I.
Introducción
Uno de los objetivos principales de una estrategia
global dirigida a reducir los impactos de los peligros naturales
y tecnológicos
es el desarrollo de mecanismos nacionales para reducir el riesgo
de los desastres. Estos mecanismos son manifestaciones concretas
de la voluntad política y del reconocimiento institucional
de la reducción de los riesgos de desastres como tema
relevante para el interés nacional. Para poder ser eficaces,
estos mecanismos, denominados genéricamente en este documento
como “plataformas nacionales” (también referidos
como “sistemas nacionales”), necesitan establecerse
mediante un proceso participativo que incluya perspectivas y acciones
multisectoriales, y constituirse mediante la representación
de todas las “partes interesadas” (stakeholders).
Desde sus inicios,
ha sido importante para la Estrategia
Internacional para la Reducción de los Desastres continuar aplicando el concepto de las plataformas nacionales
para la reducción
de desastres, instaurado bajo el marco de trabajo del Decenio
Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (DIRDN).
Los comités
y puntos focales establecidos durante el Decenio se constituyeron
en mecanismos claves en muchos países, ampliando la comprensión
y la percepción de la importancia de la reducción
del riesgo, y agregando a diversos intereses profesionales comprometidos
con el tema de la reducción de los desastres.
En muchos países,
es necesario todavía revitalizar
y fortalecer las plataformas nacionales, especialmente en aquellos
países más vulnerables a los desastres de origen natural.
Las Naciones Unidas hace un llamado
a las Plataformas
Nacionales para la Reducción de Desastres
En
1999, en su resolución 1999/63, el Consejo
Económico y Social “hace un
llamado a todos los gobiernos para mantener y fortalecer
las
plataformas nacionales y multisectoriales ya establecidas
para la
reducción
de desastres de origen natural,
con el fin de lograr las metas y los objetivos del
desarrollo sostenible, con la plena utilización
de los mecanismos técnicos y científicos.
Le incumbe a cada gobierno decidir sobre la forma
y estructura
de la plataforma multisectorial en su propio país.
Debido al gran éxito de los comités
y puntos focales nacionales durante el Decenio en
una
gran cantidad de países, el Secretario General
exhorta firmemente a los gobiernos a tomar las medidas
necesarias para implementar esta petición”.
Posteriormente,
en el párrafo 7 de su resolución
54/219, la Asamblea General “les hace un llamado
a los gobiernos a continuar cooperando y coordinando
sus esfuerzos con el Secretario General y el Subsecretario
General para Asuntos Humanitarios, los sistemas de
las Naciones Unidas, las organizaciones no gubernamentales
y otros socios, como fuese apropiado, para implementar
y desarrollar una amplia estrategia para maximizar
la cooperación internacional en el campo de
los desastres naturales (…)”. |
|
Como sucesora
del DIRDN, la secretaría de la EIRD mantiene
un gran interés en la promoción del desarrollo
y el fortalecimiento de las plataformas nacionales para la reducción
del riesgo de desastres (PN para la RRD). Esta labor representa
una prioridad para esta secretaría en aras de garantizar
una implementación exitosa de la UNISDR.
Como parte
de sus esfuerzos actuales, la secretaría ha
elaborado estos principios guía como documento
de referencia para asistir en el desarrollo de las PN
para la RRD. Este documento intenta brindar orientación
para planificar, establecer, apoyar o mejorar las PN para la
RRD. Estos
principios están definidos en concordancia con los actuales
esfuerzos en el ámbito
del desarrollo para lograr una adecuada gobernabilidad, enmarcándose
dentro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU.
Este documento
se basa en otras experiencias similares en relación
con las necesidades nacionales de establecer plataformas en diversos
campos del desarrollo sostenible. El propósito principal
del documento es brindar una orientación general; debe
destacarse por ello la necesidad de contar con un proceso en
el cual la implementación de los principios guía
se adapten a las necesidades específicas tanto regionales
como del país en cuestión.
