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Internacional para la Reducción de Desastres América Latina y el Caribe |
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Mejorando
el Acceso a la Información de la Salud y los Resumen Antecedentes Como región, los países de América Latina y el Caribe se disputan la tan desafortunada distinción de ser los que se encuentran más expuestos a desastres que cualquier otra región en el mundo. Entre 1971 y 1994, unos 1.824 desastres se registraron en las Américas, de los cuales 1.246 se produjeron como consecuencia de fenómenos naturales y 578 por causas no naturales. En 1998, el huracán Mitch causó severos daños en Centroamérica, especialmente en Honduras y Nicaragua, países escogidos como los principales beneficiarios del proyecto CRID/BNM. Es claro que fenómenos naturales tales como el huracán Mitch ocasionan un enorme sufrimiento, incluyendo el costo humano en términos del número de muertos y heridos, al igual que la suspensión de los servicios de salud y otros relacionados, tales como provisión de alimentos, agua potable, vivienda y sanidad ambiental. Durante el período de 25 años anteriormente mencionado, la tasa promedio anual de mortalidad en la región fue de 8.956, mientras que 3.781.314 personas resultaron heridas o afectadas de alguna forma (1). El huracán Mitch hizo evidente, otra vez, la necesidad de contar con un enfoque multisectorial para la reducción de desastres. La coordinación de un enfoque para reducir estos desastres que incluya a todos los sectores relevantes de la sociedad requiere de la disponibilidad oportuna de información confiable proveniente de una variedad de fuentes. La habilidad de recopilar, gestionar, diseminar e intercambiar información es esencial y se deben tomar los pasos necesarios para asegurar un alto nivel de capacidad dentro de la infraestructura humana y tecnológica. Por ejemplo, se necesita información en áreas de detección y descripción de riesgos, en el diseño de sistemas de alarma y respuesta tempranas, en el campo de la educación comunitaria, en el manejo de la salud en situaciones de desastre, en la coordinación de aquellas instituciones involucradas en las actividades relacionadas con el manejo de desastres, y en la evaluación de los daños, la cual es necesaria para lograr la rehabilitación de diferentes sectores. Lo mismo se requiere para llevar a cabo operaciones de asistencia humanitaria que se realizan en todo el mundo, ya que el manejo eficiente de la información y los avances en las telecomunicaciones son dimensiones particularmente importantes en las operaciones de socorro y en las decisiones que toman los donantes. La demanda de información ha surgido dentro de un creciente número de personas que planifican la preparación frente a los desastres. De forma similar, la disponibilidad de información en temas de salud relacionados con los desastres ha incrementado en volumen y mejorado en calidad. Particularmente, la información producida sobre los temas en mención en la región de América Latina y el Caribe, ha observado adelantos importantes en términos de su utilidad dentro de la planificación de la preparación, la toma estratégica de decisiones y la coordinación operativa de emergencias humanitarias. Ello se debe, en gran medida, a la atención que se le ha brindado a la recopilación y manejo de la información durante la última década por parte de grupos como la OPS, la Década Internacional de las Naciones Unidas para la Reducción de Desastres Naturales (actualmetne la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres), la Federación Internacional de la Cruz Roja y las Sociedades de la Media Luna Roja (FICR) y el Centro de Coordinación para la Prevención de Desastres Naturales en Centroamérica (CEPREDENAC). Estas y otras instituciones han permitido que se brinde atención al hecho que muchas de esas lecciones aprendidas a través de los desastres no son incluidas en la mayor parte de la literatura médica y de salud. Ello se debe a que frecuentemente la experiencia de muchos de los profesionales de la salud involucrados con el trabajo en materia de desastres no se publica, o bien consiste en la evaluación de necesidades por parte de las ONGs o instituciones dentro del sistema de la ONU, las cuales son frecuentemente de circulación limitada: presentaciones realizadas en conferencias de las cuales existen muy pocos registros, o en cursos académicos u otros de capacitación para los cuales no existe, al menos no muy frecuentemente, un plan de estudios correspondiente. También sucede
que debido al acceso inadecuado a la tecnología de la información,
al igual que a la carencia de capacitación en relación con
la forma de buscar y manejar información y a la falta de conocimiento
sobre cuál es la información que se encuentra disponible,
con frencuencia las comunidades y las autoridades locales carecen de uniformidad
con respecto a los temas de salud que son relevantes para su bienestar.
El objetivo más amplio de esta sociedad es contribuir a la reducción de los desastres en la región. Ello no solamente afectará de manera positiva a la salud a través del acceso a información relacionada con la misma de forma oportuna y precisa, sino que también, con el tiempo, contribuirá al crecimiento económico y al desarrollo social. Esta iniciativa del CRID/BNM/OPS se encuentra basada principalmente en el uso de Internet como mecanismo de apoyo y canal de comunicación. Internet es un medio excelente para lograr la cooperación y el intercambio. Permite el amplio acceso a bases de datos, documentos completos, contactos profesionales y noticias en línea. Sin embargo, muchas instituciones y sectores de la población no tienen acceso a Internet, por lo que se le brindará prioridad a la ampliación y mejoramiento de las conexiones para asegurar una mayor y mejor diseminación de la información disponible en materia de salud. Con el objeto de apoyar estas actividades en el futuro, el proyecto ha seleccionado bibliotecas universitarias en estos dos países como centros prioritarios para recopilar y diseminar información técnica y científica sobre temas de desastres y salud. Además del CRID en Costa Rica, las cuatro instituciones socias en Honduras y Nicaragua son:
Se fortalecerán estos centros en tres áreas diferentes:
Debido a que se brindarán y accesarán estos servicios de información a través de Internet, se obtendrán otros beneficios importantes tanto para los dos países meta como para otros:
Los socios del proyecto esperan que se logre la amplia distribución de la información existente en el manejo de desastres en Honduras y Nicaragua, a través de la ejecución de estas actividades. Quién(es) se beneficiará(n) de este proyecto?
