El
desastre del 19 de febrero y reflexiones sobre la institucionalidad en
la gesti�n de riesgos en Bolivia
El 19 de febrero del
2002 quedará en el recuerdo de los bolivianos que vivimos una jornada
de dolor, angustia e incredulidad por las consecuencias de un granizo
de gran intensidad. La descripción de la situación se encuentra
en el recuadro No. 1 elaborado con base en el informe del Servicio Nacional
de Meteorología e Hidrología.
Después de
que la lluvia se hubo disipado, los ciudadanos presenciaron con incredulidad
a través de la televisión escenas de muerte, angustia y
dolor. El centro de la sede de Gobierno había sufrido una inundación
sin precedentes en su historia, las consecuencias de este evento según
el informe de la Alcaldía se pueden apreciar en el recuadro No.
2. La movilización de respuesta inmediata fue cuantiosa, los recursos
movilizados también se muestran en el recuadro No. 2, la solidaridad
de las personas, empresas, instituciones del Estado y representaciones
internacionales permitieron reunir fuerzas para encarar la emergencia
y rehabilitación.
Cuando los gritos
de dolor ya solo parecen un recuerdo lejano, se puede rescatar la experiencia
del beneficio del trabajar conjunto entre las instituciones públicas,
privadas, los voluntarios y el ciudadano en las operaciones de búsqueda
y rescate, tareas de apoyo logístico, diseño de normas,
procedimientos, así como continuar sobre la reflexión que
lleva a identificar los altos niveles de vulnerabilidad alcanzados en
la sede de Gobierno, la fragilidad de nuestro desarrollo y cómo
crear una institucionalidad en la temática de gestión de
riesgos.
La Ley No. 2140 para la Reducción de Riesgos y Atención
de Desastres y/o Emergencias promulgada en octubre del 2000 y su Ley No.
2335 modificatoria y complementaria promulgada en abril de este año,
definieron la base conceptual del proceso de implementación de
la nueva visión de gestión de riesgos, de la cual la conformación
del Sistema Nacional para la Reducción de Riesgos y Atención
de Desastres y/o Emergencias (SISRADE) forma parte de la institucionalidad
orgánica que asumirá el Estado para prevenir y reducir pérdidas
humanas, económicas, físicas, culturales y ambientales generadas
por desastres, así como rehabilitar y reconstruir las zonas afectadas
por estos a través de la interrelación de las partes que
lo conforman, la definición de responsabilidades y funciones de
éstas y la integración de esfuerzos públicos y privados
en el ámbito nacional, departamental y municipal.
Recuadro
No. 1
DESCRIPCIÓN DEL EVENTO
La ciudad de
La Paz, se encuentra ubicada en las estribaciones de la cordillera
de los Andes y colinda con el altiplano boliviano en su parte oeste.
A una altitud promedio de 3600 msnm, la ciudad está asentada
sobre la cuenca del río Choqueyapu que alcanza a los 500
kilómetros cuadrados, y sobre más de 230 ríos,
riachuelos y torrenteras que desembocan al mismo, haciendo conflictivo
un drenaje normal.
La característica
que hace vulnerable a la ciudad de La Paz, son las fuertes pendientes
del terreno, el viejo sistema pluvial, alcantarillado y los asentamientos
humanos en las laderas que no responden a normas de seguridad.
El día
martes 19 de febrero del 2002 amaneció con cielo cubierto
y una temperatura de 6.0°C, hacia las 10 de la mañana
los cúmulos comenzaron a desarrollarse y al medio día
se reportó cumulunimbus en dirección NNW. Las condiciones
meteorológicas indicaban el ingreso de un frente frío
a nuestro territorio y fuerte inestabilidad atmosférica,
con la consecuente formación de cúmulus y cumuluninbus.
La súper célula convectiva que se desplazó
sobre la ciudad de Norte a Sur provocó precipitaciones con
tormentas eléctricas y granizada de gran intensidad superando
el record histórico desde 1940.
La precipitación
comenzó a las 14:20 y culminó a las 15:50 con un volumen
total precipitado de 39.4 mm, y un descenso de temperatura de 14.6°C
registrado a las 14:00 a 3.5°C a las 15.42.(1)
La elevada concentración
de agua en el suelo sumándose a la elevada precipitación
provocó inundaciones y torrentes de lodo y granizo con extraordinaria
fuerza y velocidad, que generaron destrucción, muertos y
heridos.
(1) Impacto
Meteorológico en la ciudad de La Paz, 19 de Febrero del 2002,
Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología.
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Asumir la institucionalidad
y organización en gestión de riesgos no resulta una tarea
sencilla, porque debe estar basada en la realidad; nivel de evolución
y cultura organizacional desarrollada por las instituciones gubernamentales
y la forma en la cual se relacionan con la sociedad civil. Si bien la
cooperación y asistencia a consecuencia del evento del 19 de febrero
fue generosa y oportuna, parte del tiempo y esfuerzo se perdieron en establecer
procesos y mecanismos de coordinación y comunicación.
