Ante un posible peligro (amenaza) los niños y niñas representan uno de los grupos más vulnerables (con mayores posibilidades de ser afectados), especialmente los que asisten a la escuela al momento de producirse un desastre.
La experiencia ha demostrado el efecto positivo de la educación en reducir los niveles de riesgo y vulnerabilidad a desastres: niños, niñas, adolescentes y comunidades enteras que han sido capacitados en defenderse contra los peligros, pueden reducir el número de víctimas y la pérdida de sus medios de vida en casos de desastres.
El Marco de Acción de Hyogo, adoptado por los gobiernos, establece como una prioridad de acción para los próximos 10 años, “utilizar el conocimiento, la innovación y la educación, para crear una cultura de seguridad y resiliencia a todo nivel”, siendo la inclusión de la reducción de desastres en la educación dentro y fuera de la escuela, uno de los objetivos claves dentro de este eje prioritario.
Existe aceptación generalizada en la comunidad internacional que trabaja en la reducción de riesgos de desastres sobre la necesidad de dedicar esfuerzos a fomentar una cultura de prevención a partir de la educación.
Por ello, resulta imperativo que la educación en todas sus modalidades – formal, no formal e informal – le dedique un mayor énfasis al análisis, a la reflexión y a la acción sobre las causas de los desastres y su vinculación con las condiciones de riesgo y los modelos de desarrollo.
Algunas de las principales actividades que le corresponden a la Educación en Materia de Reducción del Riesgo:
Se debe entender a la comunidad educativa como el conjunto de personas que afectan e influyen en el ámbito educativo. Por ello, se ve involucrada en general toda la comunidad en donde se encuentra la escuela.
La gestión de riesgo genera conocimientos que trascienden los muros de las escuelas, por lo cual, esta cumple con la generación de lazos entre la comunidad, las autoridades y los niños, niñas y adolescentes, en el marco de dinámicas participativas y de integración.
Algunas acciones en que puede intervenir la comunidad educativa:
La responsabilidad de que se tomen las medidas necesarias para garantizar que las escuelas sean seguras desde el punto de vista de los factores estructurales y no estructurales corresponden a:
En este sentido también pueden ser actores claves los medios de comunicación pueden contribuir con conocimiento de causa pueden convertirse en aliados de la comunidad educativa para motivar a los tomadores de decisiones a que adopten medidas necesarias para garantizar la seguridad escolar.
Para mayor información dirigirse al portal temático: www.educacionygestiondelriesgo.crid.or.cr
*Basado en el documento “Escuelas Albergues: ¿Cómo? ¿Cuándo? y ¿Por qué?