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Los
incendios forestales en Cuba
Los incendios forestales en Cuba Sin lugar a dudas los incendios forestales son uno de los desastres que más dañan la economía y el medio ambiente en nuestro país. Son conocidos los sistemáticos esfuerzos que se realizan para mantener e incrementar las áreas cubiertas de bosques respondiendo a una voluntad gubernamental que se basa en la comprensión más cabal de la gran importancia del problema global de la deforestación creciente. Sin embargo, los siniestros forestales devastan cada año cientos de hectáreas de bosque que demorarán décadas en recuperarse. Desde el año
1998 en que se aprobó por la Asamblea Nacional del Poder Popular
la Ley Forestal, el país ha dado pasos seguros para institucionalizar
y por lo tanto fortalecer las medidas de atención a esta problemática.
Se creó el Servicio Estatal Forestal (SEF) del Ministerio de la
Agricultura (MINAG) como entidad investida de la autoridad y los medios
para hacer cumplir la legislación vigente como los encargados del
patrimonio forestal. Las empresas forestales integrales y de Flora y Fauna,
también del MINAG, son las encargadas de la explotación
y atención a los bosques, así como de la necesaria repoblación
forestal en el caso de las primeras, y las segundas administran las áreas
de alto valor ecológico o de ecosistemas frágiles. Por su
parte, los Cuerpos de Guardabosques del Ministerio del Interior (MININT)
son los responsables directos de la lucha contra los incendios forestales,
para lo cuál cuentan con medios técnicos que están
a punto de ser reforzados por un proyecto de colaboración del PNUMA
de la ONU. En caso de la ocurrencia de grandes incendios se cuenta con
la colaboración del Cuerpo de Bomberos del MININT y de la Aviación
Agrícola del MINAG, así como de otros organismos del Estado
en función de los reclamos de los Consejos de Defensa que, dependiendo
de la magnitud del desastre, se activan al nivel municipal o provincial
según el caso. El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio
Ambiente (CITMA) también colabora en este estratégico empeño. Por lo general, los incendios forestales no empiezan directamente en bosques tupidos, casi siempre tienen su origen en áreas herbáceas de sabanas muchas veces aledañas a las carreteras o en bosques no muy tupidos donde las hierbas cubren el suelo. De igual forma las primeras manifestaciones de fuego se presentan en áreas de pequeños arbustos y matorrales, desde donde el viento se encarga de propagar el incendio hacia lugares de árboles de mayor porte. Un incendio forestal puede dar inicio en cualquiera de estas áreas siempre que exista una causa física o foco de combustión. La principal causa generadora de incendios forestales es la negligencia del hombre en el cumplimiento de las normas contra incendios en bosques. Las causas naturales como las descargas eléctricas han sido el factor desencadenante en menos ocasiones. En Cuba, por lo general, la etapa del año en que existe mayor incidencia de incendios forestales abarca los meses de febrero a abril y se incrementa en los meses de verano si estos no presentan las llamadas lluvias de primavera. De acuerdo a resultados de estudios y análisis de los incendios forestales y las causas que las provocan en cada lugar se han definido las regiones, zonas, áreas o bosques con mayores riesgos, hasta donde es menos probable que ocurran. Las medidas que se deben cumplir vinculadas al combate contra los fuegos en bosques y sabanas pueden dividirse en dos grandes grupos. Medidas preventivas
Debemos señalar que en la lucha contra estos nocivos desastres en ocasiones no se pueden emplear los medios terrestres apropiados que se usan en la extinción de incendios en áreas más accesibles. La falta de carreteras o al menos de caminos transitables, dificultades para el traslado de agua y la lejanía a los puntos donde existen medios especiales, son las causas de que en nuestro país sea empleada en la actualidad la aviación para la observación y dirección aérea de las operaciones de lucha contra los voraces incendios forestales. Por otra parte, Cuba ya está incorporada al rastreo de su territorio por medio de satélites orbitales de forma que por medio del GPS se pueden detectar tempranamente por sistemas remotos el inicio de un siniestro forestal. Está claro, que de todas las medidas de lucha contra los incendios forestales la más importante y económica es la prevención. Por eso anualmente en el mes de noviembre, en vísperas del período seco, se realiza la Campaña Nacional contra los Incendios Forestales. Durante la campaña, fuerzas combinadas del MININT, los organismos tenentes de tierra y la población, realizan ejercicios demostrativos en el terreno para la extinción de incendios y se insiste además en la divulgación, educación y en la aplicación de las medidas que eliminen las condiciones favorables que propician estos siniestros. Además, sistemáticamente se chequea la actualización de los planes contra incendios en cada una de las entidades adscritas a la agricultura y en aquellas que deben cooperar en las labores de extinción. No obstante a todo lo planteado las afectaciones son considerables. A modo de ejemplo podemos plantear el caso de la Isla de la Juventud, que cuenta con el 52% de su geografía cubiertas de bosques, sufre anualmente de un promedio de 50 incendios. Camagüey, la mayor provincia del país es también una de las más deforestadas por su condición de territorio eminentemente ganadero y azucarero. Sin embargo, es uno de los territorios más golpeados por incendios forestales. Baste señalar el gran incendio de la meseta de San Felipe donde radica el tercer macizo de pinares del país. Entre el 31 de marzo y el 6 de abril del año 2000, fueron afectadas 1486 hectáreas en dos municipios de la provincia. De esta área, 909 hectáreas fueron de bosques de pinos, de las cuáles 81 se perdieron totalmente. Fue necesario el esfuerzo de varios organismos provinciales para sofocar una de las mayores deflagraciones en la historia de Camagüey. Es obvio que la educación superior también puede contribuir al noble empeño de reducir el impacto de los incendios forestales. En Cuba se estudia la carrera de Ingeniería Forestal, y en el resto de las carreras a través de las Disciplinas de Preparación para la Defensa se realizan actividades en coordinación con las entidades especializadas para incorporar a los futuros profesionales a la lucha de la sociedad cubana contra este flagelo de nuestro patrimonio de bosques. |
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