Estrategia
Internacional para la Reducción de Desastres América Latina y el Caribe |
Revista
EIRD Informa - América Latina y el Caribe |
Desastres
en la Región
|
Anterior |
CEPAL:
An�lisis de la sequ�a que afect� La CEPAL y la CCAD realizaron un estudio de análisis de la sequía que afectó al Istmo Centroamericano del año 2001, requerido por las autoridades centroamericanas. El artículo representa una opinión de ambas instituciones acerca de lo ocurrido, elaborado con base en las cifras recopiladas durante la misión de campo y el análisis de ellas con base en una metodología de evaluación ya aceptada internacionalmente. (1) El estudio incluye una estimación de los daños y perjuicios ocasionados por la sequía, lo mismo que una identificación de los sectores y áreas geográficas que resultaron más afectados y finalmente, una propuesta de estrategia de acción para el futuro. Entre mayo y agosto del 2001 se produjo en toda Centroamérica un evento hidrometeorológico anormal durante el cual las lluvias se redujeron a niveles inferiores tanto en relación con el promedio histórico como con las necesidades hídricas de la población, los servicios y la producción. La causa de esta anomalía climática reside en que durante el 2001 no se produjo la disminución usual de los vientos alisios que ocurre normalmente a partir de abril y que permite la llegada de humedad y precipitación que traen los vientos del Pacífico. Tal anomalía estuvo asociada a eventos atmosféricos de alcance planetario, y no se debió a la ocurrencia del fenómeno El Niño. La vulnerabilidad creciente La población centroamericana se vio perjudicada en diferentes formas y grados a causa de la sequía, la población primariamente afectada es aquella que sufrió debido a la pérdida de su alimentación y que hubo de ser provista de ayuda alimentaria para compensarla. La población secundariamente afectada se refiere a aquella que sufrió la disminución o falta de un servicio esencial, en tanto que la terciaria es aquella que acusó mayores costos derivados de la provisión de electricidad. Un número importante de habitantes sufrió de racionamiento en el suministro del servicio institucional de agua potable lo que la constituye en población secundariamente afectada. Todos los usuarios del servicio de electricidad de la subregión constituyen población terciariamente afectada al haber tenido que sufrir alzas en el precio de la misma, derivadas de la necesidad de generar o importar energía termoeléctrica ante la insuficiencia de agua en las centrales hidroeléctricas. Se trata por lo tanto de la población que tiene acceso al servicio de electricidad y que se estima alcanza a 23.0 millones de habitantes. El total de población afectada por la sequía llegaría a los 23.6 millones de habitantes, lo que equivale al 70% de la población total de la subregión. Las principales conclusiones apuntan a que los impactos más significativos de la desertificación se producen en la agricultura por la relación existente entre erosión del suelo, pérdida de fertilidad y disminución del rendimiento de los cultivos. Los grupos más vulnerables son al mismo tiempo los más afectados por la escasez de agua en la región. Recapitulación de los daños La sequía del 2001 en Centroamérica vino a superponerse sobre dos situaciones preexistentes que han magnificado su impacto: por una parte, la crisis derivada de los precios internacionales del café y, por la otra, la vulnerabilidad creciente ante la ocurrencia de fenómenos climáticos sucesivos en los últimos cinco años. De acuerdo con las estimaciones realizadas, el monto total de las pérdidas en la subregión asciende a los 189 millones de dólares, de lo cual 125.5 millones (el 66 %) corresponden a pérdidas de producción agrícola e industrial, 50.1 millones (el 26.5%) se refieren a mayores costos o menores ingresos de las empresas que brindan los servicios de electricidad y agua potable, 13.4 millones (el 7% restante) a los gastos efectuados para atender la emergencia.
Variaci�n en el producto interno bruto achacable a la sequ�a en los pa�ses centroamericanos
Fuente: CEPAL, sobre
la base de cifras oficiales.
En resumen, cuando las pérdidas se visualizan dentro del contexto de las economías de cada país y de la subregión, se concluye que no son de una magnitud elevada e incluso podría afirmarse que bajo circunstancias normales de vulnerabilidad la región debería haber podido absorberlas sin grandes dificultades.
Marco estratégico para la mitigación y prevención ante sequías Los efectos de la sequía del 2001 no se pueden comprender de manera integral sin considerar tanto la vulnerabilidad que se ha acumulado en amplias zonas geográficas de la región a causa de los desastres que han ocurrido recientemente y los procesos de degradación ambiental, como por su combinación con otros cambios negativos de carácter económico y social. Es preciso reconocer que las sequías se producen como resultado de la interacción entre las variaciones climáticas y las actividades humanas. En este sentido, las estrategias que se diseñen para aumentar la capacidad de adaptación frente a las sequías deben incorporar las amenazas a mediano y largo plazo que, con mayor o menor grado de incertidumbre, surgen vinculadas al fenómeno del cambio climático. De las consideraciones precedentes se desprende la necesidad de adoptar y poner en práctica un marco estratégico de mitigación y prevención ante sequías que permita a la subregión centroamericana enfrentar en forma adecuada los eventos naturales extremos que puedan ocurrir en el futuro y reducir su impacto social, económico y ambiental. Su definición debe realizarse con base en el resultado de un análisis de las debilidades, fortalezas, desafíos u oportunidades que presenta la subregión en esta materia. El marco estratégico de mitigación y prevención que se adopte para reducir las vulnerabilidades y el impacto de las sequías debe tener un carácter multisectorial e interdisciplinario para hacerse cargo de la naturaleza compleja del tema, y no restringirse a una consideración puramente ambientalista o unisectorial. Sin dudas, el marco debe adoptarse de forma global y traducirse en estrategias sectoriales subordinadas que sean emprendidas por los organismos especializados correspondientes. Igualmente indispensable será disponer de la participación de la sociedad. El documento preparado por CEPAL y la CCAD propone varias líneas de acción que pueden ser útiles al efecto de las tomas de decisión tanto técnica como política. Se enfatiza que las mismas han de enmarcarse dentro de diversas expresiones de voluntad política realizadas en el pasado por las máximas autoridades gubernamentales de la subregión en cuanto a promover un desarrollo social, económico y ambientalmente sostenible. En tal sentido, el marco general de referencia en este caso estaría definido por la Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible (ALIDES), adoptada en 1994. Además, la estrategia de mitigación y prevención que se adopte debe vincularse con las diversas iniciativas internacionales y regionales sobre reducción de vulnerabilidad frente a desastres en las que Centroamérica participa activamente, tales como las Convenciones de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y Lucha contra la Desertificación.(3) Igualmente, deberá formularse dentro del Marco estratégico para la reducción de la vulnerabilidad y los desastres aprobado por los Presidentes Centroamericanos en la cumbre de Guatemala en octubre de 1999,(4) del Quinquenio Centroamericano para la reducción de las vulnerabilidades y el impacto de los desastres cuya ejecución está liderando el Centro de Prevención de Desastres Naturales de Centroamérica y Panamá (CEPREDENAC), y de los compromisos asumidos por la subregión en materia de preservación ambiental, tales como el Plan Ambiental de la Región Centroamericana (PARCA). Para mayor información
contactar a:
|
Anterior |
© ONU/EIRD |