CR�NICA
de un Decenio, 1990 - 1999
La
transformaci�n de la naturaleza es parte del proceso de la
progres�on y la convivencia pac�fica de esta evoluci�n entre
las civilizaciones y la natura es el desaf�o que nos toca.
La relaci�n entre el peligro de un fen�meno natural y las
condiciones vulnerables creadas por el ser humano en su espacio
f�sico, econ�mico, social, pol�tico y ambiental es lo que
determina el grado de riesgo. La urbanizaci�n acelerada, el
aumento demogr�fico, la degradaci�n ambiental y el asecenso
de la pobreza en grandes grupos de la poblaci�n de la Regi�n
nos hacen m�s fr�giles ante la furia de la naturaleza. Agregamos
a estas preocupaciones tambi�n los peligros provocados por
el hombre, como transportes de materiales peligrosos, accidentes
tecnol�gicos, incendios forestales, conflictos; el escenario
se complica
Conforme
llega a su conclusi�n el Decenio Internacional para la Reducci�n
de los Desastres Naturales (DIRDN), la comunidad internacional
y nacional ha venido adquiriendo una mayor conciencia en el
sentido de que los desastres naturales son una amenaza grave
para la estabilidad econ�micosocial: en esencia, un obst�culo
para el desarrollo. El mayor reto del Decenio radica en la
creaci�n de una cultura global de prevenci�n.
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El programa del
DIRDN y su constituci�n
En diciembre de 1988, se produjo el devastador
terremoto de Spitak, Armenia. Lo precedieron desastres de consideraci�n como la avalancha
volc�nica del Nevado del Ruiz en Colombia y el terremoto en M�xico D.F., ambos en 1985.
Para finales de la d�cada, los especialistas en gesti�n de desastres y la comunidad
cient�fica y t�cnica del planeta hab�an reconocido la necesidad de buscar un
complemento al socorro y la rehabilitaci�n: una mayor y mejor contribuci�n internacional
integrada para la prevenci�n y mitigaci�n de los desastres. Con base en la convicci�n
de que ya exist�a el conocimiento y la tecnolog�a que se requer�an para reducir el
impacto negativo de los fen�menos naturales, la Asamblea General de las Naciones Unidas
estableci� el Decenio Internacional para la Reducci�n de los Desastres Naturales (DIRDN)
con su resoluci�n 44/236 del 22 de diciembre de 1989.
Se inst� a todos los pa�ses a fundar Comit�s
Nacionales, y se estableci� un peque�o marco internacional para brindarles apoyo por
medio de un Comit� Cient�fico-T�cnico, un comit� Inter-agencial y una Secretar�a con
sede en Ginebra y luego una Unidad para Am�rica Latina y el Caribe establecida en Costa
Rica.
En Am�rica Latina y el Caribe, muchas organizaciones
regionales, internacionales y de la ONU han adoptado estrategias para la reducci�n de
desastres, y han apoyado esfuerzos nacionales, locales y sectoriales para alcanzar las
metas del Decenio, mediante acciones pol�ticas o implementaci�n de programas.
Presidentes y ministros han reconocido la importancia de la reducci�n de desastres en las
agendas pol�ticas regionales. A�n falta mucho para que estas decisiones y
recomendaciones se vuelvan plenamente operativas, pero son un avance en la direcci�n
correcta.
La mayor�a de los esfuerzos nacionales en la regi�n
se han canalizado por medio de instituciones preexistentes dedicadas a la gesti�n de
emergencias. Se trata de organizaciones cuyo mandato ha sido principalmente el de los
preparativos y la respuesta a los desastres. No obstante, muchas de ellas han dado gran
importancia a las campa�as de informaci�n p�blica, a la educaci�n y a los cambios en
la legislaci�n. Un reto para el futuro ser� una mayor integraci�n de las entidades de
planificaci�n, el sector privado y la sociedad civil.
