarrollo de políticas
dirigidas a reducir los desastres incluye la planificación de
situaciones específicas y la concesión de incentivos
económicos para la mitigación local. Una vez concretadas
en el ámbito local, estas iniciativas pueden consolidarse en
el ámbito nacional y global.
Muchas de las actividades para la reducción de desastres iniciadas
a escala local han constituido principios para la acción
en el ámbito global. Ello también se produce en sentido
contrario. Por consiguiente, existe una relación dialéctica
entre las actividades llevadas a cabo en los diferentes niveles.
Asuntos
a tratar - El involucramiento de las autoridades públicas más
importantes, líderes comunitarios, empresarios del sector privado
y expertos en formación de sociedades, para asegurar la reorientación
de los recursos a asignar, con el fin de facilitar la incorporación
de los componentes de la reducción de desastres en proyectos
y programas relevantes para el desarrollo.
- La identificación
de un tipo de financiamiento innovador, incluyendo los sectores
público y privado, con el fin de apoyar
un compromiso continuo con las labores de manejo del riesgo
y prevención
de desastres.
- Un vínculo
más estrecho entre los esfuerzos realizados
para reducir los desastres y el proceso de aplicación de la
Agenda 21, para intensificar la sinergia de los temas relacionados
con el medio ambiente
y el desarrollo sostenible. En este contexto, las autoridades públicas
deben emprender revisiones periódicas sobre los logros que los
esfuerzos para reducir los peligros, riesgos y desastres han alcanzado,
especialmente en
relación con la planificación de políticas, los
acuerdos institucionales y la formación de capacidades a todo
nivel. También se
deben llevar a cabo evaluaciones posteriores a la ocurrencia de un
desastre,
desde una perspectiva de reducción.
- La reducción
de desastres severos y recurrentes mediante la promoción
de una interfaz proactiva entre la gestión de los recursos
naturales y las prácticas de reducción de los desastres.
- El desarrollo
y la aplicación de estrategias y medidas para el
manejo de riesgos a todo nivel, tomando en consideración
las necesidades específicas de los pobres, las concentraciones
urbanas y los sectores agrícolas.
- La facilitación de una mejor coordinación de esfuerzos
internacionales e interagenciales, y la promoción de la coordinación
de actividades en el ámbito regional pero especialmente nacional, entre
diversos sectores con respecto al diseño de políticas y la planificación
y aplicación de iniciativas relacionadas con los desastres.
2.4 La formación de sociedades
y redes multidisciplinarias e intersectoriales
Objetivo: estimular
la formación de sociedades multidisciplinarias
e intersectoriales, y ampliar las redes de reducción
de riesgos a través de la inclusión de la
participación pública en todas las etapas de
la puesta en práctica de la EIRD.
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Antedecedentes
A lo largo del DIRDN, y particularmente en años recientes, los
Comités Nacionales y Puntos Focales del DIRDN demostraron ser
mecanismos organizativos clave en muchos países, al ampliar
la comprensión y la percepción sobre la reducción
de desastres, y al incrementar las oportunidades de asociación
entre diversos intereses profesionales comprometidos con este campo.
Estos órganos, de naturaleza multidisciplinaria e intersectorial,
realizaron contribuciones importantes para el desarrollo de estrategias
nacionales en sus países y representaron la base para la cooperación
subregional, regional e internacional en relación con la reducción
de desastres de origen natural; éstos también contribuyeron
a diseminar ampliamente el mensaje de la reducción de desastres.
Sin embargo, debido a la proliferación de actores en el campo
de la reducción de desastres en años recientes, se debe
efectuar una revisión y lograr un nuevo compromiso por parte
de las plataformas locales, nacionales y regionales apropiadas para
la reducción de desastres, con el fin de lograr los objetivos
de la EIRD. Se necesita, entonces, intensificar la creación
de sociedades y redes para asegurar la cooperación, las acciones
complementarias, la sinergia y la solidaridad entre los gobiernos,
el sector privado, la sociedad civil, el sector académico y
las agencias internacionales.
Es, por tanto, necesario construir o modificar las estructuras existentes
en el campo de la reducción de desastres, incluyendo a tantos
socios como sea posible con el fin de desarrollar un sentido de pertenencia
de la EIRD entre los actores involucrados en la reducción de
los desastres en el ámbito mundial y, de esa forma, generar
una cultura de prevención.
Asuntos
a tratar
- El fortalecimiento y/o establecimiento de mecanismos y de
redes subregionales, regionales e internacionales de coordinación
para el intercambio de información, y la promoción de
acuerdos de colaboración que puedan incrementar las capacidades
de reducción de desastres.
