Por Sophie Hares, UNDRR las Américas y el Caribe.
Desde la práctica de hacer sonar caracolas hasta tocar las campanas de las iglesias, así como enviar alertas a teléfonos celulares, los países del Caribe están analizando medios, tanto de alta como de baja tecnología, para alertar a sus ciudadanos a que se dirijan rápidamente hacia lugares seguros en caso de tsunamis, ya que estos pueden causar grandes estragos en comunidades que no estén preparadas adecuadamente.
Si bien todos los años los devastadores huracanes acaparan los titulares noticiosos, diversos expertos afirman que el riesgo de tsunamis es alto en la región de las Américas y el Caribe, en la cual los países deben hacer más énfasis en la educación y en la preparación de comunidades costeras para que estén listas para enfrentar un tsunami, si desean reducir las pérdidas que estos pueden ocasionar.
Christa von Hillebrandt-Andrade, Gerente del Programa de Alertas sobre Tsunamis en el Caribe, de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), aseveró que esta es "una verdadera amenaza para la región, a la cual se le ha denominado el peligro olvidado. Si los países no están listos y las personas tampoco lo están para responder, podrían producirse cientos de miles de muertes".
La preparación para enfrentar estas olas mortales será un punto principal dentro de la agenda del Día Mundial de Concienciación sobre Tsunamis, que se celebrará el 5 de noviembre y que promoverá una de las metas de la "Campaña Sendai Siete", dirigida a reducir los daños que ocasionan los desastres a infraestructuras críticas y la interrupción de servicios básicos.
El último tsunami que azotó la región ocurrió hace más de 70 años, cuando 2.000 personas fallecieron en la República Dominicana y Haití.
Sin embargo, hay expertos que afirman que ahora el Caribe, cuya población actual es más del doble y mucha de su infraestructura, como aeropuertos y hoteles, se sitúa en zonas costeras, tiene mucho más que perder.
Si bien los tsunamis podrían no representar una de las primeras en la larga lista de prioridades en el Caribe —una región con problemas de liquidez—, sí se han logrado avances considerables, pues se cuenta con más de 80 estaciones sísmicas y otras 100 estaciones para monitorear el nivel del mar, desde Bermuda hasta Brasil, las cuales transmiten datos al Centro de Alertas de Tsunamis del Pacífico (PTWC, por sus siglas en inglés).
Unas 60 comunidades en países tales como Anguilla, Guatemala, Haití y Puerto Rico han recibido una certificación por estár "listas para los tsunamis" (Tsunami Ready) , lo que significa que cuentan con mapas de evacuación y de zonas de amenazas, así como sistemas de alerta, y que reciben capacitación y realizan simulacros con regularidad.
También se realiza el Caribe Wave (Ola del Caribe), el mayor simulacro del mundo en caso de tsunamis, el cual supone la participación de más de 800.000 personas provenientes de casi 50 países.
Cap-Haïtien, la segunda ciudad más importante de Haití, situada cerca de una falla tectónica submarina, es una de las ciudades que están "listas para los tsunamis" y se prevé que este año se inscribirán más pueblos de este país, el cual está considerando que la preparación en caso de tsunamis es una prioridad, según lo informó el Director de Protección Civil de Haití.
El Sr. Jerry Chandler, Director de Protección Civil de Haití, explicó que "el riesgo de tsunamis es muy alto en el Caribe y, ciertamente, aún más alto para un país como Haití, debido a su situación socioeconómica. Somos muy vulnerables".
El funcionario explicó que el lanzamiento de alertas enviadas a teléfonos celulares para informar sobre un tsunami que se acerca, al igual que sobre otras amenazas, ya forma parte de los planes en Haití, donde la incursión de la telefonía celular es alta.
Debido a que un tsunami podría llegar a las costas del Caribe en tan solo cinco minutos después de que se produzca un terremoto, la funcionaria de NOAA, Christa von Hillebrandt-Andrade, indicó que una de las prioridades es la predicción más precisa de la probabilidad de que ocurra un tsunami y su impacto, así como alertas más rápidas para las personas en riesgo.
La funcionaria aseveró que la comprensión del riesgo permite que sea más fácil analizar escenarios y mapear el posible impacto, por lo que diversos científicos de toda la región están estudiando posibles fuentes de tsunamis, lo que incluye volcanes submarinos, tal como el Kick 'em Jenny, en Granada.
Ella señaló que también se está explorando la manera de integrar sistemas de navegación satelital con actividades de monitoreo sísmico, a fin de permitir que los analistas evalúen terremotos de forma rápida y las probabilidades de que generen un tsunami.
Finalmente, la funcionaria dijo que, en el futuro, se podrían adherir sensores de presión oceánica y sísmica a la red de cables submarinos de comunicaciones que se entrecruzan en el fondo marino, con el propósito de recopilar información de forma eficiente.
Ronald Jackson, Director Ejecutivo de la Agencia Caribeña para la Gestión de Emergencias y Desastres (CDEMA), aseveró que actualmente hay una falta de información detallada sobre la forma en que los tsunamis afectarían a los países en un plano individual, lo cual podría utilizarse para determinar zonas seguras y proteger mejor la infraestructura.
El funcionario aclaró que, si bien es cierto que sería costoso salvar esta brecha, esto también ayudaría a los países a diseñar modelos de riesgos para "todas las amenazas", a fin de ser más resilientes, añadiendo que "el reto será determinar cuál será su prioridad entre todas las prioridades, en un entorno en los que hay recursos limitados".
La amenaza anual de los huracanes en esta región significa que gran parte del Caribe cuenta con sistemas de alerta temprana muy bien establecidos que también se pueden utilizar para comunicar alertas en el caso de un tsunami. Sin embargo, debido a que por lo general las comunidades solo tienen unos pocos minutos para evacuar si ocurre un tsunami, diversos expertos aseguran que la educación pública y la capacitación también continúan siendo aspectos fundamentales.
El Sr. Chandler concluyó con las siguientes palabras: "El verdadero problema con los tsunamis es que usted puede salvar a las personas si ellas se pueden salvar a sí mismas".
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