Estrategia
Internacional para la Reducción de Desastres Las Américas |
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Plataformas Nacionales para la Reducci�n de Desastres Tal y como se mencionó en el Marco para la Acción de Hyogo, la participación nacional, como eslabón básico en la cooperación subregional e internacional para la reducción de desastres, es un factor crítico para el éxito de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de las Naciones Unidas (EIRD-ONU). En ese marco, uno de los objetivos principales de la EIRD es el desarrollo de mecanismos nacionales con una evidente composición multisectorial, que tengan como objetivo reducir el riesgo de los desastres. Estos mecanismos son manifestaciones concretas de la voluntad política y del reconocimiento institucional de la reducción de los riesgos de los desastres, y demostrando que es un tema relevante para el interés nacional. Para poder ser eficaces, estos mecanismos denominados en forma general como “plataformas nacionales” -también conocidos como “sistemas nacionales”- deben establecerse mediante un proceso participativo que incluya perspectivas y acciones multisectoriales. Una plataforma nacional para la reducción de desastres se puede definir como un mecanismo nacional – que adopta la forma de sistema, foro, comité, red, etc.- que aborda los objetivos de la reducción del riesgo de desastres mediante un proceso coordinado y participativo de ideas y acciones. El proceso que llevan a cabo las plataformas nacionales abarca el análisis de la situación, la formulación de políticas y planes de acción, y la implementación, monitoreo y revisión habitual de las actividades para la reducción de desastres. El énfasis de este proceso es la gestión del progreso hacia los objetivos de la reducción de los desastres y no necesariamente la producción de un “plan” como producto final. Las plataformas nacionales pueden servir de herramientas para la toma informada de decisiones, brindando un marco de trabajo para un análisis sistemático y el compromiso con aquellas acciones prioritarias entre diferentes sectores y territorios. Para lograrlo, se institucionalizan los procesos de consulta, negociación, mediación y el establecimiento del consenso sobre temas sociales prioritarios donde los intereses difieren. Estas a su vez, facultan a los países a abordar problemas sociales, económicos y ecológicos interrelacionados, al contribuir al desarrollo de las capacidades, establecer procedimientos y marcos legislativos, asignar racionalmente recursos limitados, y presentar un cronograma de las acciones a llevarse a cabo. Los países se pueden beneficiar en forma sustancial con el desarrollo de una efectiva plataforma nacional tanto directa -como resultado de la reducción del riesgo de desastres- como indirectamente -del proceso en sí. Cada país necesita determinar por sí mismo la mejor forma de abordar el establecimiento e implementación de su plataforma nacional, dependiendo de las circunstancias prevalecientes en términos económicos, sociales y ecológicos. En la mayoría de los casos, las plataformas nacionales se desarrollarán en un contexto de mecanismos y procesos ya existentes. El fortalecimiento, realineación o redirección de las estructuras presentes, permitirán el desarrollo de las capacidades de forma más eficiente y efectiva. Los grupos o comités nacionales existentes para reducir los desastres también tendrán la oportunidad de incrementar su acceso a otros órganos relevantes en los ámbitos nacional, regional y mundial, al igual que verán fortalecidos sus vínculos. Mas allá de la modalidad organizativa que adopte una plataforma nacional, el valor agregado de su funcionamiento está dado por su composición multisectorial e interdisciplina-ria. La plataforma debe convocar no solo a los actores del sector público nacional, sino también a los distintos segmentos de la sociedad civil, las ONGs, el sector privado, el sector académico y los medios de comunicación. De la misma manera, las plataformas nacionales deben ser flexibles. La dinámica de las situaciones nacionales, principalmente en términos de los factores políticos y económicos, también requieren que las plataformas nacionales respondan ante el cambio y sean adaptables. Es improbable encontrar una plataforma nacional que desde su inicio se establece con una composición ideal en términos de sus integrantes. De allí que es válido hablar del proceso “desarrollo y fortalecimiento” de las plataformas haciendo explícita referencia a su característica de evolutiva. Las plataformas generalmente se inician con un núcleo pequeño de instituciones con mayor compromiso con el tema de la reducción de desastres, y bajo el liderazgo de una de ellas. En su evolución, la plataforma va sumando otros actores y grupos de interés que ven en la plataforma una herramienta representativa y concreta para transmitir sus perspectivas y desarrollar sus iniciativas. El valor agregado de las plataformas nacionales debe ser evidente para todos los participantes. La reducción del riesgo de los desastres todavía depende, en gran medida, del compromiso de las autoridades del sector público. Para tener acceso a componentes esenciales como la voluntad política, y compromiso para la asignación de recursos por parte de los líderes nacionales, las plataformas nacionales deberán demostrar su valor tanto en forma política como económica. Las opiniones de los expertos y académicos, al igual que de las principales organizaciones de desarrollo son esenciales, pero no suficientes para estimular la gran cantidad de recursos y energía que se requieren para realizar el funcionamiento efectivo y la sostenibilidad de las plataformas. De allí que un ingrediente básico en una plataforma nacional es la participación activa y comprometida de los principales actores del sector público con responsabilidad en la reducción de desastres. Entre los objetivos de una plataforma nacional figuran: •
Incrementar la colaboración entre los grupos nacionales involucrados
en la reducción de desastres; La secretaría de la EIRD, en coordinación con otras agencias de la ONU (en particular el PNUD) y organizaciones regionales relevantes, promueven en forma activa el desarro-llo y el fortalecimiento de las plataformas nacionales. Como parte de los esfuerzos, la secretaría del EIRD ha producido un documento de trabajo denominado “Principios Guía: Plataformas Nacionales para la Reducción de Desastres”. Este documento que puede ser consultado en español en el sitio web de la www.eird.org.
Nuevas Plataformas Nacionales en la región NICARAGUA La Plataforma Nacional la constituye el SINAPRED: Sistema
Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención
de Desastres Naturales COLOMBIA La Plataforma Nacional está compuesta para el Ministerio del Interior, la Defensa Civil, Ministerio de Relaciones Exteriores y el Departamento Nacional de Planeación: Ministerio
del Interior y de Justicia Defensa
Civil Ministerio
de Relaciones Exteriores Departamento
Nacional de Planeación ECUADOR La Plataforma Nacional la constituye la Defensa Civil, el Ministerio de Medio Ambiente, el SENPLADES, el COPEFEN y el INECI: Defensa
Civil - Dirección Nacional - Quito, Ecuador Ministerio
Medio Ambiente del Ecuador Secretaría
Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES) Unidad
Coordinadora del Programa de Emergencia para Afrontar Fenómenos
Naturales (COPEFEN) Instituto
Ecuatoriano de Cooperación Internacional (INECI) COSTA RICA La Plataforma Nacional está compuesta por la Junta Directiva de la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias que a su vez está constituida por 8 ministerios y la Cruz Roja: Comisión
Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias
(CNE) Cruz
Roja Costarricense Ministerio
de Ambiente y Energía (MINAE) Ministerio
de Salud Ministerio
de Seguridad, Gobernación y Policía Ministerio
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