Estrategia
Internacional para la Reducción de Desastres América Latina y el Caribe |
Revista
EIRD Informa - América Latina y el Caribe |
Editorial
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Menos Vulnerabilidad: Menos Desastres Paradójicamente, en un momento en que se está realizando un esfuerzo extraordinario por elevar la sofisticación, seguridad y confort de nuestras sociedades, nuestra vulnerabilidad a los peligros naturales está, de hecho, en constante aumento. Con nuestros actuales patrones de desarrollo, más y más personas y activos se están concentrando en áreas expuestas a amenazas, tales como planicies aluviales, laderas inestables, ciudades costeras y deltas de ríos. El crecimiento acelerado de las poblaciones y los centros urbanos, el deterioro ambiental y la pobreza, hacen que nuestras sociedades se tornen más frágiles, más vulnerables y menos capaces de enfrentar a las fuerzas de la naturaleza. La vulnerabilidad es el resultado de una acumulación de diversos factores y circunstancias. Por ejemplo, la vulnerabilidad de los asentamientos humanos a las amenazas naturales depende sobre todo de la capacidad de la infraestructura física a resistir aquellas amenazas a las que está expuesta. Los factores sociales también contribuyen al aumento en la vulnerabilidad: personas que viven en la misma ciudad pueden verse afectadas de manera diferente por la misma amenaza. La experiencia muestra que personas con niveles de ingresos diferentes tienden a verse afectadas de manera diferente por el mismo evento; la vulnerabilidad de un individuo a los desastres generalmente se reduce entre mayores sean sus ingresos. El acceso a la información es otro factor que determina el grado de vulnerabilidad: las mejoras en este campo, sobre todo en una mayor conciencia de los riesgos existentes y cómo evitarlos o reducirlos, puede reducir significativamente la vulnerabilidad de un individuo a las amenazas circundantes. Las estrategias para reducir la vulnerabilidad incluyen medidas como desarrollo sin planificación y evitar nuevas construcciones en áreas expuestas a amenazas conocidas. El uso de sistemas de alerta temprana que resulten accesibles y comprensibles para todos los niveles de la población, la construcción de edificios resistentes, un mayor conocimiento y conciencia de la reducción de los desastres entre todos los sectores socialesestas son otras tantas estrategias que pueden rendir abundantes beneficios. Todo esto, sin embargo, no basta. Como ya lo señaló el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, El edificar
una cultura de prevención no es fácil. En tanto que los
costos de la prevención deben pagarse ahora, sus dividendos se
hallan en el futuro remoto. Además, los beneficios no son tangibles:
son los desastres que no sucedieron. La Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres (EIRD) tiene como misión promover el concepto de la reducción de la vulnerabilidad. El lema de este año para la Campaña Mundial para la Reducción de los Desastres es Menos Vulnerabilidad: Menos Desastres. La Secretaría de la EIRD quiere alentar su activa participación en la campaña por medio de la organización de actividades locales o su participaciónen el concurso sobre mapas locales de riesgo. Este número
de EIRD Informa también incluye una sección sobre uno de
los subtemas de la Campaña: movilizar las comunidades locales para
la reducción de los desastres. Incluye artículos sobre diversas
experiencias en la reducción de los desastres en el plano local,
así como directrices para la elaboración de mapas comunitarios
de riesgo. Si desea mayor información,
favor comuníquese con la Unidad de la EIRD para América
Latina y el Caribe
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