El desafío de desastres naturales en América Latina y el Caribe:
Plan de acción del BID
Por Caroline Clarke
Especialista en Mitigación de Desastres y Desarrollo Urbano

Tan sólo en los últimos cuatro años, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha aprobado US$1.500 millones en nuevos fondos para ayudar a los países de la región a recuperarse de los desastres. El monto promedio anual es 10 veces mayor que lo que se prestaba en promedio al año en relación con las catástrofes durante los 15 años anteriores. Los acontecimientos recientes nos han demostrado que no son sostenibles los enfoques que pretenden responder a los desastres luego de que han sucedido. También prueban que la prevención y la gestión del riesgo deben ser temas centrales en los esfuerzos por promover el desarrollo de nuestra región. Para romper con el ciclo de destrucción-reconstrucción-destrucción que sufren demasiadas comunidades, los países y el BID deben colocar la gestión del riesgo entre las prioridades de su agenda de desarrollo.

Este es el mensaje que llevó el Banco a su Reunión Anual de Gobernadores, celebrada en marzo del 2000 en Nueva Orleáns, durante el seminario “Cómo enfrentar los desastres naturales: una cuestión de desarrollo”. Durante día y medio, representantes de ministerios gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil discutieron los retos de cómo fomentar el desarrollo en una de las regiones del mundo más propensas a las amenazas naturales. El presidente del BID, Enrique Iglesias, destacó la importancia de incorporar la prevención y la gestión integral del riesgo en el corazón mismo de las políticas e inversiones para el desarrollo. En la presencia de tres jefes de estado y otros dignatarios y expertos de la región, el Sr. Iglesias presentó el Plan de Acción del Banco para integrar la gestión del riesgo en todas las operaciones y acciones del BID. Este Plan ofrece una respuesta a las exigencias gubernamentales y ciudadanas para mejorar su propia capacidad de enfrentar y mitigar las amenazas naturales.

Las discusiones en las sesiones plenarias y en los talleres del seminario destacaron una serie de puntos comunes que enriquecerán el plan del Banco. Entre ellos se citaron los siguientes factores asociados al bajo nivel de desarrollo en la región: el deterioro ambiental, la tenaz pobreza, el crecimiento urbano descontrolado, las malas políticas de desarrollo y los débiles sistemas de prevención de los desastres. Todos estos factores incrementan la vulnerabilidad de los países y amplifican las consecuen-cias de las amenazas naturales. Es esencial comprender y responder a la vulnerabilidad social, ambiental, institucional y de políticas guberna-mentales. Debe prestársele más atención a la importancia de comprender las necesidades de las víctimas potenciales de los desastres, porque ello ayudará a diseñar los incentivos apropiados para estimular medidas de prevención y seguridad. Una mejor información sobre riesgos puede estimular la inversión en mitigación en nuevas áreas y desalentar las conductas riesgosas. A lo largo de la región, deben fortalecerse los sistemas nacionales de prevención de desastres y las instituciones de planificación y desarrollo asumir un papel más explícito en la reducción del riesgo. Las agencias nacionales, los Gobiernos locales, el sector privado y la sociedad civil pueden unir sus fuerzas para establecer una estrategia común de reducción del riesgo.

De parte de la región, existe una clara exigencia de que el Banco haga más en este sentido. Durante la presentación del Plan de Acción del BID, el primer ministro Said Musa, de Belice, presentó sus argumentos a favor de una clara estrategía nacional para la reducción de riesgos. Subrayó que los nuevos préstamos del BID deben financiar tanto las inversiones en preparativos como el fortalecimiento institucional de las organizaciones encargadas de la gestión de los desastres. El presidente Carlos Flores, de Honduras, apoyó un plan de acción integral para la prevención y mitigación de los desastres en América Central. También destacó la intención de Honduras de sacar provecho de su amarga experiencia con el huracán Mitch para incorporar medidas preventivas en las inversiones de reconstrucción. El primer ministro Owen Arthur, de Barbados, señaló que para los estados pequeños, la prevención de los desastres es cuestión de vida o muerte. El fardo financiero ocasionado por los desastres pasados y potenciales puede ser demasiado pesado como para que el sector público cargue con él por sí solo. Por lo tanto, deben utilizarse mejor y más a menudo las herramientas del mercado, como los seguros contra desastres y otros instrumentos financieros para reducir el riesgo y pagar por la reconstrucción.

Todas estas son áreas en las que el Banco está dispuesto a colaborar con asistencia técnica y créditos para la inversión. Como parte del Plan de Acción (ver resumen adjunto), el BID planea colocar la gestión del riesgo en el corazón mismo de la agenda del desarrollo de la región. Los retos son dobles: ayudar a los países en la adopción de esquemas integrales de gestión del riesgo y universalizar la gestión del riesgo en las operaciones y acciones del mismo Banco.

La implementación de este Plan de Acción se encuentra en marcha. Se están estableciendo puntos focales dentro del Banco para la gestión de los desastres. Los países interesados en operaciones en este campo pueden ponerse en contacto directamente por medio de las Representaciones en cada estado miembro (ver recuadro “Contactos clave”). Los nuevos proyectos actualmente en curso están incorporando componentes de gestión del riesgo y reducción de desastres. Se puede obtener más información en el sitio Web del BID: www.iadb.org. También están disponibles estudios recientes sobre el tema: para solicitarlos, póngase en contacto con mariak@iadb.org. Asimismo, se están programando oportunidades para el diálogo regional sobre el tema.

Hoy día, los Gobiernos de América Latina y el Caribe están dando pasos importantes hacia un futuro más seguro. En la Reunión Hemisférica del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales (DIRDN), celebrada en Costa Rica en junio/99, los representantes de los países de la región hicieron un llamamiento para la adopción de políticas e inversiones destinadas a reducir la vulnerabilidad, como parte integral de la planificación para el desarrollo. El BID da énfasis a la importancia de convertir este llamamiento en una realidad y se compromete a apoyar a los países de la región para enfrentar este reto.

Se pueden obtener ejemplares de Cómo enfrentar el reto de los desastres naturales en América Latina y el Caribe: un Plan de Acción del BID, por medio de las Representaciones del BID en los países miembros, o directamente poniéndose en contacto con el Departamento de Desarrollo Sostenible del BID en Washington: mariak@iadb.org, fax (1-202) 623-1786.