Comunicado de prensa 10 de octubre de 2018. UNDRR 2018/21

 

UN RECUENTO DE LA ONU DURANTE LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS: LOS TERREMOTOS Y LOS TSUNAMIS ESTÁN COBRANDO LA VIDA DE MÁS PERSONAS, MIENTRAS QUE EL CAMBIO CLIMÁTICO ESTÁ INCREMENTANDO LAS PÉRDIDAS ECONÓMICAS DEBIDO A LOS DESASTRES

Por: UNDRR

GINEBRA, 10 de octubre de 2018 – Según un informe que publicó hoy la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) como antelación al Día Internacional para la Reducción de Desastres, a celebrarse el 13 de octubre, durante los últimos 20 años se ha observado un dramático aumento del 151 por ciento en las pérdidas económicas directas originadas por desastres climáticos.

En el período entre 1998 y 2017, los países que resultaron afectados por un desastre notificaron pérdidas económicas por un monto de $2.908.000 millones de dólares estadounidenses, de las cuales, los desastres climáticos generaron pérdidas por $2.245.000 millones; es decir, el 77 por ciento del total.

Estos datos se pueden comparar con las pérdidas totales notificadas durante el período entre 1978 y 1997 por un total de $1.313.000 millones de dólares estadounidenses, de las cuales los desastres meteorológicos generaron pérdidas por $895.000 millones, o bien, un 68 por ciento del total.

En términos de las ocurrencias, los desastres meteorológicos también predominan, pues estos representan el 91 por ciento de todos los 7 255 eventos principales que se registraron entre 1998 y 2017. Las inundaciones (el 43,4 por ciento) y las tormentas (el 28,2 por ciento) son los desastres que ocurren con mayor frecuencia.

Los Estados Unidos ha experimentado las mayores pérdidas económicas, cuya cantidad asciende a $944.800.000 millones de dólares estadounidenses. Después, se encuentran China, con $492.200.000 millones; Japón, con $376.300.000 millones; India, con $79.500.000 millones; y Puerto Rico, con $71.700.000 millones. Asimismo, las tormentas, las inundaciones y los terremotos colocan a tres
países europeos entre las diez naciones con pérdidas económicas más altas: Francia con $48.300.000 millones de dólares estadounidenses; Alemania, con $57.900.000 millones; e Italia, con $56.600.000 millones. Por su parte, Tailandia, con $52.400.000 millones, y México, con $46.500.000 millones completan esta lista.

Durante este período 1,3 millones de personas perdieron la vida y unos 4 400 millones de personas resultaron heridas, se quedaron sin hogar, tuvieron que desplazarse o necesitaron asistencia de emergencia. Un total de 563 terremotos, incluidos los tsunamis resultantes, produjeron el 56 por ciento del total de las muertes, lo cual equivale a 747 234 personas fallecidas.

El informe titulado "Pérdidas económicas, pobreza y desastres 1998-2017" ("Economic Losses, Poverty and Disasters 1998-2017 en inglés") examina la base de datos internacional sobre emergencias (EM-DAT) que mantiene el Centro de Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres (CRED), con sede en la Universidad de Lovaina, Bélgica.

Una meta relevante del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres es reducir las pérdidas que generan los desastres, y el informe destaca el hecho de que el 63 por ciento de los informes sobre desastres no contienen datos económicos.
Otro aspecto destacado es el impacto desproporcionado de los desastres en los países de ingresos bajos y medios, aun cuando los países de ingresos altos son los más afectados en cuanto a las pérdidas económicas absolutas.

Solo un país de ingresos altos se situó entre los "primeros diez" en términos del porcentaje promedio anual de pérdidas con relación al PIB: Puerto Rico, con el 12,2 por ciento. A nivel mundial, los otros países son Haití, con el 17,5%; Honduras, con el 7 por ciento; Cuba con el 4,6 por ciento; El Salvador, con el 4,2 por ciento; Nicaragua, con el 3,6 por ciento; Georgia, con el 3,5 por ciento; Mongolia, con el 2,8 por ciento; Tayikistán, con el 2,7 por ciento; y la República Popular Democrática de Corea, con el 7,4 por ciento.

La Sra. Mami Mizutori, Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Reducción de Desastres, explicó lo siguiente: "Este informe destaca las tendencias principales durante los últimos 40 años. Todavía queda mucho por hacer para abordar el número tan alto de muertes en las zonas sísmicas. Las muertes y el sufrimiento que ocasionaron el terremoto y el tsunami en Indonesia permiten ver la necesidad de aumentar el grado de sensibilización pública y de aplicar altas normas de construcción en las zonas sísmicas".

"El análisis del informe deja en claro que las pérdidas económicas generadas por eventos climáticos extremos son insostenibles y representan uno de los elementos limitantes principales para erradicar la pobreza en partes del mundo que están expuestas a diversas amenazas".

"Debemos realizar una mejor labor para captar datos sobre pérdidas económicas si deseamos comprender mejor qué es lo que funciona cuando se trata de reducir pérdidas económicas, salvar vidas y medios de sustento, y gestionar el riesgo de desastres".

Si bien los países de ingresos altos registraron pérdidas que representan el 53 por ciento de los desastres notificados entre 1998 y 2017, los países de ingresos bajos solo las registraron para el 13 por ciento de esos desastres.

La profesora Debarati Guha-Sapir, jefa de CRED, señaló lo siguiente: "Este informe destaca la brecha entre ricos y pobres en cuanto a protección. Aquellos que están sufriendo más debido al cambio climático son los que menos contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero.

Las pérdidas económicas que sufren los países de ingresos bajos y medios generan consecuencias drásticas para su desarrollo en el futuro".
"Es obvio que existe un amplio espacio para mejorar en la recopilación de datos sobre pérdidas económicas, pero, a partir de nuestro análisis sobre datos disponibles con el uso de georreferenciación, sabemos que es seis veces más probable que las personas en los países de ingresos bajos y medios pierdan todas sus posesiones materiales o que resulten heridas en un desastre que las personas en los países de ingresos altos".


El informe concluye que el cambio climático está aumentando la frecuencia y la severidad de los eventos climáticos extremos, y que los desastres continuarán representando el impedimento principal para el desarrollo sostenible, mientras que los incentivos económicos para construir y urbanizar lugares propensos a amenazas superen el riesgo percibido de desastres.


El informe explica que "la integración de la reducción de desastres en las decisiones relativas a la inversión es la forma más rentable para reducir este riesgo. Por consiguiente, la inversión en la reducción del riesgo de desastres es una condición previa para desarrollarse de forma sostenible en un clima variable".

 

Acerca de la UNDRR: La UNDRR es la oficina de las Naciones Unidas dedicada a la reducción del riesgo de desastres y está encabezada por el Representante Especial del Secretario General de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres. La UNDRR respalda la aplicación del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, el cual busca "la reducción considerable del riesgo de desastres y las pérdidas ocasionadas por éstos, tanto de vidas, medios de subsistencia y la salud como de bienes económicos, físicos, sociales, culturales y ambientales de las personas, las empresas, las comunidades y los países".

 

 

 

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