Inundaciones de Santa Fe, Argentina, 2003
Evaluación
del impacto socioeconómico de las inundaciones en la provincia
CEPAL y ONU
Antecedentes
Este trabajo
responde a la solicitud del Gobierno de la Provincia de Santa Fe al
sistema de las Naciones Unidas ante las graves inundaciones
ocurridas en el mes de abril como consecuencia de un fenómeno
climático que acarreó lluvias en magnitud extraordinaria
que ocasionaron el desbordamiento inesperado del río Salado en
su afluencia sobre el Paraná afectando de manera particular a
la ciudad de Santa Fe y provocando inundaciones masivas del territorio
provincial. Ello ocasionó pérdidas de vidas humanas, destrucción
e inundaciones numerosos barrios en dicha ciudad y en otras poblaciones
de la provincia así como afectación en importantes porciones
de las tierras agrícolas y de pastura. Como consecuencia de ella
hay graves afectaciones en lo social junto con los sectores productivos.
Entre las acciones planteadas por el sistema y acordadas con el gobierno
de la provincia se realizó una evaluación global, económicosocial
y ambiental del evento como apoyo a la formulación de la estrategia
de recuperación y reconstrucción.
Para el trabajo se contó con la plena colaboración de
las autoridades municipales y provinciales así como el aporte
de los administradores del gobierno de la nación en la provincia.
Sin la colaboración decidida de todos ellos no habría
sido posible terminar esta evaluación en tan corto plazo. De
igual manera fue esencial el apoyo de las agencias del sistema de Naciones
Unidas –de manera particular para la evaluación en su área
de competencia de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS)
y el PNUD aportó los necesarios recursos para el trabajo en
complemento de los puestos por la propia CEPAL. \
Este estudio valora el impacto de las inundaciones conforme a la metodología
desarrollada por CEPAL [1] incluye una lista preliminar de perfiles de
proyectos enmarcada en un planteamiento estratégico que recoge
ya algunas de las iniciativas y recursos que están siendo destinados
a la reconstrucción. Se espera que el mismo contribuya a ordenar
y agilizar el proceso de rehabilitación y reconstrucción
y movilice los necesarios recursos adicionales de solidaridad y cooperación
interna y externa, en adición a los ya recibidos durante la emergencia.
Valoración del daño
La valoración,
hecha sector por sector, junto con las autoridades provinciales y consultando
al sector privado y a representantes de la
sociedad civil, se resumen en el cuadro siguiente:
Resumen
Del trabajo
realizado surgen algunos elementos centrales que se resumen en el hecho
de que a la Provincia de Santa Fe la afectaron dos desastres:
las inundaciones en zona agropecuaria, que se inician al menos desde
fines del año 2002 y persisten durante el primer trimestre del
2003, lo cual desemboca en la inundación de la ciudad de Santa
Fe y otros núcleos urbanos.
La pérdida más visible ha sido de tipo social, particularmente
la afectación en vivienda pero en términos cuantitativos
la principal pérdida es en el ámbito productivo. Se registró una
reducción del hato ganadero en un 5%, sobrevino la pérdida
de parte de la segunda cosecha de soja que no pudo levantarse oportunamente,
ocurrió una reducción de producción de sorgo y
hortalizas, hubo pérdida de pasturas; con la consecuencia de
que habrá una disminución de la producción de
carne y de leche en 2003, 2004 y 2005.
En el sector industrial y comercial ello ocasiona pérdidas en
el procesamiento y comercialización de los productos agropecuarios,
a lo que se suman los daños al acervo y la producción
de las micro, pequeñas, y medianas empresas industriales y las
pérdidas al acervo y las ventas de los micro, pequeños,
medianos y grandes establecimientos comerciales. Ello implica efectos
negativos sobre sector externo y las finanzas del sector público
(en todos los niveles: nacional, provincial y municipal).
Conclusiones
Del desastre
surgen, en particular con respecto a la gestión
del riesgo y el medio ambiente paradojas en relación con la acción
frente a las amenazas naturales: es peligrosa la falsa seguridad de que
las soluciones estructurales por si solas reducen el riesgo.
