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DESASTRES:
El año pasado, el mundo fue azotado por un número récord de desastres naturales y tanto el calentamiento global como la creciente población podrían agravar aún más la situación imperante, según lo aseveró Munich Re, la compañía de reasuguros más grande del mundo. La misma informó que el número de desastres naturales aumentó de más de 100 el año anterior a 850. Sin embargo, esta compañía notificó que el número de muertes fue mucho menor que los ocurridos en 1999, debido a que resultaron afectadas aquellas áreas menos pobladas. Unas 10.000 personas fallecieron a consecuencia de estos desastres, en comparación con las 75.000 que murieron durante 1999. Se estima que los desastres naturales que sucedieron durante el año 2000 causaron unos US$ 7.5 billones en daños. El desastre más grande del año fue el causado por las inundaciones ocurridas en Mozambique, las cuales dejaron a 500.000 personas sin hogar. El fenómeno del calentamiento global debe disminuirse, afirmó Gerhard Berz, presidente del Grupo de Investigaciones Geo-científicas de la compañía en mención. De otra forma, las situaciones de riesgo para las casas aseguradoras en diversas regiones del mundo se intensificará. (Reuters / Baltimore, Domingo 29 de diciembre).
Las catástrofes naturales durante el año 2000 registra un número récord en pérdidas, pero menores daños físicos y a la propiedad en comparación con años recientes. Munich Re, la compañía reaseguradora líder en el mundo, ha presentado un análisis inicial de los acontecimientos que incluyeron pérdidas causadas por los peligros naturales durante el año 2000. El número de catástrofes naturales alcanzó un máximo absoluto de más de 850 registradas mundialmente; cien más que las incluidas en los registros anteriores de 1999 y 200 más que el promedio de las alcanzadas durante los años 90. Los efectos en el año 2000 fueron menos severos porque las catástrofes naturales, a pesar que fueron más extensas en número, ocurrieron principalmente en áreas menos densamente pobladas. Sin embargo, unas 10.000 personas resultaron muertas (el año anterior la cifra alcanzó un total de 75.000). En términos de pérdidas, también fueron menores que el año anterior. Las pérdidas económicas fueron de US$ 30 billones de dólares (mientras que el año anterior habían sido de US$ 100 billones), de las cuales las pérdidas aseguradas alcanzaron la cifra de US$ 7.5 billones (el año anterior fueron de US$ 22 billones). La falta de terremotos importantes y la temporada de ciclones bastante moderada, en combinación con la ausencia general de pérdidas en áreas muy densamente pobladas permitieron que el año 2000 no fuera tan comparativamente caro, al menos en cuanto a pérdidas se refiere. Claramente, los vendavales se encuentran en el primer lugar de la lista de catástrofes naturales del 2000, con más de 300 acontecimientos relacionados con estos. Por tanto, los vendavales dominan también las cifras en pérdidas de las casas aseguradoras, representantado un 73% del total de pérdidas aseguradas. Al mismo tiempo y de manera similar a años anteriores, las inundaciones juegan también un papel importante al respecto (23% de las pérdidas aseguradas) .
En este sentido, solo ocurrió una verdadera gran catástrofe durante el año 2000: las inundaciones en Mozambique producidas en febrero / marzo, las cuales dejaron como resultado medio millón de personas sin techo, lo que atrajo la atención mundial durante semanas. En total, los torrentes afectaron de manera inmediata a cinco millones de personas. Otras regiones del mundo también registraron severas inundaciones, las cuales serán registradas en la historia de las catástrofes naturales. Entre ellas se encuentran las inundaciones ocurridas en las regiones del norte y noreste de la India, con 1.450 víctimas y pérdidas económicas por un total de US$ 1.2 billones. También se incluyen las inundaciones masivas en Vietnam, Laos, Camboya, Malasia y Tailandia durante el otoño, que ocasionaron que cientos de casas quedaran bajo el agua. Se hace referencia, asimismo, a las tormentas, oleadas, aludes y desprendimientos de tierra que ocurrieron en los Alpes Suizos e Italianos (Valais y el Valle de Aosta) a mediados de octubre, que produjeron pérdidas económicas por un total de US$ 8.5 billones. Probablemente, las pérdidas aseguradas alcanzarán unos US$ 470 millones. Igualmente, por semanas -de mediados de octubre a mediados de diciembre-, se produjeron inundaciones que alcanzaron proporciones históricas en Gran Bretaña, causando daños a la propiedad por un total aproximado de US$1.5 billones y todo parece indicar que el 50% de estas propiedades estaban aseguradas (unos $ 700 millones).