Los
elementos de la reducci�n de desastres naturales
adoptados por el DIRDN
La reducci�n de desastres es un concepto estrat�gico
que lleva a la disminuci�n de la p�rdida de vidas y propiedades, as� como de los
descalabros sociales y econ�micos producto de los desastres naturales. Se relaciona con
otros enfoques estrat�gicos manejados por la comunidad internacional, como el desarrollo
sostenible, la erradicaci�n de la pobreza, la protecci�n de los recursos naturales, el
cambio clim�tico, la globalizaci�n econ�mica y las alianzas entre el sector p�blico y
privado.
La reducci�n de los desastres inyecta las
preocupaciones espec�ficas de la gesti�n del riesgo y la dsiminuci�n de la
vulnerabilidad en estas estrategias econ�micas y sociales. Al mismo tiempo, extrae
ense�anzas y conocimientos de otros dominios para contribuir al desarrollo de sus propias
pol�ticas, esfuerzos por generar conciencia, y necesidades de coordinaci�n.
Igualmente es un proceso continuo que no se limita a un
solo desastre, motiva a las sociedades a que se involucren en la gesti�n consciente del
riesgo, m�s all� de la respuesta tradicional al impacto de los fen�menos naturales; es
multisectorial e interdisciplinaria, e integra una amplia gama de actividades relacionadas
entre s� en el �mbito local, nacional, regional e internacional. Estas incluyen:
Actividades comprehensivas de investigaci�n para un
mejor entendimiento de los peligros naturales y c�mo se puede responder mejor a sus
efectos.
La aplicaci�n del conocimiento cient�fico y la
tecnolog�a para la prevenci�n de los desastres y su mitigaci�n, incluyendo la
transferencia de experiencias y un mayor acceso a los datos relevantes.
Medidas estructurales para fortalecer la resistencia
de los asentamientos humanos y la infraestructura p�blica a los desastres naturales y
para limitar los impactos potenciales de los fen�menos naturales sobre los sistemas
socioecon�micos, basados en la evaluaci�n y los mapas de riesgo.
Programas sostenidos de informaci�n y
concienciaci�n p�blica sobre los peligros naturales, la vulnerabilidad y los riesgos,
adoptando programas de educaci�n formal y capacitaci�n profesional.
Un compromiso pol�tico p�blico con la prevenci�n y
mitigaci�n de desastres, incluyendo la adopci�n de legislaci�n relevante en los planos
nacional y local.
La integraci�n de la prevenci�n de desastres en la
planificaci�n nacional, incluyendo el establecimiento de mecanismos eficaces de gesti�n
del riesgo y de socorro en caso de emergencias.
Medidas de ordenamiento territorial que incluyan
conciencia de los peligros, an�lisis de vulnerabilidad y evaluaci�n de riesgos con la
participaci�n activa de las autoridades locales.
Medidas de descentralizaci�n de las
responsabilidades operativas y los recursos presupuestarios para la gesti�n del riesgo
que potencien a las comunidades locales, les permitan actuar de manera m�s independiente,
y mejoren su resistencia a los desastres naturales.
Comprendiendo
el concepto del riesgo
Con el fin de apreciar plenamente la factibilidad de la
prevenci�n de los desastres, es esencial reconocer las causas; la diferencia entre
peligro (amenaza), vulnerabilidad y riesgo, algo que se comprende actualmente mucho mejor,
sobre todo en Am�rica Latina y el Caribe.
Los peligros (amenazas) naturales don fen�menos como
los terremotos, las erupciones volc�nicas, los deslizamientos de tierra, los maremotos,
los ciclones tropicales y otras tormentas severas, los tornados, las inundaciones costeras
y el margen de los r�os, los incendios forestales y resultantes humaredas, y las
sequ�as.
La vulnerabilidad a los desastres naturales es una
funci�n de la conducta del ser humano. Describe el grado en que un sistema
socioecon�mico es susceptible al impacto de los fen�menos naturales. Incluye aspectos
como el grado de conciencia de los peligros, el estado de los asentamientos humanos y la
infraestructura, las pol�ticas y la gesti�n p�blica, y la capacidad de organizaci�n en
todos los campos del manejo de los desastres entre otros.
El riesgo de un desastre natural es la probabilidad
de que �ste ocurra. Dicho de otra manera, es el impacto de un peligro natural sobre un
sistema socioecon�mico con un cierto nivel de vulnerabilidad.
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