- La necesidad de hacer hincapié en la relación
crítica existente entre la reducción del riesgo y el
crecimiento económico, con el fin de asegurar el desarrollo
sostenible.
2.5 El conocimiento científico
Objetivo: promover
el mejoramiento del conocimiento científico
sobre las causas de los desastres y los efectos de los peligros
naturales y los desastres tecnológicos y ambientales
dentro de las sociedades, y facilitar una más
amplia aplicación para reducir la vulnerabilidad
de las comunidades propensas a los desastres.
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Antecedentes
El cambio tecnológico
experimentado durante los últimos
50 años ha sido notable y se prevé que el ritmo de
este cambio se incrementará dramáticamente en las
próximas
décadas. Las prácticas dirigidas a reducir los riesgos
deben resultar beneficiadas en este proceso. El conocimiento, especialmente
las investigaciones científicas y técnicas, al igual
que sus aplicaciones, juegan un papel esencial en el desarrollo
de sociedades resistentes a los desastres, al predecir la probable
evolución
de los requerimientos para su reducción.
El cambio tecnológico y los avances en las investigaciones realizadas
están ampliando las oportunidades para mejorar la evaluación
de los riesgos, el intercambio de información, la ingeniería
resistente a los desastres, la educación, la capacitación
y las alertas tempranas, los cuales son elementos esenciales para diseñar
una estrategia efectiva para la reducción de desastres.
Se ha alcanzado un progreso significativo durante los últimos
diez años, al lograr traducir el conocimiento científico
y tecnológico en estrategias locales, nacionales y regionales
para la prevención de desastres. El Comité Científico
y Técnico (CCT) del Decenio Internacional para la Reducción
de los Desastres Naturales jugó un papel importante en el apoyo
de la aplicación de la ciencia y la tecnología en la
prevención de desastres, tal como lo indica el Informe Final
del CCT (DIRDN, 1999).
Sin embargo, se deben encontrar futuras soluciones para la transferencia
de tecnología, incluyendo la transferencia sur-sur, con
respecto a la aplicación de las investigaciones, y de la
ciencia y la tecnología en la reducción de desastres.
Con respecto a la concienciación pública, el intercambio
horizontal tanto de experiencias como de enfoques entre las comunidades
locales,
las ciudades, los países y las regiones, podría incrementar
las capacidades y promover la transferencia de conocimiento.
Las investigaciones, la ciencia y la tecnología son temas transversales
en relación con la reducción de desastres. La promoción
y la aplicación en esta área continúan
representando un reto fundamental, con miras a construir un mundo
más
seguro en el siglo XXI.
Asuntos a
tratar
- El establecimiento
de indicadores, normas y metodologías
acordados en el ámbito internacional y profesional, para
el análisis y evaluación de los impactos ambientales
y socioeconómicos
de los desastres en las sociedades. Ello incluiría la
cuantificación
del impacto de los desastres, tanto reales como probables, con
el objeto de sentar las bases para determinar los indicadores
de inseguridad
y vulnerabilidad, al igual que para la inversión económica
directa en el ámbito de la prevención.
- El desarrollo
y la aplicación de fórmulas estándar
para el registro estadístico de los factores de riesgo,
al igual que de la ocurrencia de los desastres y sus consecuencias,
con el fin
de permitir el desarrollo de una base de datos coherente en
materia de desastres, para efectos de monitoreo, el establecimiento
de comparaciones
constantes y la aplicación de amplias evaluaciones del
riesgo, a ser integradas dentro de los planes de desarrollo.
- La promoción
de investigaciones y su aplicación,
desarrollando las capacidades indígenas y apoyando
la transferencia del conocimiento y el intercambio de información
entre países
con una perspectiva destinada a comprender de mejor forma
las características
de los peligros naturales y las causas de los desastres de origen natural.
- El fomento
de la aplicación de las investigaciones
realizadas sobre los elementos socioeconómicos que
determinan la vulnerabilidad, o sobre las estrategias de
resistencia o las encaminadas
a hacerle frente a los desastres en las políticas
y prácticas
públicas, al igual que en el mejoramiento de las
alertas tempranas sobre los desastres de origen natural.
- El establecimiento
de bases de datos nacionales, subregionales, regionales y globales,
y de instalaciones para facilitar el intercambio de información
destinado a la reducción de los desastres, con
el apoyo de normas y protocolos de comunicación
ya acordados, y de mecanismos adecuados tanto para el
control de la calidad científica como de la
compatibilidad social y cultural.
- El incremento de oportunidades para que los campos científico
y técnico contribuyan a la toma de decisiones públicas
con respecto al manejo de riesgos y la prevención de desastres.
Estas contribuciones deben extraerse de la gama más amplia
posible de destrezas y experiencias.
