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Internacional para la Reducción de Desastres América Latina y el Caribe |
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Premio
Naciones Unidas - Sasakawa 2000 El 11 de octubre del 2000, Día Internacional de la Reducción de Desastres, el Fondo para la Reconstrucción y Desarrollo Social del Eje Cafetero - FOREC - recibió en la Sede de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, el Premio Sasakawa de las Naciones Unidas para la Reducción de Desastres. Las razones para esta distinción se sustentan no sólo por el proceso de la reconstrucción, sino por la gestión que busca construir un modelo de desarrollo verdaderamente sostenible y con mayor equidad social1 . En carta enviada por el señor Denis M. Benn, Director Adjunto de la Secretaría para la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres, al Director Ejecutivo del FOREC en la cual le anuncia el reconocimiento del Premio Sasakawa, anota que el carácter a largo plazo de sus actividades, así como los numerosos elementos de prevención que integran en sus programas de reconstrucción, como los planes de ordenamiento territorial, las zonificaciones de riesgos y amenazas, el plan ambiental, entre otros, son razones que se constituyen en el fundamento de este reconocimiento al FOREC.
El 25 de enero de 1999, dos eventos sísmicos afectaron una área aproximada de 6.800 Kms2 en el centro occidente de Colombia. El evento principal ocurrió a las 13:19 horas (18:19 GMT), a una profundidad aproximada de 10-15 kilómetros y con una magnitud de 6,2 en la escala Richter. A las 17:40 horas (22:40 GMT), se registró una réplica de magnitud 5,8 en la escala de Richter, un poco desplazada hacia el sur (4.39° Norte). La zona donde se localiza la región del Eje Cafetero está influenciada directamente por la tectónica regional y local. El área de subducción entre las Placas Nazca y la Placa Suramericana y el megasistema de fallas Cauca-Romeral son fuentes sismogénicas para el sur-occidente de Colombia y en particular para la región.
Esta región está integrada por cerca de 50 municipios pertenecientes a los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío, Valle del Cauca (región norte) y Tolima (región occidental). Es una de las regiones de mayor dinámica económica y social del país; su posición geográfica estratégica y su estructura económica basada inicialmente en la cultura cafetera y hoy con alto grado de diversificación de sus actividades productivas, le genera grandes oportunidades en el contexto del país y de vinculación con el exterior. En ella se localizan los 28 municipios de reconstrucción y albergaban en el año de 1998, una población aproximada 1.5 millones de habitantes. Esta región ha sido objeto de múltiples miradas e intervenciones de procesos de planificación y ordenamiento y se visualiza como una región con afinidades, relaciones e identidades sociales, culturales, ambientales y geográficas. Impacto
del Sismo
Los impactos del sismo La CEPAL (Eje Cafetero. Santafé de Bogotá, 1999) estimó en US$ 10 millones los daños económicos ocasionados por el sismo en el área rural, de los cuales el 65% se habrían presentado en el sector rural cafetero. Los costos de la reconstrucción, como inversión del Estado a través del FOREC, se estimaron inicialmente en US$1.7 billones, cifra que comparativamente equivale a dos veces las exportaciones anuales de flores colombianas, o un poco más de dos terceras partes del total de la exportación cafetera de 1998. Los alcances que este desastre explica no sólo la pronta intervención del Gobierno Nacional, sino la movilización y la solidaridad de toda la Nación colombiana y la ayuda internacional alrededor de la población afectada. Marco
legal para la reconstrucci�n del Eje Cafetalero Las medidas de emergencia y de reconstrucción Para facilitar la atención inmediata de la población afectada, el Gobierno Nacional declaró la existencia de una situación de desastre económico, social y ecológico de carácter nacional mediante el Decreto 182 de 1999. Aunque en Colombia existe una legislación para la atención y prevención de desastres, la magnitud de los efectos de este evento debieron atenderse por medidas adicionales no contempladas en la legislación permanente. Esta experiencia ha dado pie para revisar la legislación vigente y proponer una nueva que responda a las condiciones derivadas de este tipo de eventos.
El modelo organizacional y social para la atención de la emergencia y la reconstrucción El modelo del FOREC se explica a través de las siguientes variables: naturaleza jurídica, manejo de recursos, dirección y administración, instancias técnicas de apoyo, instancias de control, mecanismo general de intervención, instrumento básico de planificación y gestión, monitoreo, evaluación y financiamiento. Lo novedoso en él es la aplicación de un modelo de gestión pública de la reconstrucción en donde el Estado le entrega a las ONGs el manejo de los contratos para la rehabilitación de sus zonas afectadas. Se asiste así, a un proceso de planeación concertada y participativa en el cual la transferencia de diversas tecnologías juega un papel de primer orden entre los distintos niveles de Gobierno y de estos con la sociedad civil. El plan de recuperación ambiental se desarrolla mediante convenio entre el FOREC, el Ministerio del Medio Ambiente y las cinco Corporaciones Autónomas de la región. Con esta forma de trabajo se transfiere tecnología de intervención social y de construcción de obras físicas; se producen alianzas de gran significado para el fortalecimiento de la sociedad civil; se crean nuevas e importantes ONGs y, en general, se potencian escenarios para el crecimiento cuantitativo y cualitativo del capital social. El cumplimiento de las responsabilidades éticas, operativas y administrativas de las ONGs en el proceso de reconstrucción tiene grandes implicaciones, pues de la capacidad para conseguir una adecuada concertación con el FOREC y las alcaldías depende la posibilidad de construir bienes públicos desde el campo de la sociedad civil para bien de la democracia. Es la primera vez que el Estado colombiano establece un acuerdo con organizaciones de la sociedad civil para llevar adelante un proyecto de gran envergadura que tiene como propósito la reconstrucción física, social, política y cultural de una región significativa del país y que se depositan confianzas recíprocas para ejecutar cerca de US$ 740 millones aproximadamente. La ejecución del Programa de Reconstrucción está basado en la descentralización territorial, diferenciando y articulando las funciones de los Gobiernos nacional y local, de acuerdo con sus competencias y responsabilidades. El Gobierno Nacional actúa como facilitador del proceso destinando recursos y brindando diversos apoyos e instrumentos. Tanto las alcaldías como las gobernaciones tienen un rol planificador, de control y de evaluación. Territorialmente, la ejecución del Programa se desarrolla en las 32 zonas (31 en áreas urbanas y una rural) identificadas y determinadas por los Gobiernos locales en forma concertada con la población civil y el FOREC. Para cada una de estas zonas se estableció una Gerencia Zonal -GZ, a cargo de una organización no gubernamental - ONG -, la cual elabora y ejecuta el Plan de Acción Zonal - PAZ -. Modelo de Gestión
Planeación estratégica para la reconstrucción La planeación
del proceso de reconstrucción se ha desarrollado a partir de las
etapas de la reconstrucción, en cada una de las cuales se ha priorizado
una gestión particular de planeación que garantizan en conjunto
la sostenibilidad del proceso aún en ausencia del FOREC. Para mayor
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