Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres
América Latina y el Caribe  

Revista EIRD Informa - América Latina y el Caribe
Número:13 -2006 -12/2006 - 11-/2005 - 10/2005 - 9/2004 - 8/2003 - 7/2003 - 6/2002 - 5/2002 - 4/2001- 3/2001 - 2/2000 - 1/2000

 

 

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Educación de paz para la reducción del riesgo de desastres: El Marco de Acción de Hyogo (MAH)

El Marco de Hyogo representa un esquema global para la reducción del riesgo de desastres que adoptaron 168 gobiernos, los cuales acordaron las siguientes cinco prioridades para la acción: (1) Lograr que la reducción del riesgo de desastres constituya una prioridad; (2) Conocer el riesgo existente y tomar acciones; (3) Desarrollar un mayor grado de comprensión y concientización; (4) Reducir el riesgo; y, (5) Estar preparados y listos para actuar.

Aunque Hyogo representa un avance sin precedentes en la reducción del riesgo de desastres a nivel mundial, debe recordarse que son las autoridades nacionales y organizaciones internacionales las que se ocupan ampliamente de esta reducción, y cuya práctica aplicada no puede mantenerse al nivel de los adelantos teóricos dentro de la comunidad dedicada a la reducción del riesgo de desastres. Como quiera que esto se entienda, los expertos en reducción del riesgo de desastres también necesitan referirse a otros modelos de práctica y marcos ya desarrollados en otros campos de estudio relacionados, tales como el ambiente, asuntos de género, el VIH y los estudios de paz.

Por ejemplo, la utilización de la metodología de investigación de la educación para la paz puede integrar el Marco de Acción de Hyogo a un marco para el aprendizaje, el cual le brindará ayuda al nuevo tipo de razonamiento y subsiguientes conductas que pudieran contribuir a sustentar este esfuerzo. Estos cambios tanto en el razonamiento como en el comportamiento pueden facilitarse a través de las metodologías de la educación para la paz que hacen énfasis en las modalidades basadas en la investigación, el razonamiento crítico y el aprendizaje cooperativo. Además, la educación para la paz se puede difundir más ampliamente al haber una emergencia, la cual puede considerarse como el punto inicial: ésta puede originar una “situación de crisis” en la que la reconstrucción del sistema ofrezca una excelente oportunidad para transformar la educación y los valores en una comunidad determinada, para que pueda satisfacer las necesidades de aprendizaje de diversos grupos dentro de una población en particular. También puede servir como mecanismo para contribuir a la prevención de emergencias y a la reducción de la violencia.

La educación en casos de emergencia y para fines de reconstrucción es un campo relativamente nuevo que ofrece una serie de retos. Se le puede brindar una mayor oportunidad a la educación de contribuir al desarrollo de procesos y actividades, en vez de servir como medio para mantener el status quo. A continuación, examinaremos brevemente los cinco puntos del Marco de Acción de Hyogo e identificaremos los tipos de aprendizaje que deberán producirse para facilitar la obtención de los resultados que el Marco ha identificado.

(1) Lograr que la reducción del riesgo de desastres constituya una prioridad

Los ciudadanos necesitan comprender que sus conductas y prácticas tienen un gran impacto en el ambiente. El cambio ambiental es un tema transversal de la seguridad humana, al igual que la libertad de las amenazas existentes. Según el Sr. Kofi Annan:

“… Una nueva comprensión del concepto de seguridad está evolucionando…La necesidad de aplicar un enfoque de seguridad más centrado en el ser humano es aún mayor… La seguridad humana, en su sentido más amplio, abarca mucho más que la ausencia de conflictos violentos… La libertad de la necesidad, la libertad del temor y la libertad de las futuras generaciones de heredar un medio ambiente sano —estas son las dimensiones que de forma interrelacionada componen la seguridad humana y, por lo tanto, la seguridad nacional”.

La perspectiva de la seguridad humana se ve amenazada por el subdesarrollo (libertad de la necesidad), los conflictos violentos (libertad del temor) y los peligros sociales y naturales (libertad de los impactos de las amenazas existentes). Tal como lo subraya Brauch (2006), existe la necesidad de fortalecer la seguridad humana como una “libertad del impacto de las amenazas”, lo que requiere de la plena integración de esfuerzos mediante vías políticas y científicas rumbo a la dimensión de la seguridad humana, al igual que un “cambio de paradigma” dentro de la ONU, pasando de una perspectiva nacional a una de seguridad humana en torno a las amenazas, retos, vulnerabilidades y riesgos ambientales. Debido a que los factores ambientales pueden conducir al conflicto y ejercer un impacto en las zonas propensas a los mismos, se hace énfasis en la importancia de abordar emergencias complejas.

La educación para la paz puede facilitar la investigación, el diálogo y la educación en torno los complejos vínculos causales que existen entre las amenazas y los conflictos. Su metodología cultiva en los ciudadanos tanto las habilidades como el conocimiento que se necesitan para desarrollar un enfoque holístico y equilibrado para la seguridad humana, que se base en la comprensión de los nexos existentes entre la libertad del temor y la libertad de la necesidad, y la libertad de vivir con dignidad.