3. ÁREAS DE INTERÉS COMÚN
En la consecución de los objetivos mencionados con anterioridad,
se brindará especial atención a las áreas de interés
común, incluyendo:
- La incorporación
del reconocimiento de la vulnerabilidad especial que enfrentan
los pobres en las estrategias de reducción
de los desastres.
- La evaluación
de la vulnerabilidad ambiental, social y económica, refiriéndose
especialmente a la salud y a la seguridad alimenticia.
- La gestión
de ecosistemas, brindando particular atención
a la aplicación de la Agenda 21.
- El manejo y
la planificación del uso territorial,
incluyendo la apropiada utilización territorial
en áreas
rurales, montañosas y costeras en riesgo, al
igual que en áreas
urbanas no planificadas en megaciudades y ciudades secundarias.
- El desarrollo de una legislación nacional, regional
e internacional con respecto a la reducción de desastres.
4. MODALIDADES
El enfoque utilizado para
la aplicación de la visión
de la EIRD debe ser coherente y las iniciativas emprendidas deben basarse
en las siguientes modalidades:
- Promoción.
- Coordinación.
- Intercambio
horizontal de información, conocimiento
y experiencias.
- Inclusión
transversal de la reducción de desastres
dentro del desarrollo sostenible y también en los
procesos nacionales de planificación.
- Formación de capacidades en el ámbito regional
y nacional, con especial énfasis en los países en desarrollo.
5. TAREAS DERIVADAS DE OTRAS RESOLUCIONES
Antecedentes
En
sus resoluciones (A/Res/54/220 y A/Res/54/219),
la Asamblea General solicitó a la organización sucesora
del DIRDN que continuara con la cooperación internacional
con respecto al fenómeno de El Niño, al igual que
con el fortalecimiento de las capacidades para la reducción
de desastres mediante alertas tempranas.
Tal como se indicó con anterioridad, estos dos temas multisectoriales,
interdisciplinarios y transversales serán abordados dentro de
la EIRD, haciendo énfasis en los siguientes puntos:
- La formulación
de políticas y coordinación
interagencial.
- La cooperación
científica y transferencia de
tecnología.
- La transformación
del conocimiento existente en acciones concretas.
- La importancia
de compartir el conocimiento y la información.
- La promoción del establecimiento de capacidades para
la supervisión del riesgo y de los sistemas de alerta temprana
como procesos integrados, brindando especial atención a los
peligros emergentes con implicaciones globales, tales como los relacionados
con las variaciones y cambios climáticos.
PARTE
II
APLICACIÓN
DE LA EIRD POR PARTE DEL EQUIPO DE TAREAS INTERINSTITUCIONAL Y
DE LA SECRETARÍA
DE LA EIRD
Tal como se detalló en
la primera sección de este
documento, la EIRD se pondrá en práctica de manera interdisciplinaria
e intersectorial, y servirá como plataforma internacional para
la reducción de desastres. Esta aplicación se llevará a
cabo tomando en consideración la necesidad de pasar de la protección
contra los peligros a la integración de la reducción
de riesgos dentro del desarrollo sostenible. Al mismo tiempo que se
continúa exhortando a los actores más relevantes de las
actividades dirigidas a reducir los desastres a que contribuyan a implementar
la EIRD, se le han asignado mandatos especiales al Equipo de Tareas
Interinstitucional y a la secretaría de la EIRD. Éstos
se encuentran descritos en el Informe del Secretario General de la
ONU sobre Arreglos de Sucesión del Decenio Internacional para
la Reducción de los Desastres Naturales (A/54/497), y cuentan
con el aval de la Asamblea General de la ONU, mediante resolución
número A/54/219. Asimismo, las discusiones realizadas durante
la primera reunión del Equipo de Tareas Interinstitucional condujeron
a lograr acuerdos específicos sobre la asignación de
tareas entre estos dos elementos constitutivos de la EIRD (la secretaría
y el Equipo de Tareas Interinstitucional).
El Equipo de Tareas Interinstitucional
El Equipo de Tareas Interinstitucional, el cual representa un acuerdo
tripartito, está presidido por el Subsecretario General para
Asuntos Humanitarios y compuesto por representantes de
las agencias de Naciones Unidas, la sociedad civil y las ONG, al
igual que por delegados de entidades regionales. Exceptuando las
agencias de Naciones Unidas, los miembros del Equipo de Tareas Interinstitucional
rotan cada dos años con el fin de asegurar tanto la continuidad
del trabajo como la creciente participación de entidades relevantes
que representan los intereses regionales y de la sociedad civil.
A solicitud, los gobiernos, las organizaciones que no figuran entre
los miembros del Equipo de Tareas Interinstitucional, los entes interagenciales
y los expertos pueden participar en las reuniones del Equipo.
