Por: Luis Burón B., UNDRR – Las Américas y el Caribe
CIUDAD DE PANAMÁ, Panamá, 02 de abril de 2020 - La crisis por la pandemia de Covid-19 ha significado una sacudida global. No solo en términos sanitarios, donde ha supuesto incrementar de forma exponencial los recursos para garantizar un mínimo de atención y de cuidados, sino que ha significado un funcionamiento en bloque de los aparatos estatales, que han intensificado sus trabajos intersectoriales para asegurar cubrir todos los posibles escenarios que nacen debido a la crisis sanitaria.
En el centro de estos esquemas intersectoriales aparecen los sistemas nacionales de protección civil y gestión de riesgos, organizaciones especializadas en la reducción del riesgo de desastres y que se han preparado durante décadas para enfrentar desde una perspectiva amplia situaciones tan complejas como la que vive el mundo en la actualidad.
Ciro Ugarte, director del Departamento de Emergencias en Salud en la Oficina Regional de la Organización Panamericana de la Salud, reconoce la importancia que tienen las organizaciones vinculadas al riesgo para participar en la elaboración y desarrollo de estrategias y políticas durante la crisis de Covid-19. "La gestión de riesgo tiene una importancia fundamental en el control epidémico, pues el sistema de reducción de riesgo sabe cómo analizar el riesgo, encontrar debilidades y capacidades en otros sectores, cosas que no lo sabe el sector de salud, por ejemplo", dice.
Añade Ugarte que el liderazgo de las organizaciones de gestión y reducción de riesgo es clave para "tomar decisiones con responsabilidad y conocimiento" para la coordinación durante emergencias, ya que son las que han trazado mapas sobre escenarios similares al actual.
El trabajo de campo
La Comisión Nacional de Emergencia de Costa Rica es una de aquellas organizaciones que, tras el fuerte brote fuera de China, comenzó a trabajar junto con otras instituciones estatales para desarrollar un marco de preparación y contención.
Alexander Solís, presidente de la CNE, asegura que las enseñanzas aprendidas a través de décadas de gestión con fenómenos naturales es vital para entender el mecanismo de contingencia durante esta pandemia. "Esta situación nos deja esa enseñanza de la necesidad de tener esa planificación contingente. Un agente biológico nos causa una amenaza, con riesgos derivados en la parte económica y eso nos generará un efecto dominó sobre el tema social. Un manejo inadecuado nos puede llevar a una emergencia compleja o a un conflicto social, con el agravante de que todos los países de la región estamos en la misma situación", indica. "Los sistemas nacionales de protección civil y gestión de riesgo deben trabajar de forma directa e integral en las estrategias de reconstrucción y recuperación", añade.
Una posición también impulsada a nivel regional por el Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres en América Central y República Dominicana, brazo ejecutor en temas de riesgo del Sistema de la Integración Centroamericana para que la emergencia se aborde desde una visión regional.
"En el plan regional de contingencia se contempló que los sistemas nacionales brindaran asistencia técnica en estimaciones y proyecciones, desarrollan capacitaciones dirigidas al personal de salud de los Ministerios de Salud e instituciones de primera respuesta, realizara gestiones con los países con experiencia en manejo de pandemias, y garantizara en los Estados miembros del SICA la aplicación de medidas de salud pública, humanitarias y de seguridad basadas en género", asegura Claudia Herrera, Secretaria Ejecutiva de CEPREDENAC.
Explica además que "la capacidad que los países de la región han desarrollado a través de la definición de sus marcos jurídicos nacionales vinculados a la gestión integral del riesgo a nivel nacional y el contar con una política Centroamericana de gestión integral de riesgo de desastres ha fortalecido la respuesta coordinada y la conducción estratégica dentro de los sistemas nacionales".
La importancia del Marco de Sendai
En el punto 15 del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 se deja en claro que el compromiso "se aplicará a los riesgos de desastres de pequeña y gran escala, frecuentes y poco frecuentes, súbitos y de evolución lenta, debidos a amenazas naturales o de origen humano, así como a las amenazas y los riesgos ambientales, tecnológicos y biológicos conexos".
"Creo que los países más que nunca debemos entender que las políticas nacionales de gestión y reducción de riesgo deben estar alineadas con el Marco de Sendai", asegura Alexander Solís.
"Hay que apostar por el fortalecimiento de la reducción y la gestión de riesgo con un enfoque sectorial. Si los sectores no han desarrollado sus capacidades, creamos una dependencia absoluta de los esquemas centrales de gobernanza y eso nos hace más vulnerables", añade el presidente de la CNE, quien también resalta la importancia que tiene en estos momentos cumplir con la meta E del Marco de Sendai, que establece lograr avances significativos en materia de RRD para este año.
"La única manera de construir un futuro distinto es involucrarse hoy en las emergencias sanitarias. Hay que abrir la puerta, meterse por la ventana, hay que estar en esas reuniones. Pero entrar para tomar acción, para tomar decisiones. Los los sistemas nacionales de protección civil y gestión de riesgos no pueden ser reemplazados por nadie. Pero al estar ausentes, no participan en la toma de decisiones y todas las decisiones que se toman en estos momentos, demoran más en tomarse y hay más margen de error", finaliza Ugarte.