II. PN para
la RRD
Es
importante definir la esfera de competencias de las
PN en relación con el ámbito de la
Reducción del Riesgo de Desastres. El glosario
de la UNISDR define tal reducción como “el
marco conceptual de trabajo de los elementos que
se consideran que tienen la posibilidad de minimizar
la
vulnerabilidad y los riesgos de desastres en
una sociedad, para evitar (prevención) o limitar
(mitigación y preparación) los adversos
impactos de los peligros, dentro del amplio contexto
del desarrollo sostenible”. |
|
Una PN
para la RRD se puede definir como un mecanismo nacional -que
adopta la forma de sistema, foro, comité, red, etc.- que
aborda los objetivos de la reducción del riesgo de desastres
mediante un proceso coordinado, participativo e interactivo de
pensamientos y acciones. El proceso que llevan a cabo las PN
para la RRD abarca el análisis de la situación, la
formulación de políticas y planes de acción,
y la implementación, monitoreo y revisión habitual
de las actividades para la reducción de desastres. El énfasis
de este proceso es el manejo del progreso hacia los objetivos de
la reducción de los desastres y no necesariamente la producción
de un “plan” como producto final.
Desde
el punto de vista de su funcionamiento, las PN
para la RRD apuntan a lograr esfuerzos más eficaces,
integrados e ingeniosos para la de reducción del riesgo
entre las “partes interesadas” (stakeholders) en
el ámbito
nacional [1],
y entre ellos y los actores relevantes a escala regional e internacional.
Las PN
para la RRD pueden servir de herramientas para la toma informada
de decisiones y brindan un marco de trabajo
para un análisis sistemático y el compromiso con
aquellas acciones prioritarias entre diferentes sectores y territorios.
Para lograrlo, se institucionalizan los procesos de consulta,
negociación,
mediación y el establecimiento del consenso sobre temas
sociales prioritarios donde los intereses difieren.
Las PN
para la RRD facultan a los países
a abordar problemas sociales, económicos y ecológicos
interrelacionados, al contribuir al desarrollo de las capacidades,
establecer procedimientos y marcos legislativos, asignar racionalmente
recursos limitados y presentar un cronograma de las acciones
que se llevarán a cabo. Los países se pueden beneficiar
en forma sustancial con el desarrollo de una efectiva plataforma
nacional
directa (como resultado de la reducción del riesgo
de desastres) e indirecta (del proceso en sí).
En los Anexos se puede
encontrar un marco general de trabajo para orientar y monitorear
la reducción del riesgo de desastres.
Este marco brinda una base de referencia para la evaluación
y la supervisión de los logros en el campo de la reducción
de desastres, y facilita la labor de las plataformas nacionales
cuando efectúen actividades críticas tales como:
- El
establecimiento de bases de referencia.
- La
identificación de tendencias existentes.
- El
establecimiento de indicadores sobre el progreso alcanzado.
-
La determinación de áreas de interés y desafíos.
-
La redirección de los esfuerzos.
-
El establecimiento de buenas prácticas.
-
El registro y monitoreo sistemático de los objetivos fijados.
Las metas específicas
del proceso de las PN para la RRD son:
- El incremento de la colaboración
entre los grupos nacionales involucrados.
-
El aumento tanto del conocimiento como de la visibilidad de las
experiencias nacionales en los ámbitos regional e internacional.
-
Un aumento en los niveles de conocimiento y capacidades dentro
de toda la comunidad mundial dedicada a la reducción
del riesgo.
- El
liderazgo y el compromiso a escala nacional con respecto
a la sostenibilidad de las PN para la
RRD.
-
El establecimiento de contrapartes nacionales en términos
de implementación de la EIRD.
-
La credibilidad entre diversas instituciones y grupos de interés.
-
El compromiso para ayudar a los más vulnerables.
Cada país necesita
determinar por sí mismo la mejor
forma de abordar la elaboración e implementación
de su PN para la RRD, dependiendo de las circunstancias
prevalecientes en términos económicos, sociales
y ecológicos. En la mayoría de los casos, las PN
se desenvolverán en un contexto de mecanismos
y procesos ya existentes. En ese contexto, el fortalecimiento,
realineación o redirección de las estructuras presentes
permitirán el desarrollo de las capacidades de forma más
eficiente y efectiva. Los grupos o comités nacionales
existentes para reducir los desastres también tendrán
la oportunidad de incrementar su acceso a otros órganos
relevantes en los ámbitos
nacional, regional y mundial, al igual que verán fortalecidos
sus vínculos con ellos.
La aplicación
de un “modelo único” a
seguir para el desarrollo de las PN para la
RRD no es posible ni deseable.
Una PN para la RRD puede constituirse de la forma en que un país
desee; lo que es importante es garantizar la aplicación
consistente de los principios fundamentales y que los contextos
económico, social y ambiental estén presentes de
forma equilibrada e integrada en la composición de la
plataforma. De la misma manera, las PN deben
ser flexibles.
