Un Sistema de Alerta Temprana, SAT, facilita información oportuna y eficaz a través de instituciones y actores claves, que permite a individuos expuestos a una amenaza, tomar acciones a fin de evitar o reducir su riesgo y prepararse para una respuesta efectiva.
Para que un SAT sea funcional, debería incluir, al menos, los siguientes elementos:
- Conocimiento y mapeo de amenazas;
- Monitoreo y pronóstico de eventos inminentes;
- Proceso y difusión de alertas claras para autoridades políticas y la población;
- Adopción de medidas apropiadas y oportunas en respuesta a tales alertas.
En los SAT’s funcionales intervienen diferentes actores:
- Instituciones científicas y técnicas;
- Autoridades y agencias de protección civil; y
- Comunidades
El papel de la alerta temprana, dentro del contexto del manejo y control de las emergencias, puede entenderse más fácilmente reenfocando la discusión en términos del problema físico o evento peligroso, el cual es real.
Toda persona, desde los expertos y especialistas hasta los individuos que viven en las áreas donde sucede el evento, pueden hablar de ello en términos tangibles, relacionándolos con dos modos operacionales o funcionales:
- Estado de preparación: La preparación ante el peligro si éste ocurre; y
- Estado de acción: Enfrentar el evento peligroso cuando este ocurra.
La ocurrencia del evento peligroso ocasiona la transición de un estado a otro. Cuando ocurre, la comunidad afectada se enfrenta con él y cuando ha lidiado con él, se prepara en caso de que ocurriese nuevamente. Un sistema de alerta temprana ayudaría a la comunidad afectada a maximizar el tiempo disponible antes de que ocurra el evento, para adoptar las medidas apropiadas y oportunas, reduciendo las posibles afectaciones.