La temporada de ciclones en el Pacífico y el Atlántico Norte produjeron un número característico de huracanes, tifones y ciclones durante el año 2000. Afortundamente, los países que estuvieron expuestos a estos fenómenos no resultaron tan afectados como se esperaba. En agosto el tifón Bilis, que azotó el Pacífico occidental, ocasionó pérdidas en Taiwán por más de US$ 100 millones. Prapiroon, uno de los tifones más violentos que azotó en los últimos años a Corea del Sur, no logró producir las inundaciones que se esperaban. Los Estados Unidos tampoco sufrieron los dramáticos y generalmente devastadores deslizamientos de tierra que han ocurrido en años anteriores. Centroamérica fue la única región que fue golpeada por un severo huracán, Keith, cuyos vientos alcanzaron una velocidad de 215 km/h, equivalente a la etapa número 4 en la escala de cinco etapas de Saffir-Simpson. El huracán afectó a Belice y parte de México, Nicaragua, Honduras y Guatemala. A la fecha, Europa
también se ha salvado de tormentas invernales significativas. El
año pasado, a finales de diciembre Anatol, Lothar y Martin causaron
pérdidas de históricas dimensiones (por un total de US$
17.1 billones en pérdidas, de las cuales US$ 10.4 billones estaban
aseguradas). El clima cálido y las sequías también afectaron a diferentes países europeos. En mayo y junio, una fuerte ola de calor destruyó campos de cultivo en el sureste europeo, particularmente en Rumanía. Se estima que las pérdidas económicas excedieron la cantidad de US$ 300 millones.
A pesar de que el balance general de pérdidas fue favorable durante el año 2000, no existe justificación alguna para hablar de cambios en las tendencias, al menos enrelación con los daños y pérdidas que producen las catástrofes naturales. Anteriormente, en 1997, la tendencia de que se produjeran catástrofes considerables y de forma más frecuente pareció interrumpirse por un corto período de tiempo, durante un año, con bajas pérdidas o daños comparativos. Sin embargo, al año siguiente los fenómenos continuaron con una fuerza ininterrumpida. Debido al crecimiento de la población mundial, la cual está incrementando aún más y de forma desproporcionada en las áreas del mundo más altamente expuestas y el aumento en la concentración de los valores de propiedad, se espera que las pérdidas producidas por las catástrofes naturales continúen incrementando en el futuro. El pronóstico más reciente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), el cual será publicado próximamente e incluido en el tercer informe de este Panel, muestra que el tema del cambio climático debe tomarse aún más en serio que antes. Los aumentos esperados en las tempreraturas o en otros aspectos relevantes tales como en los niveles del mar, han hecho pensar si existe justificación alguna para hacer sonar la alarma. Pero es precisamente contrario a este contexto que el Dr. Gerhard Berz, presidente del Grupo de Investigaciones Geocientíficas de Munich Re, ha hecho un llamado: Podemos observar que el fracaso de la Cumbre Climática celebrada en La Haya en noviembre del 2000 es uno de los principales obstáculos y espero que al menos las renegociaciones, a llevarse a cabo en el verano del 2001, se traduzcan en acuerdos que todas las partes involucradas implementen. El calentamiento global debe contenerse a toda costa. Se teme que la situación se deteriorará en diversas regiones del planeta y, por tanto, afectará a las compañías aseguradoras. En todo caso, Munich Re cuenta con que se producirá un aumento determinado en las catástrofes naturales ocurridas a consecuencia del clima o del tiempo. Estos acontecimientos ya son responsables de una gran parte de las pérdidas aseguradas. Ello fue evidente una vez más en el año que recién terminó. Para mayor información
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