Las dinámicas situaciones nacionales, principalmente en
términos de los factores políticos y económicos,
también requieren que las PN respondan
y
sean adaptables al cambio.
III. Lecciones Aprendidas de Iniciativas
Similares
Durante la década anterior, se formularon diversas estrategias
integrales a escala nacional para la reducción de desastres,
el desarrollo económico, el mejoramiento del bienestar social
y la conservación ambiental, que fueron acompañadas
con el desarrollo de plataformas o comités nacionales. Estas
estrategias incluyeron: planes nacionales para la reducción
de desastres, programas de ajuste estructural, y estrategias
para el desarrollo económico y la reducción de la
pobreza. Las estrategias nacionales de conservación y los
planes nacionales de acción ambiental representan otros
ejemplos.
Algunas de
estas estrategias se elaboraron sobre la base de las necesidades
nacionales. Muchas otras, sin embargo,
se auspiciaron a través
de las instituciones financieras multilaterales, o bien, se fomentaron
mediante las convenciones mundiales con el apoyo monetario necesario
para su formulación. En general, estas motivaciones externas
tuvieron resultados variados. Aunque se alcanzaron logros
muy notables en ciertas áreas, también fueron comunes
las deficiencias en muchos países, que pueden adjudicarse
a:
- La falta
de una visión clara y pragmática.
- La
ausencia o limitado sentido de pertenencia.
- El énfasis
en la producción de “documentos”.
- La
carencia o deficiencia de consultas públicas para
identificar problemas y establecer prioridades,
y en general durante todo el proceso de desarrollo de la
plataforma/estrategia.
- La
falta de integración de las plataformas nacionales
y sus actividades a las políticas generales de desarrollo.
- La
carencia de una autoridad constitucional o legislativa, o la
falta de
legitimidad profesional.
- La
falta de compromiso en cuanto a los recursos.
IV. Principios para una Efectiva
PN para la RRD
La EIRD recomienda que los siguientes principios guía
se tomen en consideración en el
desarrollo de las PN. La experiencia sugiere que una
medida para el éxito es la efectividad con que las estructuras
se adhieren a los principios. Además, éstos son
consistentes con una buena gobernabilidad y permanecen dentro
del ámbito
de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU.
Los principios guía generales son:
- La reducción
de desastres debe considerarse como un tema de preocupación
internacional dentro del desarrollo sostenible.
- Las
PN para la RRD utilizan un proceso participativo
que
incluye perspectivas y acciones multidisciplinarias
y multisectoriales [2],
con una evidente composición de los distintos
grupos de interés.
- Las
PN para la RRD inciden directamente
en un avance positivo
mediante esfuerzos coordinados y
concertados particularmente con respecto a la formulación
de políticas,
la planificación y la toma de decisiones con
autoridad en general.
Los
siguientes son principios guía específicos
para las PN para la RRD:
- Brindan
valor agregado para todas las partes.
- Incorporan
factores económicos y políticos que inciden
en la toma de decisiones.
-
Están respaldadas por un sólido compromiso político.
-
Reflejan una estrategia compartida y una visión pragmática.
- Tienen
una representabilidad nacional y son parte de un proceso
nacional.
- Se basan
en procesos y estrategias existentes.
-
Están liderados por una institución sólida.
-
Garantizan la participación más amplia posible.
-
Afianzan el desarrollo y las tareas de la plataforma mediante
un análisis técnico bien fundado.
-
Se encuentran integrados y equilibrados a través de los
diferentes sectores y territorios.
- Enlazan
el corto plazo con el mediano y largo plazo.
- Mantienen
la coherencia entre el presupuesto y las prioridades de las
plataformas.
- Establecen
metas realistas pero flexibles a la vez.
- Vinculan
las prioridades nacionales y locales a las acciones.
-
Instituyen mecanismos para el monitoreo, seguimiento, evaluación
y realimentación.
-
Les dan prioridad a la educación y a la sensibilización
pública.
- Garantizan la continuidad del proceso de desarrollo de las plataformas.
Las
formas y los medios mediante los cuales estos principios
se implementan son específicos según el caso,
y se adaptan al país con el apoyo internacional necesario.
V. Implementación de los Principios
Existen generalmente
cuatro grupos de procesos utilizados para implementar los principios.
