Sistemas
de alerta temprana operados por
comunidades en América Central
Juan Carlos Villagrán de León, Departamento de Física
Aplicada
Universidad Galileo, Ciudad de Guatemala
América
Central es una región propensa a los desastres de diversos tipos.
Numerosos terremotos han devastado comunidades e infraestructura social
de estos países, con costos cada vez mayores a lo largo de los
últimos decenios. Inundaciones y huracanes han minado las planicies
costeras. Erupciones volcánicas y deslizamientos de tierra también
han dejado sentir su impacto, más localizado pero duradero y a
menudo mortal.
En respuesta a tantos
desastres, las naciones de América Central han lanzado un plan
regional para mitigar los desastres naturales que incluye la creación
de instituciones nacionales dedicadas al tema, financiamiento o cofinanciamiento
de proyectos para reducir los desastres, y el establecimiento de un organismo
subregional líder en su campo, el Centro de Coordinación
para la Prevención de los Desastres Naturales en América
Central (CEPREDENAC).
Todos los países
centroamericanos ahora ponen su atención a reducir el riesgo de
los desastres, y el impacto de éstos, por medio de instituciones
específicamente dedicadas a esta tarea, conocidas como Consejos
o Comisiones Nacionales de Emergencia, Organismos de Defensa Civil, o
Instituciones Nacionales de Protección Civil. Su misión
es reducir el riesgo por medio de la mitigación, la prevención
y los preparativos.
Los sistemas de alerta temprana operados por comunidades
En
vista de que la mayoría de los desastres han tenido sus efectos
más severos en áreas rurales, donde aún no se puede
acceder fácil y oportunamente a información climatológica
e hidrológica, se han diseñado e implementado sencillos
sistemas de alerta temprana para inundaciones, operados por las mismas
comunidades que pretenden resguardar, en diversas cuencas fluviales de
América Central. Los encargados del proyecto han sido científicos
y estudiantes del Departamento de Física Aplicada de la Universidad
Galileo, en Guatemala. Sus sistemas se basan en las siguientes actividades,
simples y estandarizadas: medir la precipitación, medir los niveles
fluviales, definir si es probable una inundación a partir de sencillos
protocolos, y ejecutar los planes de emergencia si se corriera riesgo
de inundación.
Estos sistemas se
fundamentan en una red ordinaria de radiocomunicación que vincula
a los observadores voluntarios de la cuenca con las autoridades y con
socorristas, también voluntarios, residentes en las zonas propensas
a inundarse. Los observadores, distribuidos por toda la cuenca, miden
y transmiten los datos sobre precipitación y caudal de los ríos
a un centro local donde éstos son analizados y se elabora un pronóstico
sobre la probabilidad de inundación. El centro transmite por medio
de la misma red de radio la información a las autoridades y las
comunidades situadas en las planicies aluviales.
Diseño técnico de los sistemas de alerta temprana
Estos sistemas de
alerta temprana operados por comunidades se diseñaron con base
en los siguientes criterios.
- La instrumentación
proporcionada a los observadores debía ser simple y práctica,
de modo que personas con educación mínima puedan utilizarla
apropiadamente.
- La instrumentación
implementada, de fallar, debía poder remplazarse rápidamente
a un costo razonable, para que el sistema funcione en forma continua.
- La instrumentación
debía contemplar el uso de baterías corrientes como principal
fuente de energía, o al menos como mecanismo de respaldo, dada
la frecuencia de los apagones cuando se producen inundaciones serias.
La precipitación
se mide con pluviómetros plásticos normales, como los de
marca Tru-Check de seis pulgadas de capacidad. El nivel de los ríos
se mide con simples instrumentos electrónicos que despliegan la
información digitalmente, con dígitos entre el cero y el
nueve según aumente el nivel; además, estos artefactos están
provistos de una alarma sonora, diseñada y construida por personal
del Departamento de Física Aplicada, que se activa si la inundación
comienza mientras los observadores duermen.
Las etapas de la implementación
Estos sistemas de
alerta temprana se implementan en una serie de etapas que pueden agruparse
en dos componentes: el técnico, referido a la instrumentación
y medición climática, y el social, aplicado a la organización
comunitaria requerida para garantizar la operación apropiada de
los sistemas de alerta.
El componente técnico
se estructura así:
- Etapa 1. Se investigan
los patrones climáticos históricos de la localidad para
determinar la recurrencia de inundaciones, el nivel de precipitación
necesario para que se inunden las comunidades, y los niveles fluviales
vinculados a inundaciones en diferentes puntos de la cuenca.
- Etapa 2. Se visita
la cuenca para definir los lugares óptimos donde medir la precipitación
y los niveles de río, tomando en cuenta tanto las condiciones
hidrológicas como a los operadores potenciales de los instrumentos.
