Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres
América Latina y el Caribe  

Revista EIRD Informa - América Latina y el Caribe
Número:13 -2006 -12/2006 - 11-/2005 - 10/2005 - 9/2004 - 8/2003 - 7/2003 - 6/2002 - 5/2002 - 4/2001- 3/2001 - 2/2000 - 1/2000

 

Tema especial: Areas Montañosas

Anterior
Contenido
Siguiente

Corredor Andino
Estrategias y políticas de intervención para reducir
los riesgos y estimular el desarrollo

Nelly Gray de Cerdán(1)

La política de desarrollo del MERCOSUR ampliado, como producto de la unión económica de los países del Cono Sur a partir de 1995 (2), plantea entre otros desafíos la necesidad de utilizar los puertos del Pacífico como puntos de apoyo de la conexión con el Asia Oriental y los puertos del oeste del Bloque NAFTA.

La estructura física y geomorfológica del continente no ofrece ventajas comparativas para lograr este objetivo, como consecuencia que la Cordillera de los Andes – verdadera columna vertebral Norte-Sur, con muy pocos pasos Oeste- Este constituye un elemento negativo que produce costos, riesgos y dificultades para la instalación de proyectos de desarrollo. Este ha sido uno de los tantos motivos que históricamente ha volcado a los países del Cono Sur, a excepción de Chile, hacia la comercialización internacional a través del océano Atlántico. La incorporación de la montaña a los procesos de desarrollo regional, constituye hoy un desafío político y económico estratégico para garantizar el desarrollo del MERCOSUR.

A partir de 1995, con la activación de este, los pasos más equipados se transforman en verdaderos ¨cuellos de botella¨ muy difíciles de manejar debido al rápido incremento de las corrientes comerciales(3), a la creciente debilidad regional para ampliar, mantener y gerenciar adecuadamente el equipamiento necesario y a la naturaleza siempre hostil de la montaña.

El aumento del transporte sin servicios adecuados y con redes viales deficientes, hace aumentar en forma paralela las situaciones de riesgo por peligros naturales, la fragilidad de las poblaciones instaladas en la montaña y debilita la seguridad en los flujos comerciales. El impacto de esa ineficiencia se agudiza durante los inviernos, cuando las pérdidas de las empresas son millonarias frente al cierre de los pasos por períodos a veces superior a los 10 días seguidos, sin alternativa de otros tipos de transporte para las mercaderías en proceso de comercialización.

Este bloque por ahora, tiene focalizado su comercio sobre el denominado Corredor Bioceánico Central cuyo tramo Andino o Corredor Cristo Redentor – Libertadores - que une la zona norte de la Provincia de Mendoza (Argentina) con la V Región de Valparaíso (Chile) - es el único que cuenta con los equipamientos y servicios necesarios para permitir el paso de las corrientes de comercialización del bloque. El Corredor Central es responsable del movimiento del 70% de las corrientes comerciales del MERCOSUR y por lo tanto la importancia del Corredor Andino es estratégica para el flujo de bienes y servicios entre el Pacífico y el Atlántico.

Las políticas de ordenamiento territorial y gestión del riesgo comienzan, en consecuencia, a tener un papel preponderante en la organización de este espacio montañoso, para reducir los costos marginales y los riesgos, aumentando la seguridad del Corredor Andino.

Políticas de gestión del territorio en el Corredor Andino

El protagonismo del Corredor Andino es tan significativo en el escenario actual, que la reactivación de su equipamiento y el avance hacia formas tecnológicas innovadoras - indispensable para asimilar el actual y futuro crecimiento de las corrientes de comercialización en condiciones de competitividad - es materia de acción conjunta entre el Gobierno de la V Región de Valparaíso, la Región Metropolitana de Chile, el Gobierno Nacional Argentino y el de la provincia de Mendoza, con una fuerte intervención de empresas privadas de diferente magnitud, que ven en este Corredor una oportunidad clara de crecimiento.

 

En este contexto, el Ministerio de Ambiente y Obras Públicas, a través de la Dirección de Ordenamiento Ambiental y Desarrollo Urbano (DOADU) de la Subsecretaría de Medio Ambiente, encaró un programa de acción, basado en las siguientes ideas fuerza:

  1. Mejorar la calidad de los recursos humanos disponibles en la institución para poder abordar el Ordenamiento Territorial y sobre todo la Gestión del Riesgo en el Corredor Andino desde una perspectiva interdisciplinaria y anticipativa.
  2. Ampliar la capacidad institucional para actuar sobre el área.
  3. Fortalecer la co-responsabilidad sobre el Corredor Andino, fomentando la cooperación internacional para la operación del Corredor y la Gestión del Riesgo.

