Revista EIRD Informa - Las Américas
Número:13 -2006 -12/2006 - 11-/2005 - 10/2005 - 9/2004 - 8/2003 - 7/2003 - 6/2002 - 5/2002 - 4/2001- 3/2001 - 2/2000 - 1/2000
 

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Implementando un proyecto de preparación
y reducción del riesgo durante una fase de alerta volcánica

En el mes de agosto del 2004, el volcán Galeras, situado en el departamento de Nariño al suroccidente de Colombia, mostró signos evidentes de reactivación después de diez años de calma. El Instituto Nacional Colombiano de Geología y Minas elaboró un mapa de amenaza volcánica según el cual más de 8,000 personas están ubicadas en zonas de amenaza alta, es decir, en comunidades que pueden ser alcanzadas por flujos piroclásticos.

Teniendo en cuenta este reporte, la Cruz Roja Colombiana, conjuntamente con la Cruz Roja Francesa, llevó a cabo desde marzo de 2006 hasta final de mayo de 2007 un proyecto preventivo llamado “Reducción de la Vulnerabilidad de Comunidades Ubicadas en la Zona de Amenaza Alta frente al Volcán Galeras”. Este proyecto, implementado gracias a la cofinanciación de la Oficina de Ayuda Humanitaria (ECHO), a través de su Programa de Preparación para Desastres DIPECHO, se incluye en el Marco de Acción de Hyogo 2005-2015, principalmente mediante sus prioridades de acción tres y cinco, de concientización y preparación de comunidades e instituciones.

Un mes después de iniciado el proyecto, la actividad volcánica del Galeras pasó de nivel 3 (cambios en el comportamiento del volcán) a nivel 2 (donde la erupción puede llegar en cualquier momento). Este nivel de actividad se mantuvo durante 5 meses de 2006 y comienzos del año en curso hasta el momento.

¿Cómo implementar un proyecto de preparación y reducción de desastres en tiempo de emergencia cuando las poblaciones en riesgo están parcialmente evacuadas?
En tiempo de crisis, la vulnerabilidad de las comunidades e instituciones se evidencian claramente. Para empezar, una parte importante de las personas que viven en zona de amenaza alta no está dispuesta a evacuar por razones de desconfianza hacia las instituciones o por desconocimiento del riesgo. Por lo tanto, educar a la población en cuanto a las amenazas volcánicas es la primera prioridad.

El mensaje preventivo sobre el volcán se elabora conjuntamente con los vulcanólogos y la Comisión Educativa del Comité Local para tener la máxima claridad y sencillez en el mensaje, sin que éste pierda su veracidad; se diseñan pendones que servirán como soporte a 75 facilitadores de las instituciones y comunidades, capacitados para motivar los talleres de prevención. Las convocatorias se realizaron con el apoyo de todas las estructuras sociales existentes entre las cuales están: líderes comunitarios, Asociaciones de Madres Comunitarias, Juntas de Acción Comunal (JAC), Sistema Eclesiástico, empresas de transporte regional, niñas, niños y adultos mayores, padres de familia, Promotoras de Salud, trabajadores de centros hospitalarios, estudiantes y la comunidad en general. Seis meses fueron necesarios para cumplir con esta meta.

Aún si buena parte de la población sigue sin evacuar, la Cruz Roja no realiza acciones en las zonas de amenaza alta por razones de seguridad de los voluntarios. Entonces, durante el nivel 2 se plantea transferir hacia los alojamientos temporales que se construyeron alrededor del volcán, todas las actividades que estaban previstas en las comunidades. Mapas de riesgo y planes de emergencia se conciben para el alojamiento temporal, teniendo previsto que la comunidad aplique la misma metodología al regresar a sus viviendas. Al reflexionar e identificar las capacidades y debilidades de su alojamiento temporal, el sentimiento de pertenencia crece; mientras que, la población poco a poco brinda especial cuidado tanto al alojamiento temporal como a su propia comunidad. Cabe añadir, que las actividades desarrolladas en los alojamientos temporales propician un ambiente diligente en los albergados y motivan a la población que aún no ha evacuado.

El desarrollo de este proyecto evidenció que en el caso de amenazas capaces de implicar fases de evacuación preventiva, las actividades de preparación para desastres deben contemplar acciones complementarias durante cada nivel de alerta.

Las actividades llevadas a cabo con la población evacuada, además de cumplir con sus metas preventivas, apoyan fuertemente el ambiente, cuidado y mejoramiento de los lugares de evacuación así como su aceptación por la población evacuada.

Para mayor información por favor contactar la Cruz Roja Francesa en Colombia: crfcol@etb.net.co


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