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CEPAL Temporada de huracanes en el Caribe dej� p�rdidas superiores a los US$2.100 millones El devastador paso de los huracanes Iván y Jeanne por el Caribe durante setiembre y octubre del 2004 dejó cuantiosos daños en las economías de varios países. Según una evaluación preliminar efectuada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las pérdidas directas e indirectas de estos desastres de origen natural ya superan los US$1.700 en tres Estados: Granada, Jamaica y República Dominicana, mientras que los daños ocasionados en Haití, Bahamas y las Islas Caimán aún están en etapa de estudio. De acuerdo con los especialistas de la CEPAL encargados de la evaluación, la extraordinariamente activa temporada de huracanes 2004 en el Caribe provocó grandes daños en especial a los Estados y naciones islas de esta región, así como a algunos sectores de países colindantes, como el Estado norteamericano de Florida y la isla de Cozumel en México. Las pérdidas humanas y socioeconómicas más severas se concentraron en los países pequeños menos desarrollados, como Haití y Granada, aunque otras naciones con medio ambiente frágil (como las Bahamas o las Islas Cayman) y economías endeudadas (como Jamaica y la República Dominicana), también se vieron afectadas gravemente. Efectos de los huracanes en Bahamas, Granada, Jamaica y República Dominicana Las
Bahamas, un archipiélago, ecológicamente frágil,
cuya mayor superficie territorial es marítima, sufrió el
embate doble de dos huracanes de gran fuerza, Frances y Jeanne. El efecto
combinado de ambos representó daños directos y pérdidas
económicas indirectas superiores a los 550 millones de dólares,
es decir más del 10% del PIB corriente del año anterior.
Ello significa que una economía que esperaba crecer en cerca del
3% por la expansión de la actividad turística y las nuevas
inversiones en esa actividad y en las zonas francas, experimentó
una baja, aproximadamente, en su actividad económica del 1.7% en
el 2004. Los efectos del paso del huracán Iván por la isla de Granada se dejarán sentir por muchos años en su economía. Según las estimaciones, el 89% del total de las viviendas del país resultaron destruidas. Se prevé que la expansión económica de Granada se verá recortada en seis puntos porcentuales, al final del 2004 con una contracción del PIB del 1,4%, situación que se repetiría por varios períodos. Entre las actividades más afectadas están el turismo y la producción de cultivos tradicionales. El daño total del huracán en Granada es de cerca de US$889 millones, lo que equivale a más del doble del valor presente del PIB anotado durante el año 2003. El 89% de este monto corresponde a daños directos, mientras que el 11% restante a daños indirectos (es decir, el efecto en la producción doméstica de bienes y servicios). En Jamaica, el huracán Iván dejó un saldo aproximado de US$575 millones en daños, lo que equivale al 8% del PIB de ese país. El 62% de esa cifra corresponde a destrozos directos de activos físicos, mientras que el 38% restante son pérdidas indirectas debidas a la reducción de la actividad económica esperada para el 2004 y los tres años siguientes. Este desastre revertirá la tendencia de recuperación del crecimiento que Jamaica venía experimentando desde el 2002: antes del paso de Iván, se calculaba que el 2004 sería su tercer año consecutivo de expansión, con una tasa estimada del 2,6%. Sin embargo, ahora el crecimiento llegará sólo a un 1,9%. Por su parte, el paso del huracán Jeanne por República Dominicana dejó daños evaluados preliminarmente por la CEPAL en US$270 millones, equivalentes al 1,7% del PIB de ese país en el año 2003. El 55% de estos daños son pérdidas directas, especialmente en activos y producción agrícola, mientras que el 45% restante corresponde a daños indirectos en varios sectores, aumentos en costos operacionales oingresos menores en servicios como agua, electricidad, transporte y turismo. Los sectores productivos fueron los más afectados (60% del total de daños), mientras que el impacto en la infraestructura del país representa el 33% y los sectores sociales sólo dan cuenta del 6% de la cifra total. Si se consideran además otros desastres sufridos por República Dominicana en los últimos doce meses, como los aludes y lluvias torrenciales ocurridas en noviembre del 2003 y mayo del 2004, el daño total en este país supera los US$320 millones. De éstos, US$125 millones corresponden al sector agrícola. Situación en Haití e Islas Caimán La CEPAL comenzó en octubre pasado los preparativos para asistir al Gobierno interino de Haití en la evaluación de los daños provocados por el paso del huracán Jeanne. La evaluación final está aun pendiente (al cierre de esta edición), pero las consecuencias en el norte y noroeste del territorio fueron desastrosas, especialmente en la ciudad de Gonaives, la tercera más grande del país. En tanto, en las Islas Caimán el huracán Iván mermó principalmente su sector turismo y su infraestructura social, de vivienda y comunicaciones. Por más de 30 años, la CEPAL ha desarrollado una metodología integral para evaluar los impactos socioeconómicos y ambientales de los desastres causados por eventos naturales extremos. Al utilizar procedimientos objetivos para medir los daños y pérdidas, se ha convertido en un instrumento estándar para los gobiernos de América Latina y el Caribe y ha probado ser indispensable para la elaboración de cualquier estrategia que busque promover una recuperación del país, más allá de la fase de emergencia inicial. “Intensificar la cooperación con miras a reducir el número y los efectos de los desastres de origen natural y de los desastres provocados por el hombre”, es uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, el conjunto de metas establecidas por 189 Jefes de Estado en la Cumbre del Milenio, celebrada en setiembre del 2000 en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
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