Por otro lado, el ministro de Ambiente y Obras Públicas dispuso la puesta en marcha de un Proyecto de Ordenamiento Territorial y Gestión del Riesgo en el Corredor Andino, que actualmente está en elaboración y que abarca el tramo Álvarez Condarco- Las Cuevas en territorio argentino.

En este Proyecto están incluidos subprogramas específicos cuyo objetivo es lograr el desarrollo del área, contribuir a reducir los costos de equipamiento, aumentar los márgenes de seguridad y reducir los riesgos en la operación de este Corredor de alta montaña, vulnerable a peligros naturales de diverso orden y magnitud. El objetivo es generar una gestión coordinada y eficiente de los recursos que garantice la sostenibilidad de los flujos comerciales de la provincia, en el nuevo contexto internacional.

Los subprogramas son: Ordenamiento del área Potrerillos-Cacheuta- Álvarez Condarco; Ordenamiento territorial y gestión ambiental de Puente del Inca. Ordenamiento Territorial de Uspallata, Ordenamiento Territorial y Gestión del Riesgo en Alta Montaña y por último el de Apoyo al proyecto de Rehabilitación del Ferrocarril Trasandino.

Por otro lado, el Gobierno de Mendoza ha comenzado a tener una intensa actividad de coordinación de acciones con el Gobierno de la V Región de Chile a través de protocolos bilaterales.


  1. Directora del Centro de Estrategias Territoriales para MERCOSUR. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza. Rca. Argentina. nelgray@cpsarg.com
  2. Incluye Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay
  3. El paso Cristo Redentor - Los Libertadores que une Argentina y Chile, destinado históricamente al servicio de una región de alrededor de 2 millones de habitantes, pasa a ser el articulador exclusivo de las corrientes de comercialización para un bloque de 200 millones de habitantes a partir de la constitución del MERCOSUR en 1995.
Reflexiones generales

La experiencia que se está desarrollando en el contexto del Corredor Andino demuestra una vez más lecciones ya aprendidas, ya que la gran fragilidad ambiental de la alta montaña frente a la ocupación humana, plantea un desafío permanente de creatividad y control de los procesos ambientales desencadenados por la sociedad, sobre todo cuando se instalan actividades económicas de alto dinamismo como son los flujos de transporte internacionales.

Se repite también hoy que la creciente debilidad regional para ampliar, mantener y gerenciar adecuadamente el equipamiento necesario de estas áreas montañosas, sumado al perfil siempre hostil de la montaña, exige de un manejo integrador para gestionar con éxito su funcionamiento. La Gestión del Territorio, entendida como la combinación de programas de ordenamiento territorial y gestión del riesgo a desastres, aparece como una herramienta válida para establecer estrategias y políticas de intervención para reducir los riesgos y estimular el desarrollo.

Se presentan también otros tipos de debilidades que es necesario superar:

  • Los temas de ordenamiento territorial no están difundidos en el ámbito operativo en la medida que sería necesario para incorporar los corredores montañosos a los proyectos regionales de desarrollo. En el plano del MERCOSUR, se observa que la falta de planes de ordenamiento territorial es una de las vulnerabilidades institucionales más severas.
  • Los profesionales y funcionarios encargados de la reducción del riesgo no han avanzado sobre el concepto de Gestión del Riesgo y siguen trabajando en el tema de manejo de las emergencias, situación que limita las oportunidades de reducir realmente la vulnerabilidad del Corredor.
  • La llave de la intervención sobre las áreas montañosas en desarrollo, la tienen los Gobiernos Locales. Pero en todos los aspectos, son los que tiene mayores dificultades presupuestarias, legales, profesionales y tecnológicas para responder a este desafío. Por lo tanto es el nivel de decisión sobre el que se debería actuar de preferencia y con mayor firmeza, para superarlas.

Estas reflexiones conducen a plantearse con claridad la necesidad de revisar los conceptos de unidades de planeamiento que se están utilizando. En este sentido, retomar algunos conceptos que parcialmente fueron abandonados, como el desarrollo, planificación y manejo de cuencas hidrográficas, serían herramientas adecuadas para evaluar la potencialidad y el riesgo en los corredores de montaña, ya que una buena parte de los corredores posibles de utilizar por las corrientes comerciales han sido formados por aparatos hídricos complejos que han creado valles transversales en permanente modificación. En ese contexto, el concepto de manejo de cuenca parece oportuno para unificar- a través de los aspectos ambientales - la gestión del territorio y del riesgo de los corredores montañosos de mayor jerarquía. Este último tema abre un debate nuevo en el campo de planificación estratégica y políticas de ordenamiento territorial y gestión del riesgo.

 


Anterior
Contenido
Siguiente
  © ONU/EIRD