La información
brindada por y a través del CRID y la BNM también será
útil para el diseño y la evaluación de acciones y
polílticas locales, nacionales y subregionales para la prevención
y el manejo de desastres, cuyo objetivo es reducir la vulnerabilidad.
La experiencia y beneficios de este proyecto serán aplicables a
otras áreas de la región, al igual que en otros lugares
del mundo. Sobre la sociedad del CRID, la BNM y la OPS Durante este proyecto, se canalizará la diseminación y distribución de información a través del Centro Regional de Información sobre Desastres (CRID) ubicado San José, Costa Rica, el cual fue creado para este propósito en mayo de 1997. Su organización se encuentra basada en la estructura y experiencias del Centro de Documentación sobre Desastres que inició la OPS/OMS en 1990. La misión del CRID es promover el desarrollo de una cultura de prevención en los países de América Latina y el Caribe, a través de la compilación y diseminación de información relacionada con los desastres y la promoción de esfuerzos conjuntos de cooperación para mejorar el manejo de riesgos en la región. El CRID se encuentra ubicado en las instalaciones de la Comisión para la Prevención y Atención de Emergencias (CNE) de Costa Rica y actualmente cuenta con seis socios (2). Desde su creación, el CRID ha recopilado importante información técnica sobre emergencias y desastres, disponible en América Latina y el Caribe y ha realizado grandes esfuerzos para diseminar y distribuir esta información, con el objeto que sea accesible para los miles de usuarios interesados dentro de la región. Aprovechar y fortalecer tanto la infraestructura existente como la experiencia del CRID para apoyar las bibliotecas y los centros de información podría evitar la dualidad de esfuerzos, ahorrar recursos e indirectamente beneficiar a otros países de América Latina y el Caribe. La Biblioteca Nacional de Medicina (BNM), ubicada en el campus del Instituto Nacional de la Salud en Bethesda, Maryland, es la biblioteca de medicina más grande del mundo. La misma recopila material en todas las áreas de biomedicina y el cuidado de la salud, al igual que trabaja en aspectos biomédicos relacionados con tecnología, humanidades, y las ciencias físicas, sociales y de la vida. La División de Servicios Especializados de Información (SEI) de la Biblioteca Nacional de Medicina es responsable de la cobertura y servicios informativos para diferentes áreas, incluyendo toxicología y salud ambiental, SIDA y poblaciones especiales. Además de la justificación inmediata de apoyar la reconstrucción de las infraestructuras de información en salud dentro de los dos países más afectados por el huracán Mitch, la BNM será uno de los socios de este proceso y se espera que la misma también se beneficie de esta sociedad de diferentes maneras: incrementando el ámbito de servicios relacionados con sus misiones a través del desarrollo de modelos para el amplio manejo de literatura no tradicional que no ha sido publicada, en relación con los aspectos médicos y de salud de los desastres; trabajando con la OPS y con el CRID para adecuar parte de estos productos y servicios de información con el objeto de que sean más útiles para los pobladores de habla hispana en los Estados Unidos y en otros países del mundo; y, explorando mecanismos efectivos de recopilación e intercambio de información médica y de salud en entornos geográficamente aislados y que han resultado afectados por los desastres. La BNM y sus socios esperan que las lecciones aprendidas a través de su participación en este proyecto sean también valiosas en los Estados Unidos, tanto en situaciones de desastres como en el suministro de servicios similares a poblaciones rurales y desfavorecidas. Por más de 20 años, el Programa de Preparación para Emergencias y Coordinación de Ayuda para Desastres de la Organización Panamericana de la Salud ha contribuido a mejorar el acceso a la información técnica y científica en desastres en todos los países de la región. La OPS se encuentra representada en cada uno de los países de la región y su personal técnico colabora estrechamente con las autoridades nacionales en actividades de cooperación técnica. Este proyecto contribuirá grandemente a los esfuerzos que realiza la OPS para fortalecer el manejo de información relacionada con la salud y los desastres.
John Scott es el presidente del Centro para la Comunicación de Servicios Públicos, ubicado en Arlington, Virginia, Estados Unidos. En calidad de consultor del la BNM, el Sr. Scott será responsable de coordinar la implementación del proyecto. Ricardo Pérez es un Experto en Información del Programa de Preparación para Emergencias y Coordinación de Ayuda para Desastres en Washington, D.C. El Sr. Pérez será el enlace de coordinación de la OPS con el proyecto. Para mayor información contactar a: El Centro Regional
de Información sobre Desastres para América Latina y el
Caribe (CRID). Stacey Arnesen,
Administradora de Proyectos
Notas: (1) Federación Internacional de la Cruz Roja y Sociedades de la Media Luna Roja. Informe sobre Desastres Mundiales, 1997. Oxford: 1998. (2) Organización Panamericana de la Salud, Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS); Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (ISDR/EIRD), que sucedió a al Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (DIRDN); Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Emergencias de Costa Rica (CNE); Federación Internacional de la Cruz Roja y Sociedades de la Media Luna Roja (IFRC); Centro de Coodinación para la Prevención de Desastres Naturales en Centroamérica (CEPREDENAC); y, Oficina Regional de Médicos sin Fronteras (MSF). |
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