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Uruguay desde
la sociedad civil: hacia una cultura de prevención En latitudes medias, cuanto más daño provocan los fenómenos atmosféricos, más aleatoria y poco frecuente es su ocurrencia. Las medidas de vigilancia, prevención y mitigación que pudieran efectuarse son un desafío para Uruguay no sólo en el desarrollo de actividades tendientes a generar el conocimiento científico y su aplicación, sino también en los arreglos institucionales necesarios para enfrentar convenien-temente este tipo de emergencias. La República Oriental del Uruguay, con su costa sobre el océano Atlántico, se ubica en la zona templada del hemisferio sur, de predominio marítimo. El territorio se encuentra fuera de la zona afectada por terremotos, maremotos, erupciones volcánicas; incluso los deslizamientos le son ajenos. Tampoco le son propios los huracanes. Y si bien las inundaciones son recurrentes, y provocan miles de evacuados cada vez, pocas veces son catastróficas. Cuando ocurren sequías –poco frecuentes–, deterioran sustancialmente el panorama socioeconómico interno. A estos dos fenómenos mayores (inundaciones y sequías) se les suman las cortas pero a veces intensas depresiones atmosféricas extratropicales y otros eventos de menor alcance espacial: tornados, lluvias de granizo, incendios forestales. En la noche del 23 de agosto del 2005 un ciclón extratropical afectó el sur y el este de Uruguay, con vientos fuertes superiores a los 130 km/h y ráfagas de 150-160 km/h; este fenómeno causó la pérdida de al menos diez vidas humanas, numerosos heridos y cuantiosos daños materiales. El evento fue disparador de una fuerte polémica en la ciudadanía uruguaya, que buscaba responsabilidades y responsables, pues aunque se emitió un aviso desde los órganos competentes, fue de escasísima percepción por parte del público y los medios de difusión masiva. Organización y cultura: conceptos cercanos pero diferentes El país ha ejecutado algunos sistemas de alerta; por ejemplo,
ha emitido advertencias en los casos de pronósticos de vientos
fuertes, tormentas o precipitaciones intensas puntuales o generalizadas.
No obstante, la carencia de una cultura de prevención de desastres
es notoria, posiblemente por no corresponderle las calamidades atmosféricas
mayores del planeta. Existe otra insuficiencia en el ámbito de la comunicación. Los sistemas de alerta temprana no siempre prevén con suficiente antelación, ni son lo suficientemente claros. Esta falta de comunicación va en varias direcciones: desde la población civil a instituciones como el Servicio Meteorológico (y viceversa), y entre instituciones. Para remediar tal situación es necesario cubrir la brecha de equipamiento y entrenamiento para el monitoreo de la realidad física. Por otro lado, se hace imprescindible facilitar la formación de profesionales con el perfil adecuado para las diversas actividades –hoy abandonadas o despriorizadas– y así poder impulsar el conocimiento ciudadano, tanto para la protección y la respuesta social adecuada a las emergencias, como para promover participativamente el apoyo institucional a tales tareas. Hacia una cultura de prevención Frente al hecho consumado del temporal, el descreimiento de los sistemas operativos que tienen a su cargo la emisión de alertas se hizo palpable. Los medios de comunicación cuestionaban, después de los acontecimientos, si era posible alertar con mayor antelación y precisión sobre eventos meteorológicos de esta naturaleza. La Sociedad “Amigos del Viento. Meteorología-Ambiente-Desarrollo” procura comunicar a la población las ventajas de una alerta temprana, informar sobre cuáles son las amenazas de origen natural a las que somos vulnerables, cuál es la población en riesgo y precisamente la necesidad de una cultura preventiva imperante en la sociedad. Pocas horas antes del temporal, el lunes 22 de agosto en la sede anexa al Palacio Legislativo, “Amigos del Viento” había tratado el tema en el seminario “Fenómenos severos: desde la meteorología al desarrollo de una cultura preventiva”. El programa abarcaba los temas: amenazas naturales en el Uruguay, la alerta temprana de fenómenos meteorológicos severos, los eventos que han afectado a nuestro país y por último “Alerta: daños vs. recursos disponibles”. A partir de este seminario, nuestra Sociedad ha tenido numerosas solicitudes de información sobre el tema de amenazas, alerta temprana y su difusión, y datos de costo-beneficio que fueron presentados en la actividad. La alerta temprana de un fenómeno meteorológico severo no evitará que se produzca el evento, pero sí podrá apoyar las actividades necesarias para afrontarlo y mitigar sus efectos, de manera que un riesgo no se convierta finalmente en un desastre. Las actividades de respuesta consisten en el proceso real del aviso, en el que se incluyen la detección de un riesgo y las formas de difusión de avisos y predicciones. Aunque la comunicación de información es esencial para que cada persona reaccione al riesgo tomando todas las precauciones, los avisos por sí solos no bastan para lograr que la población adopte una actitud de respuesta. Los Servicios Meteorológicos han de asegurarse de que tanto sus avisos como sus predicciones se difundan puntualmente y de manera completa al público, que la información sea efectivamente recibida y que la comunidad responda a ella debidamente. Por tanto, es imprescindible una real coordinación ante pronósticos y avisos, entre quienes los proporcionan y quienes los difunden. “Amigos del Viento” se ha impuesto como objetivo propender
a la concientización de la comunidad y de quienes tienen bajo
su responsabilidad la toma de decisiones. El enfoque es trabajar hacia
un sistema integrado de gestión del riesgo, en el cual los técnicos
y la población conformen un espacio de interacción real. Somos una asociación civil formada por un grupo multidisciplinario de meteorólogos, docentes y profesionales universitarios, interesados en realizar labores de estudio e investigación en meteorología y disciplinas relacionadas, vinculándolas con el medio ambiente global y las actividades humanas en general, así como contribuir y promover al diagnóstico y mejoramiento de la actividad meteorológica en Uruguay. Creemos fundamental promover actividades educativas y de divulgación de la meteorología y las disciplinas científicas relacionadas. Además, propender a la colaboración e intercambio de información tecnológica, científica y académica a nivel nacional e internacional. Estamos realizando actividades educativas y de difusión específicamente a escolares de distintas zonas de la capital, y comenzamos a colaborar también en el interior del país, con charlas de divulgación sobre temas ambientales y climáticos (cambio climático, perjuicios socioeconómicos de los eventos meteorológicos severos, entre otros). Algunas de estas charlas se dieron en la sede del Parlamento Nacional, con el propósito de hacer conocer la temática no sólo al público en general sino también a nuestros legisladores. Para mayor información
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