- Etapa 3. Se adquieren
y despliegan los instrumentos en los sitios escogidos.
- Etapa 4. Se prueba
y calibra la instrumentación.
El componente social
debe organizarse con base en las reglas y los reglamentos dictados por
las autoridades municipales y las instituciones nacionales de reducción
de los desastres. En general, estas instituciones son las responsables
de la seguridad y el bienestar de la población, por lo que deben
incluirse en las diversas actividades relacionadas con los sistemas de
alerta temprana. Las siguientes son las etapas en este caso:
- Etapa 1. Se establecen
o fortalecen los lazos con la entidad nacional de emergencias, los líderes
municipales y el personal voluntario para que el sistema pueda implementarse
en forma coordinada.
- Etapa 2. Se crean
comités para ejecutar las tareas requeridas de capacitación,
organización comunitaria y respuesta.
- Etapa 3. Se realizan
talleres para capacitar a los miembros del comité sobre los detalles
de cómo operan los sistemas de alerta temprana.
- Etapa 4. Se aplican
estrategias para informar al público sobre el sistema y fomentar
vínculos con miembros de la comunidad, con el fin de crear conciencia
social sobre los sistemas de alerta temprana y sus virtudes.
- Etapa 5. Se involucra
a los líderes comunitarios y otros miembros de la comunidad en
diversos comités dedicados a la planificación para emergencias.
- Etapa 6. Se realizan
talleres para capacitar a miembros de la comunidad en las diversas tareas
requeridas para completar los sistemas de alerta temprana, como el mapeo
de riesgo y vulnerabilidad, la planificación y coordinación
para emergencias, la identificación de rutas de evacuación,
las actividades de búsqueda y rescate, la selección y
manejo de albergues, la gestión de crisis y la coordinación
interinstitucional.
- Etapa 7. Se somete
a prueba el sistema por medio de pruebas de funcionamiento y simulacros.
En
general, son delegados de los comités nacional y municipal de emergencias
quienes ejecutan estas últimas etapas, puesto que cuentan con el
conocimiento y la experiencia necesarias para tales tareas. En cambio,
el componente técnico puede ser llevado a cabo por consultores
técnicos con apoyo de personal técnico de la comisión
nacional de emergencias, para asegurarse de que se sigan las pautas apropiadas
para el funcionamiento del sistema.
Los sistemas a lo
largo de América Central se han implementado en plazos de entre
seis y ocho meses, para garantizar el cumplimientos de todas las etapas.
La participación de la entidad nacional de reducción de
los desastres ha sido clave para fomentar la sustentabilidad local.
Resultados iniciales
Sistemas de este tipo
se han implementado en seis cuencas de Guatemala, tres cuencas de Honduras,
y cuencas individuales de Costa Rica, El Salvador y Panamá. El
financiamiento para estos sistemas ha sido aportado por la ECHO, la Agencia
Sueca para el Desarrollo Internacional (SIDA), la Organización
de Estados Americanos (OEA) y créditos del Gobierno guatemalteco.
Entre las lecciones
que se pueden aprender de estas experiencias, las siguientes merecen especial
atención:
- Los sistemas de
alerta temprana operados por comunidades están proporcionando
información diaria sobre el alza de los ríos a las autoridades
locales y los miembros de la comunidad.
- Estos sistemas,
hechos a la medida tomando en cuenta las condiciones sociales
y culturales de la población local, han sido aceptados de buena
gana y operados efectivamente por miembros de la comunidad.
- Los sistemas han
permitido comunicarse en otras emergencias por las inundaciones, ya
que la red de radio es de fácil empleo por parte de las comunidades.
En este sentido, el vínculo con la organización nacional
de reducción de los desastres ayuda a las comunidades a resolver
problemas sociales de diversa índole.
- Los sistemas de
alerta temprana operados por comunidades son más fáciles
de utilizar y mantener que los costosos sistemas telemétricos.
Conclusiones
Los sistemas de alerta
temprana operados por comunidades ofrecen a las autoridades locales propensas
a inundaciones una alternativa a los sistemas nacionales centralizados
de información climatológica. Este alternativa está
fomentando la participación comunitaria y creando conciencia sobre
la posibilidad de responder a los problemas locales con soluciones y participación
locales.
La extrema simplicidad
de estos sistemas permite su fácil aplicación en cuencas
típicas de poca extensión en toda América Central,
que miden a lo sumo unos cuantos miles de kilómetros cuadrados.
Estos sistemas también
constituyen una plataforma para la implementación futura de medidas
de prevención y mitigación, en un proceso llamado gestión
de la reducción del riesgo. Esto proceso innovador se está
aplicando en las instituciones nacionales dedicadas a la defensa civil
ante los desastres naturales, y pronto se implementará en las zonas
rurales.
Para mayor información:
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