Funciones y responsabilidades establecidas en el Informe
del Secretario General A/54/497
- Servir como
foro principal dentro del sistema de las Naciones Unidas para formular
estrategias y políticas para reducir los
peligros naturales.
- Identificar
las brechas existentes en las políticas
y los programas destinados a reducir desastres, y recomendar
acciones correctivas.
- Asegurar la
complementariedad de las acciones llevadas a cabo por las agencias
involucradas en la reducción de desastres.
- Brindar asesoramiento
a la secretaría en el establecimiento
de políticas.
- Convocar a reuniones ad
hoc de expertos en temas relacionados con la
reducción de desastres.
Grupos de Trabajo
El papel del Equipo de Tareas Interinstitucional es asegurar la puesta
en práctica de la Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres, con la activa participación de los miembros
del Equipo. Para lograr dicho objetivo, éste puede crear grupos
de trabajo ad hoc para aquellas áreas establecidas
dentro de las resoluciones relevantes de la Asamblea General de la
ONU o
identificadas como de interés común por el Equipo de
Tareas Interinstitucional. Estos grupos de trabajo incluirán
tanto a miembros del Equipo de Tareas Interinstitucional como a quienes
no lo son. También, contarán con el apoyo de la secretaría
de la EIRD y formularán recomendaciones para presentarlas
ante el Equipo de Tareas Interinstitucional y lograr su respaldo.
Iniciativas
El Equipo de Tareas Interinstitucional, basado en las funciones que
le han sido encomendadas, desarrollará iniciativas operativas
que se llevarán a cabo bajo el liderazgo de las organizaciones
miembros del Equipo, al igual que de sus socios, como contribución
a la puesta en práctica general de la Estrategia.
Actividades individuales de los miembros del Equipo de Tareas Interinstitucional
Los miembros del Equipo de Tareas Interinstitucional -los cuales trabajan
a través de las organizaciones que representan y de sus socios-
son agentes importantes para la consecución de los objetivos
de la Estrategia, juntamente con otras organizaciones locales, nacionales,
regionales e internacionales. Los miembros del Equipo de Tareas Interinstitucional,
al igual que diversas organizaciones, se beneficiarán de la
plataforma de la EIRD para promover sus propias actividades en materia
de reducción de desastres, asegurándose que éstas
se complementen con otras actividades desarrolladas en este campo.
Los miembros del Equipo de Tareas Interinstitucional deberán
movilizar el apoyo a la EIRD dentro de sus propias instituciones, incluyendo
la facilitación de decisiones relevantes para la puesta en práctica
de la Estrategia.
La secretaría de la EIRD
La secretaría
de la EIRD se estableció como una estructura
flexible cuyo personal principal está compuesto por un pequeño
grupo de oficiales de programa; administrada por
un Director bajo la autoridad directa del Subsecretario General para
Asuntos Humanitarios. Se toma en consideración la contratación
de personal adicional al principal según se cuente con fondos
especiales para realizar actividades específicas por parte de
la secretaría, en relación con sus funciones claves.
La secretaría de la EIRD se financia exclusivamente con contribuciones
voluntarias.
Funciones y responsabilidades establecidas en el Informe del
Secretario General A/54/497
- Servir como
punto focal dentro del sistema de las Naciones Unidas para la coordinación
de estrategias y programas para la reducción de
desastres de origen natural y asegurar la sinergia entre las estrategias
para la reducción
de desastres y las
relacionadas con los campos socioeconómico y humanitario.
- Apoyar al Equipo
de Tareas Interinstitucional en el desarrollo de políticas
sobre la reducción de desastres de origen natural.
- Fomentar en
el ámbito mundial una cultura de reducción
de los efectos negativos de los peligros naturales, a través
de campañas
de promoción.
- Servir de infraestructura
receptora para la diseminación e intercambio
de información y conocimiento sobre la reducción de
desastres.
- Brindar apoyo
administrativo a las actividades relacionadas con políticas
y promoción de los comités nacionales para la reducción
de desastres de origen natural.
Financiamiento de la EIRD
La secretaría de la EIRD recaudará fondos para cubrir
los costos de las funciones que le han sido encomendadas, al igual
que de las actividades escogidas y llevadas a cabo bajo su auspicio,
en colaboración con otras instituciones asociadas. Los fondos
recibidos de esta forma serán canalizados a través del
fideicomiso de la EIRD establecido para este fin.
Planes
anuales estratégicos de acción
La secretaría apoyará la puesta en práctica de
la EIRD mediante la formulación de planes anuales estratégicos
de acción y trabajo, definiendo actividades relevantes para
llevarlas a cabo dentro de un cronograma establecido.
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