Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres
América Latina y el Caribe  

Revista EIRD Informa - América Latina y el Caribe
Número:13 -2006 -12/2006 - 11-/2005 - 10/2005 - 9/2004 - 8/2003 - 7/2003 - 6/2002 - 5/2002 - 4/2001- 3/2001 - 2/2000 - 1/2000
Desastres en la Región

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Sobre los usos del pronóstico de El Niño en América Latina y el Caribe

Por Víctor O. Magaña Rueda y
Jorge Luis Vázquez Aguirre
Centro de Ciencias de la Atmósfera
Universidad Nacional Autónoma de México
México D.F. 04510

 

Un potencial Sistema de Alerta Temprana ante El Niño

Los costos que El Niño de 1997-98 tuvo en Latinoamérica se estiman en más de ocho mil quinientos millones de dólares, aunque muchos piensan que fueron mucho mayores. Ante ello, se ha planteado la posibilidad de utilizar el pronóstico de El Niño en la planeación de nuestras estrategias de desarrollo. Los avances en el entendimiento de cómo El Niño afecta el clima de Latinoamérica y el Caribe ha llevado a los sectores afectados y a las autoridades de los países de la región a considerar estrategias que permitan disminuir los impactos negativos de dicho fenómeno.

Por mencionar algunas de las dificultades asociadas a la implantación de un potencial Sistema de Alerta Temprana ante El Niño se pueden considerar: i) una capacidad limitada para elaborar pronósticos climáticos, ii) falta de estrategias para comunicar información técnica a los usuarios de esta información, iii) falta de comunicación institucional para traducir la información del pronóstico climático en acciones concretas de prevención. Existen sin embargo algunos países en los cuales el uso de la información climática y de El Niño ya es una realidad. Es por ello que la eventual implantación de un sistema como el antes mencionado, puede representar el factor que disminuya la vulnerabilidad que muchos países tienen ante El Niño.

En el presente trabajo se analiza cómo los países de Latinoamérica y el Caribe se enfrentan a condiciones climáticas extremas asociadas a El Niño, cuáles son algunos de los sectores más afectados por este, y cómo podría aprovecharse el pronóstico climático, principalmente durante eventos extremos (Niño o Niña) para disminuir algunos de los efectos negativos que pueden presentarse.

Lecciones de El Niño 97-98 se traducen en iniciativas para disminuir la vulnerabilidad a condiciones climáticas anómalas

El fenómeno El Niño se ha vuelto parte del lenguaje de la población y de los sectores gubernamentales, tal como lo era de la comunidad de las ciencias ambientales. Sin embargo, no es claro que todos entiendan lo que tal condición climática significa, y menos aún, cómo se refleja en el clima regional. Con frecuencia, El Niño se ha convertido en “el chivo expiatorio” para justificar la gran vulnerabilidad de Latinoamérica y el Caribe a la variabilidad natural del clima.

El evento El Niño más reciente, ocurrido entre 1997 y 1998, obligó a muchos sectores de la población a demandar información más clara sobre lo que estaba ocurriendo con el clima. La ocurrencia de eventos extremos asociados a El Niño, como lluvias intensas o sequías prolongadas, constituyó un factor adicional de pérdidas en diversos sectores económicos que directa o indirectamente dependen del clima. Según algunas estimaciones, las pérdidas económicas en Latinoamérica asociadas a El Niño 97-98 alcanzaron los US$8,500 millones. Sin embargo, muchos piensan que éstas fueron mucho mayores. Los impactos negativos del fenómeno no se reducen a costos en miles de millones de dólares. Es ampliamente conocido que el costo social de El Niño es también grande. Muertes, migraciones o hambre, son sólo algunas de las formas en que se expresa El Niño entre la población.

La experiencia de eventos El Niño anteriores, principalmente en países severamente afectados por este fenómeno, ha resultado en estrategias de adaptación que involucran no sólo a los sectores oficiales, sino también a la población y a los sectores productivos. Ante el anuncio de un evento Niño, la solicitud de créditos a instituciones financieras mundiales, para implementar acciones preventivas, resultó en una atenuación de los impactos negativos del fenómeno. Este, sin embargo, sólo es el caso de un número limitado de países de la región. La cultura de la reacción, en vez de la prevención, ha dado como resultado pérdidas cuantiosas. Muchos países aun trabajan en la recuperación de las condiciones existentes previas a 1997.

Las lecciones de El Niño 97-98 comienzan a traducirse en iniciativas para disminuir la vulnerabilidad a condiciones climáticas anómalas. Varios países han cambiado sus legislaciones para poder actuar previniendo. Sin embargo, en muchos de los países que no han tomado medidas será necesario contar con apoyo financiero para disminuir la vulnerabilidad de los sectores y grupos de población que en el pasado han sido más afectados. Varias instituciones financieras internacionales interesadas en el tema, desarrollan estudios para determinar en qué medida es posible implementar sistemas de alerta que, ante el pronóstico de la ocurrencia de El Niño o La Niña, pongan en marcha acciones destinadas a aminorar los potenciales efectos de estos fenómenos. Es claro que para poder actuar a partir de un pronóstico de un Niño, se debe tener cierta capacidad para primero, traducir la información que generan los grandes centros de pronóstico en predicciones locales y más aún, para que dichos pronósticos locales sean entendidos y aprovechados por los sectores que son usualmente más afectados.