La “apropiación” del riesgo (su percepción
y valoración) por la sociedad (sectores productivos, sociedad
civil en general) reduce la carga del Estado para reponer el daño.
Dicho de otra forma, la población que no asume su riesgo lo traspasa
al Estado, y se forza el costo en el resto de la sociedad.
El elevado monto total de daños y pérdidas (2,878 millones
de pesos), afectó principalmente las actividades y los sectores
productivos pero más grave –en términos sociales—es
el hecho de que las condiciones de vida de la población de menores
ingresos ubicada en zonas marginales urbanas se han deteriorado significativamente,
al perderse vivienda y enseres, micro y pequeñas empresas, y
empleo.
Persiste todavía en el campo el aislamiento de pequeñas
comunidades y la sobresaturación de los suelos todavía
persistirá por varios meses, pudiendo afectar el ciclo siembra/cosecha.
La disponibilidad de pastura ha causado una reducción en el
hato y afectará la producción y rendimiento de carne
y de leche.
El desastre impuso una carga adicional al Estado – municipal,
provincial y nacional – en términos de recursos para atender
las necesidades emergentes sociales, productivas y de empleo, y de
crear instrumentos para recuperar el aparato productivo. Por ello el
desastre rebasa la provincia tanto en su capacidad de atención
para la recuperación plena, cuanto por la necesidad
de asumir regionalmente y de manera sistémica la gestión
del riesgo y las cuencas.
Las inundaciones pusieron en evidencia la vulnerabilidad y fragilidad
del tejido social, la infraestructura y las actividades productivas
ante la ocurrencia
de fenómenos naturales. Por ello se considera que se hace indispensable
abordar de forma sistemática el tema de la disminución de tales
vulnerabilidades y de manejar el riesgo.
Este desastre compromete la esperada recuperación económica de
Santa Fe para el 2003 y eliminó el precario equilibrio de la economía
local que había logrado superar la crisis de los dos años anteriores
gracias a sus exportaciones agropecuarias.
La estrategia de recuperación
Se estima
que la recuperación habrá de articularse en
torno a cuatro ejes principales:
La reducción de la vulnerabilidad física, mediante la
adopción de un sistema apropiado de alerta temprana, incorporar
la gestión del riesgo en la planificación y diseño
de las políticas de desarrollo, la promoción de la protección
financiera por la población y las actividades en riesgo, la
incorporación de la cultura de la prevención y el riesgo
en los distintos niveles de educación y campañas de concienciación
de la población.
La reposición de la calidad de vida si bien requiere la reconstrucción
y restitución de la vivienda, no se agota allí. Además
de dar acceso a los servicios sociales básicos de educación
y salud es particularmente importante el restablecimiento de las actividades
productivas.
Articular
el apoyo a la población afectada con las acciones –ya
en marcha—de la política social general de recuperación
por la crisis.
El cuarto eje descansa en incrementar la cooperación y articulación
de las acciones de todos los niveles de gobierno (local/provincial/nacional).
Consideraciones finales
La reconstrucción no puede esperar a que termine la fase de emergencia.
En ella el papel de la cooperación externa puede ser crucial para,
al menos tres aspectos. (i) promover la concertación de acciones
tanto entre los niveles de gobierno cuanto entre el Estado y la sociedad
civil; (b) dar certeza a los cooperantes acerca del buen uso de los recursos;
y permitir a autoridades locales y provinciales el acceso a las fuentes
de cooperación.
La “ventana de oportunidad” para que este desastre encuentre
respuesta de la comunidad internacional es muy breve dado que los cooperantes
tienen múltiples y emergentes demandas; y la presión
social local puede afectar la capacidad de generar los consensos necesarios.
En este sentido la valoración del daño y su conocimiento
es el mejor instrumento para movilizar ese apoyo, y no debe esperarse
a tener planes acabados para presentarlos a los cooperantes.
Para mayor información contactar a:
Ricaro Zapata
CEPAL
rzapata@un.org.mx
|