Luego del proceso
de reflexión, creemos que para pensar en conformar una institucionalidad
en gestión de riesgos es preciso considerar:
- El grado de descentralización
teórico y efectivo que se tiene en los diferentes niveles territoriales
(nacional, regional y municipal). Los mecanismos y procesos establecidos
para la planificación, administración y control de los
recursos disponibles por parte de las autoridades respectivas. La identificación
del alcance y autonomía de decisión proporcionarán
las atribuciones de las máximas autoridades ejecutivas al momento
de definir el grado de participación y responsabilidad en las
tareas relacionadas con la gestión de riesgos.
- El tipo de estructura
orgánica del Gobierno, es decir, si obedece al principio de especialidad
funcional o cuenta con esquemas de trabajo matricial y los mecanismos
de asignación de funciones y responsabilidades en el ámbito
de la elaboración de normas, fiscalización, dirección,
ejecución, control, etc. Este elemento proporcionará los
instrumentos para identificar los mecanismos de comunicación
y coordinación en el nivel horizontal entre los Ministerios y
vertical en los niveles del Gobierno central, regional y municipal.
- Evaluar los mecanismos
de seguimiento y control que existen para la asignación y distribución
de recursos financieros, materiales y humano. El establecer políticas
para la asignación de recursos bajo condiciones de emergencia
o desastre requieren contar con una normativa transparente, ágil
y efectiva.
- Los niveles de
participación ciudadana en la planificación, asignación
de recursos y control social, proporcionan la base de sostenibilidad
de la gestión de riesgos dentro del proceso de planificación
del desarrollo, porque garantizará que la visión del desarrollo
considere y priorice la atención a los riesgos y las medidas
de prevención y mitigación que garantice alcanzar los
objetivos planteados en un proceso de planificación. Asimismo,
asegura el compromiso del ciudadano y establece las redes a través
de las cuales iniciar las tareas de sensibilización, concienciación
y difusión efectiva de la cultura de reducción de riesgos.
- Grado de desarrollo
democrático de elección de las autoridades en sus diferentes
estamentos. Porque como todo proceso social, el desastre muestra los
niveles de desarrollo de la responsabilidad compartida entre el Gobierno
y los ciudadanos y la capacidad que tienen ellos de elección
de sus autoridades, de manera de garantizar la gobernabilidad en períodos
críticos de emergencia o desastre.
- Un mapeo de procesos
sustantivos y resultados provenientes de las actividades de planificación,
fiscalización, seguimiento y control. Porque desde el pensamiento
administrativo moderno, las estructuras orgánicas, funciones
y responsabilidades se deben establecer en función de una identificación
clara de los clientes, necesidades, productos o servicios que los satisfagan,
identifique el proceso, procedimiento, actividades, tareas necesarias
para producirla y finalmente los recursos necesarios para cubrir ese
procedimiento. Esta situación brindará la oportunidad
de identificar los puntos críticos de decisión, acción,
control donde se pueden introducir los elementos de evaluación
de riesgos y definición de las tareas inherentes a la gestión
de riesgos.
Recuadro
No. 2
Daños
ocasionados |
Muertos |
68
|
Desaparecidos
|
14
|
Heridos |
130
|
Viviendas
dañadas |
342
|
Locales
comerciales |
82
|
Vehículos
de transporte publico |
86
|
Vehículos
de transporte privado |
31
|
Unidades
Económicas (comercio formal y en vías públicas) |
945
|
|
|
Recursos
movilizados |
Personas
movilizadas |
10.313
|
Campañas
de solidaridad |
29
|
Instituciones
solidarias |
39
|
Maquinaria
utilizada |
990
|
|
|
Recursos
financieros |
Cooperación
Internacional |
16.7
MM $us
|
Cooperación
Nacional |
5.4
MM$us
|
Gobierno
Municipal de La Paz |
3.2
MM$us
|
Total |
25.3
MM$us
|
|
Todos estos elementos
forman parte de las reflexiones que se están desarrollando en Bolivia
a fin de la conformación del Sistema Nacional de Reducción
de Riesgos y Atención de Desastres y/o Emergencias (SISRADE) y
determinar su funcionamiento, de manera de no crear conflictos organizacionales
y estructurales que releguen la importancia del tema frente a la complejidad
de su implementación.
Para cuando se concluya
el reglamento y se implemente, podamos actuar de forma efectiva ante situaciones
adversas como la vivida el 19 de febrero del 2002 en la ciudad de La Paz,
Bolivia.
Para mayor información
contactar a:
Marco Rodríguez, utoaf@ceibo.entelnet.bo
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