En el presente trabajo se describe parte de las conclusiones obtenidas durante una de las etapas del proyecto “Estudio de Factibilidad de la predicción y atenuación de los impactos socioeconómicos de El Niño Oscilación del Sur en Latinoamérica y el Caribe”, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo. El objetivo de este proyecto es:

Diseñar y determinar la viabilidad de un proyecto para establecer un sistema regional que produzca alertas tempranas de peligro inminente en diversos sectores sociales y económicos, a partir de predicciones del fenómeno de El Niño, para así aminorar sus efectos negativos. La viabilidad del proyecto es analizada desde el punto de vista técnico, económico, social, ambiental, legal e institucional.

La evaluación de las capacidades técnicas e institucionales para aprovechar los pronósticos de El Niño que generan las grandes instituciones de estudios climáticos, fue realizada mediante visitas a la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, para interactuar no sólo con aquellos responsables de analizar y producir información técnica sobre el clima (tales como los Servicios Meteorológicos Nacionales), sino también, y principalmente, con los usuarios de esta información. Varias fueron las conclusiones obtenidas después de más de tres meses de viajar por el continente, y de hablar con personal del sector agrícola, manejo de agua, generación de energía eléctrica, protección civil, salud, sectores afectados por El Niño.

Aprovechamiento sectorial de pronósticos de El Niño

En la mayoría de los países de la región se elaboran pronósticos mensuales de condiciones climáticas, principalmente asociadas con las características de la lluvia. Sin embargo, estas predicciones rara vez son elaboradas considerando las necesidades de los sectores interesados en la información. Así por ejemplo, se emiten boletines mensuales con un formato rígido y un lenguaje técnico que pocas veces es comprendido por los usuarios. Parte del problema radica en el hecho de que sólo en contadas ocasiones los servicios meteorológicos disponen de un especialista en el campo de la variabilidad climática que se encargue de elaborar pronósticos del clima, aún y cuando existe gran interés en la comunidad por disponer de pronósticos climáticos.

La credibilidad en el pronóstico climático es un aspecto fundamental para que un sistema de alerta ante El Niño pueda ser usado. Dado que sólo entendemos una parte de la variabilidad del clima, aquella asociada a El Niño, un sistema de alerta temprana ante este fenómeno sólo debe ponerse en operación ante la proximidad de este tipo de eventos. Se debe ser claro, los pronósticos climáticos regionales son buenos cuando existe una señal intensa de El Niño. Aún no es claro como debe estructurarse un sistema de alerta para cada país, pero existen elementos que en general deberán ser considerados. Así, se requiere que los centros nacionales de pronóstico cuenten con especialistas, que se mantenga una estrecha relación con los usuarios para entender sus demandas de información, y para que ellos conozcan los alcances y limitaciones del pronóstico. Se debe contar con mecanismos eficientes de comunicación que permita que la información llegue a un mayor número de usuarios. La radio ha probado ser un canal eficaz para este fin en América Latina y el Caribe. La difusión de pronósticos climáticos basados en la señal Niño(a), así como sus alcances y limitaciones, el uso de un lenguaje simple y directo puede resultar más claro y comprensible para los usuarios, que si la información se presenta usando términos técnicos. El buen entendimiento del pronóstico se traduce en una planeación estratégica, que finalmente resulta en beneficios económicos para muchos sectores.

Hoy día existe la posibilidad de implementar sistemas de alerta temprana ante El Niño que permitan planear y prevenir, pues la legislación y la normativa de diversos países en América Latina, en materia de prevención de desastres ha cambiado. Estas modificaciones tuvieron lugar posteriormente a las experiencias negativas que se tuvieron durante El Niño de 1997-98

La utilización de pronósticos climáticos, como aquellos basados en la señal El Niño constituye una actividad relativamente reciente. Es por ello que aún no se definen los mejores esquemas de aprovechamiento y difusión de esta información. Actualmente se trabaja en ello y será sólo a través del trabajo conjunto entre usuarios y generadores de pronóstico que se encuentre la mejor forma de aprovechar la información. El Niño y La Niña son fenómenos recurrentes que eventualmente nos volverán a afectar. Será conveniente que se disponga de estrategias que permitan reducir sus impactos negativos. No está lejano el día en que El Niño deje de ser la amenaza que es hoy en día, para convertirse en una oportunidad para muchos.

Para mayor información contactar a:
Jorge Luis Vázquez Aguirre,
Coordinador del Proyecto
victormr@servidor.unam.mx
Oscar Arango, Director Regional de la Organización
Mundial de Meteorología (OMM)


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