Éstos son los procesos políticos,
participativos, técnicos y de movilización de recursos.
Los
procesos políticos implican garantizar un
sólido
compromiso político por parte del liderazgo de más
alto nivel de un país y de sus autoridades
locales. Aquellos responsables de afianzar la estrategia deben
abarcar plenamente
la reducción de desastres y dedicarse a promoverla
continuamente. También necesitarán promover el
desarrollo de actividades afines a nivel subnacional (por ejemplo,
en el ámbito provincial
y distrital, en las ciudades y las comunidades) y brindar efectivos
vínculos de trabajo para las medidas tomadas en diferentes
niveles. Un requerimiento esencial es el compromiso del Ministro
de Finanzas y Planificación, al igual que del Consejo
de Ministros, con el propósito de lograr desde el principio
un adecuado proceso de desarrollo de la PN para
la RRD. También se ha demostrado la utilidad de los Consejos
Nacionales de diversos asesores a la cabeza, al reunir a varios
grupos involucrados para desarrollar una PN para
la RRD.
Los
procesos técnicos para formular las PN
para la RRD incluyen diversas actividades, tales como la conducción
de una evaluación de la situación económica,
social y ambiental, identificando de esa manera los problemas
existentes y estableciendo prioridades claras. Además,
el desarrollo de un programa de inversión, de monitoreo
y evaluación también representan
actividades claves. Específicamente, los procesos técnicos
incluyen:
- Desarrollar
la base del conocimiento.
- Basarse
en los mecanismos existentes.
- Fortalecer
la capacidad técnica de la secretaría
coordinadora.
- Desarrollar
un marco metodológico para las PN, que incluya
una serie de indicadores de la reducción de
desastres.
- Establecer
metas y objetivos para las PN, y seguir el rumbo necesario
para lograr los objetivos a través de los foros
apropiados, tales como diálogos sobre
las políticas
establecidas y mesas redondas.
- Diseñar
un sistema para armonizar las políticas
económicas, sociales y ambientales afines.
- Desarrollar
continuamente las capacidades de las PN.
Los
procesos participativos abarcan la plena participación
de los grupos interesados (el gobierno, el sector privado y
las organizaciones no gubernamentales, al igual que las organizaciones
académicas y los medios de comunicación) en las
tareas adecuadas, incluyendo el intercambio de información,
la toma de decisiones y la implementación. Es necesario
decidir cuánta participación es posible y necesaria.
Se deben desarrollar los mecanismos de participación.
Los pasos claves que deben llevarse a cabo son:
- Diseñar
procesos participativos que contengan diversas etapas y sean
verdaderamente
inclusivos.
- Identificar
a los participantes.
- Utilizar
eficazmente a los medios de comunicación para
establecer un debate e incrementar
la sensibilización
pública.
- Garantizar
que los enfoques participativos sean transparentes y que
las responsabilidades de las diversas instituciones
sean claras.
Los
procesos para la movilización de recursos incluyen
la disponibilidad de los recursos adecuados para el desarrollo
de las PN para la RRD y las tareas que han
planificado. Podría existir la necesidad de movilizar estos
recursos provenientes tanto de fuentes domésticas como internacionales,
según lo más apropiado. Las medidas claves
que se deben tomar son:
- Garantizar
la disponibilidad de los recursos domésticos
adecuados para todas las actividades de las PN.
- Involucrar
plenamente al sector privado en el proceso de desarrollo
de las PN.
- Involucrar
a los donantes internacionales desde el principio, mientras
el país mantiene la conducción total del
proceso (las relaciones con los países donantes
deben manejarse eficazmente para que los países
se beneficien de ellas).
- Elaborar
planes de inversión o una serie de propuestas
de proyectos para desarrollar PN
efectivas para la RRD, o bien, propuestas y planes financieros.
Los
donantes y las instituciones financieras internacionales deben
adherirse a estos principios
y adoptar enfoques flexibles que les
permitan apoyar los diferentes componentes del proceso estratégico,
tanto técnica como financieramente.
VI. Implementación de las
Actividades de las PN para la RRD:
Sugerencias para una Estrategia General y Lista de Verificación
Se debe desarrollar una detallada estrategia de
implementación
de las PN para la RRD, ajustándola específicamente
al país en cuestión. Es muy probable que los principales
elementos de esta estrategia incluyan
tareas como las siguientes:
- Clarificación
de las responsabilidades y papeles de las instituciones
encargadas de implementarla, al igual que
su plena participación.
