Estrategia
Internacional para la Reducción de Desastres América Latina y el Caribe |
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EIRD Informa - América Latina y el Caribe |
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La gestión del riesgo desde la comunicación estratégica Convengamos en que, actualmente , hay sobreabundancia de información, y, al mismo tiempo, miles de necesidades comunicativas. La prevención , debido a su trascendencia operativa, está ya categorizada como una conducta comunicativa y comunicadora. Aún así, ya no podemos apelar solamente a formatos comunicacionales clásicos, sino que habrá que intentar nuevas aproximaciones a lo social, con nuevos actores y nuevos abordajes. Es decir que, si antes pensábamos en el afiche, el folleto, el vídeo, ahora deberemos gestar una conciencia de plan, en donde ese afiche, ese folleto, ese vídeo, integren una logística de la comunicación. El tiempo, la oportunidad, la situación, los protagonistas, el contexto sociocultural, deben ser quienes nos digan cuándo enviar un mensaje, cómo distribuírlo y por dónde. De pronto, un simple partido de fútbol en la canchita del barrio puede llegar a ser el comienzo de un rico y esclarecedor intercambio de información preventiva, de un modo cuasi informal, pero proveniente de algunos de los ítems de un cronograma de difusión que haya tenido en cuenta criterios de oportunidad, selección y retroalimentación. Posteriormente, una vez que hemos interesado al público, continuaremos con el tema, esta vez en un salón de la unión vecinal y, por qué no, con afiches, videos y folletos. Pero primero, la comunicación interpersonal. Antes, el plan. Más humildes o menos necesitadas, todas nuestras comunidades son invadidas por multiplicidad de avisos, tanto masivos como en la vía pública, en el supermercado, o bien en algún centro de compras. Existe como una impregnación que no permite diferenciar . En las grandes urbes esto es bien complejo, pues se superponen carteles, colores, siluetas, imágenes cinéticas, tipografía, y novedosos anuncios que acompañan el ritmo ciudadano, adornado con multiplicidad de apelaciones publicitarias que comienzan en las calles y nos persiguen hasta en la intimidad de nuestros cuartos. En medio de esta saturación, hoy emerge la urgente necesidad de suministrar información calificada para la prevención-mitigación de desastres. Y esto es responsabilidad de los organismos afectados al tema. Y también es responsabilidad de las ONG, de las asociaciones de usuarios, de las organizaciones intermedias, y del Estado en general. Pero desde la planificación inteligente. Reuniendo, integrando, sumando esfuerzos y voluntades . Conformando grupos de trabajo que tengan en su mira los resultados, como premisa para la creatividad y el desafío que ahora, año 2002, significa comunicar en un mundo en donde los episodios de violencia y sorpresivas agresiones a la vida conspiran en contra de los mejores deseos de mejorar la calidad de esa vida. En contra, también, de las mejores intencionalidades de comunicación preventiva. Las organizaciones de atención de emergencias y prevención de desastres, tienen que incorporar como valor a la comunicación, que es quien moviliza, relaciona y da dinamismo y cohesión a las acciones informativas. Hablamos de comunicación pensando en la cultura, o mejor, en cultura como comunicación, intentando la transformación maravillosa de una conducta indiferente o poco comprometida a una de autogestión, de la atención de la emergencia a la prevención continua. Para esto, debemos tener como base fundamental a aquellas comunidades que son verdaderamente más vulnerables, por la pobreza extrema, por la carencia de información o por la indefensión , ante tanto programa social que anda suelto por ahí que jamás contempló riesgos y peligros, porque fueron hechos nada más que para sumar votos cuando vengan las elecciones, o bien, para dejar constancia política de que algo se hizo por la gente. La actitud en la Gestión del Riesgo debe ser de compromiso absoluto, no de disgregación o confrontación de las jurisdicciones. Los desastres no tienen dueños, ocurren para todos, no diferencian clases sociales, no le suceden sólo a los pobres, afectan también a los hoteles de cinco estrellas. La diferencia sustancial es que en los dos últimos hay más recursos para la prevención y, por supuesto, para la reconstrucción. Por eso afirmamos que la Comunicación Estratégica, es sinónimo de Plan, en donde todas las necesidades informativas de todos los integrantes de la sociedad , deben estar cronometradas, a los fines de establecer una comunicación preventiva sustentable y sostenida, que contenga un pensamiento holístico, alimentado por la eficiencia y la eficacia. De paso, aprovechamos recursos existentes y disminuimos costos de campañas, de insumos tecnológicos, viáticos, etc. El planeamiento de la comunicación preventiva es gestión, integra y promueve la adhesión al proyecto institucional. Por lo tanto, la comunicación preventiva, así planteada, le permite a todas las organizaciones de prevención de riesgos y atención de emergencias una nueva visión, que funcionalice sus actividades y operaciones. Lic. Gloria Bratschi |
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