Foto: EIRD/ONU

(2) Conocer el riesgo y (4) reducirlo

Los conceptos de la reducción del riesgo y la indización y la evaluación de los mapas de riesgo son herramientas para explorar ideas y formas de pensamiento que profundicen nuestra comprensión sobre los conceptos, las interrelaciones y los métodos para generar los cambios que se buscan para lograr la reducción de los factores subyacentes de riesgo e identificar las raíces, estructuras y los actores que contribuyen a la creación y al mantenimiento de las vulnerabilidades. Se reconoce que las causas de las vulnerabilidades se producen en múltiples niveles interrelacionados dentro de la sociedad y en casi todos los niveles del razonamiento humano. El restablecimiento de los nexos entre los aspectos micro y macro (tal como en el caso del huracán Katrina bajo el prisma de la violencia) es fundamental para la reducción del riesgo de desastres, a fin de elucidar la naturaleza compleja y sistémica de las vulnerabilidades y las estrategias holísticas e interrelacionadas para reducir el impacto de las amenazas existentes. Existen numerosos esfuerzos para lograr una indización más holística del riesgo, incluyendo los siguientes:

(3) Desarrollar un mayor grado de comprensión y conocimiento

“….Nuestros problemas sociales, a todo nivel, desde lo local hasta lo global, son tanto un asunto de ética (normas y valores) como de estructuras...” (Reardon, 1995). El desarrollo de la comprensión y de la concientización en torno al concepto de interdependencia es esencial para la creación de una visión mundial que facilite una ciudadanía participativa/activa y la responsabilidad personal. La importancia de tal razonamiento es la habilidad de expresar una concientización global sobre la reducción del riesgo en términos de un holismo que pueda establecer vínculos directos, en vez de por etapas, entre el individuo y su entorno más amplio. El desarrollo de la comprensión acerca de la reducción del riesgo podría lograse al distraer a los “valores inquietantes” mediante la introducción de los “valores perdidos” (por ejemplo, la dignidad humana universal, la igualdad, la justicia y la inclusión, el cuidado de la sostenibilidad y la diversidad de la naturaleza, la sociedad, la participación, la responsabilidad, la cooperación, la socialización de valores, la solidaridad, etc.).

Por ejemplo, la Carta de la Tierra puede utilizarse como herramienta educativa para la reducción del riesgo de desastres al guiar el desarrollo sostenible comunitario. La Carta está dirigida a ayudarle a la gente a desarrollar estrategias que se basarán en las propias fortalezas de su comunidad para brindarles a las futuras generaciones la capacidad de vivir vidas saludables y productivas y reducir la incertidumbre relacionada con la participación de la comunidad en el desarrollo y la adopción de políticas sostenibles.

La Carta de la Tierra plasma la ética que contienen diversos documentos internacionales tales como la Agenda Local 21, los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Carta de las Responsabilidades Humanas, la Carta Mundial de la Naturaleza, la Declaración de Derechos de las Generaciones Futuras, y la Declaración de Estocolmo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano. La Carta es un documento internacional novedoso cuyo proceso participativo ha captado la muestra representativa más amplia posible de personas provenientes de todo el mundo. El documento realmente se originó de la gente y no de un pequeño grupo de intelectuales. Uno de los dogmas centrales de la Carta de la Tierra es que sus principios son interdependientes. Esta sublimación de tratados anteriores y la participación pública mundial hacen de la Carta de la Tierra un documento muy singular.

(5) Estar preparados y listos para actuar

Los estudios de paz tienen la ventaja de mostrar que las causas del riesgo de desastres no son sólo estructurales (por ejemplo, amenazas, pobreza, presión sobre la tierra) sino que también psicoculturales (por ejemplo, con relación al temor y los mitos). Para estar preparados y listos para actuar, ambos tipos de enfoques deberán tomarse en consideración: ambos factores interactúan en la forma en que nos preparamos ante un desastre. Esto constituye un reto importante en el sentido de que este tipo de enfoque va en contra del razonamiento común que tiende a afirmar que los factores causales que se toman en cuenta en la reducción del riesgo de desastres son primordialmente, si no exclusivamente, de índole estructural/material. Un enfoque psico-cultural observa las fuerzas psicológicas y culturales que enmarcan las creencias y comportamientos que los individuos y los grupos tienen sobre los desastres.

Puesto que Northrup (1989) describe la distorsión como una respuesta psicológica ante las amenazas y desarrolló una concepción de la victimización que se basa en hechos reales pero también mitologizados, al igual que recuerdos de sufrimientos y heridas psicológicas, es lógico entonces que la historia desempeñe un papel esencial en la reducción del riesgo de desastres. La educación puede promover el conocimiento de exitosos casos sobre la prevención de desastres al transformar diversas tendencias psicológicas dispositivas, tal como el sentido de impotencia, de los individuos y grupos. Debido a que el sentido de victimización y las heridas psicológicas se transmiten de generación en generación, la educación para la reducción del riesgo de desastres podría desempeñar un papel muy importante.

En este contexto, la adopción de un enfoque de educación para la paz puede esclarecer el contexto de la reducción del riesgo de desastres porque su metodología se centra en la comprensión de las causas de la problemática, al igual que en la identificación de las estrategias más adecuadas para el cambio de comportamiento. La educación para la paz nos ayuda a examinar cualquier cambio que podría ser necesario en las dimensiones interna, considerando que todos los aspectos de la paz exterior deben basarse en la paz interior.

Referencias

Hans Gunter Brauch, Towards Fourth Pillar of Human Security, “Freedom from Hazard Impacts”, International Symposium on building and Synergizing Partnership for global Human Security and development Bangkok, Thailand, 30-31 May 2006

T. Northrup, 'The Dynamic of Identity in Personal and Social Conflict,' in L. Kriesberg et al. (eds.), Intractable Conflicts and their Transformation (Syracuse: Syracuse University Press, 1989), pp.68

Betty Reardon, Educating for Human Dignity: Learning About Rights and Responsibilities, (Pennysilvania: University of Pennsylvania Press, 1995)

Para mayor información contactar a:
Verónica Pacini: vpacini@eird.org

 

 


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