- Planes
de acción, especificando las fechas de implementación.
- Políticas,
legislación
y marcos reguladores.
- Proyectos
y programas, movilizando recursos para su implementación.
- Una
comunicación pública efectiva para garantizar
un amplio sentido de pertenencia y participación,
en una forma tal que minimice el conflicto.
VII.
Monitoreo y Evaluación (M&E)
La implementación
de una plataforma nacional requiere del monitoreo o supervisión
de sus actividades, y la comprensión
tanto de lo que está y de lo que no está funcionando.
El establecimiento de un mecanismo efectivo de M&E es vital
para el proceso de las PN. Ello incluye el monitoreo y la evaluación
del progreso, los resultados y su incidencia. La evaluación
del proceso mide la implementación de las actividades
y qué tan efectiva es su realización. El M&E
de los resultados implica medir el efecto de las actividades
que se
han llevado a cabo, principalmente en cuanto a los cambios más
inmediatos, tangibles u observables. La evaluación del
impacto está dirigida a determinar aquellas consecuencias
más
amplias y a largo plazo de la intervención.
Un efectivo
M&E para la reducción del riesgo de desastres
debe ser: participativo, práctico y reflexivo. El aprendizaje
institucional es un aspecto importante del proceso de M&E,
ya que una organización analiza sus propios objetivos
y su capacidad para lograrlos. Ésta también es
capaz de percatarse de lo anterior mediante la reflexión
de las experiencias y las incidencias del desarrollo. El otro
elemento
del proceso
de M&E es el tratamiento de indicadores, referencias y límites.
Estos indicadores podrían ser cuantitativos y/o cualitativos,
y deberán reflejar el estado y las tendencias de un producto
particular del proceso. Sobre la base de estos indicadores, se
deberán
elaborar informes anuales para permitirles a los grupos involucrados
observar el progreso realizado.
VIII.
Apoyo al Proceso de las PN para la RRD
El proceso
de las PN es cíclico
y continuo: planificación, acciones, aprendizaje y,
nuevamente, planificación y acciones. Es un proceso que
se adapta y que requiere del establecimiento de mecanismos, políticas,
marcos jurídicos e institucionales para coordinar e integrar
los aspectos económicos, sociales y ambientales de la
RRD. La aplicación efectiva de
los principios guía de las PN (enunciados en páginas
anteriores) es sin duda un reaseguro de la buena marcha del
proceso. Las medidas claves que deben tomarse en este contexto
son:
- El desarrollo
de una cultura de las PN.
- La
institucionalización del proceso de las PN.
- El
establecimiento de mecanismos jurídicos y de
control apropiados.
- La
comunicación pública y la participación
efectiva.
- La
movilización, la participación y el
fortalecimiento de la capacidad nacional para lograr
un proceso continuo de las
PN.
El
valor agregado de las PN para la RRD debe
ser
evidente para todos los participantes. La
reducción
del riesgo de desastres todavía depende, en gran
medida, del compromiso de las autoridades del sector público.
Por esto, es imprescindible tomar en consideración
las pautas mediante las cuales las autoridades públicas
establecerán
las prioridades. Con respecto al acceso a componentes esenciales
como la voluntad política, el liderazgo y el compromiso
de la asignación de recursos por parte de los líderes
nacionales, las PN deberán tener sentido
económico y político. Las opiniones de los
expertos y académicos, al igual que de las principales
organizaciones de desarrollo, tendrán incidencia, pero
usualmente no serán
tan suficientes para estimular la gran cantidad de recursos
y energía
que se requieren para realizar el funcionamiento efectivo y
la sostenibilidad de las PN.
[1] Ello
se refiere a los cinco principales grupos de interés
(stakeholders):
el sector público (el gobierno y los órganos estatutarios),
el sector privado (compañías con fines de lucro),
las ONG y la sociedad civil (incluyendo los líderes comunitarios
individuales), las instituciones académicas e investigativas,
y los medios de comunicación (definición convencional
de multistakeholder, tomado del modelo de Estrategia
Nacional de Conservación, ENC, de la UICN).
[2] Además
de los sectores económicos convencionales
y/o las divisiones ministeriales o departamentales dentro del
sector público, tales como la agricultura, las finanzas,
la salud, la educación, etc. Éstos variarán
según
el gobierno in situ. |