MOCAPRED para Mendoza y la región: un modelo de capacitación diseñado con aportes de los actores sociales

Foto: MOCAPRED

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Un grupo de profesionales comprometidos con la Gestión de la Reducción del Riesgo de Desastres se presentó al “Concurso de Proyectos Sociales Prof. Mauricio López”, convocado en noviembre de 2008 por la Secretaría de Extensión Universitaria, SEU, de la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza (Argentina). Al resultar seleccionados por el Proyecto “Educación para la prevención de riesgos y reducción de la vulnerabilidad ante emergencias y desastres: diseño de un modelo de capacitación y participación comunitaria” (MOCAPRED), tuvieron la gran oportunidad de tomar contacto con un sector de la comunidad mendocina con el fin de disponer de un instrumento para la capacitación que tuviese como principales protagonistas a un grupo de actores sociales que viven en una zona de múltiples amenazas y de gran vulnerabilidad.

El proyecto responde a la prioridad de acción Nº 3 del Marco de Acción de Hyogo (MAH) para el 2005 – 2015: Aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres que expresa “Utilizar el conocimiento, la innovación y la educación para crear una cultura de seguridad y resiliencia a todo nivel”. Así se hizo constar en la fundamentación del proyecto, ya que todos los integrantes del equipo extensionista están desarrollando sus tareas, desde 2005, junto a la aplicación y difusión masiva del MAH.

La idea inspiradora parte de la necesidad de contar con un diseño flexible y adaptable que surja de las características socioculturales propias de nuestra región. También se observó y comprobó que precisamos identificar los peligros de origen natural y antrópicos propios de nuestro hábitat, relacionados con las vulnerabilidades detectadas, para percibir los riesgos manifiestos y subyacentes que se deben reducir, en gestiones asociadas. También se informó sobre otras realidades, estableciendo comparaciones y similitudes entre las amenazas que afectan a los distintos países del continente americano.

El modelo de capacitación apunta también a la utilización del lenguaje y modismos propios de Mendoza y de la región a la que pertenece. Se adecua a las diferentes características de cada subregión de la provincia y se consensuó como oportuno que la comunidad supiera, además, cuáles son las palabras y conceptos de la terminología validada por UNISDR.

El equipo extensionista tomó como fuente y ejemplo numerosos casos que abordan la preparación de las personas ante la posible ocurrencia de desastres en América Latina y el Caribe, tanto originados en eventos naturales como en la relación “actividad humana y tecnológica”.

En el Proyecto intervinieron las Facultades de Ciencias Políticas y Sociales, de Filosofía y Letras y de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo, a través de los integrantes del equipo extensionista, quienes desarrollaron un valioso y original trabajo interdisciplinario.

Antecedentes

La provincia de Mendoza pertenece a una región en la cual se han producido desastres de importancia con lamentables consecuencias para la vida y los bienes de las personas, y con daños severos a la infraestructura y el patrimonio cultural y natural de nuestra provincia.

Entre ellos, podemos citar los terremotos de 1944 y 1977 en San Juan, el sismo de 1985 en Mendoza, el aluvión del año 1970 producido por la ruptura del dique Frías, la explosión de la planta de Gas del Estado, en el año 1977, y numerosos eventos meteorológicos como el viento Zonda, intensas heladas y granizadas de gran magnitud.

Es positivo destacar que las instituciones encargadas de la gestión del riesgo de desastres, están desarrollando acciones destinadas a la concientización de las comunidades pero, como sociedad, no estamos debidamente preparados para reducir nuestras vulnerabilidades ante peligros o amenazas de origen natural o antrópico-tecnológicas. No se evidencia una sólida cultura de la prevención-mitigación de desastres, lo que motivó a desarrollar este proyecto para la capacitación comunitaria, orientada a la reducción de vulnerabilidades, en estrecha colaboración con la gestión municipal.

Este trabajo supone una valiosa contribución para quienes tienen la responsabilidad de planificar acciones de reducción de la vulnerabilidad, o tengan que desempeñarse en la respuesta a desastres. Si la comunidad ha percibido sus riesgos, si acepta el conocimiento y comprensión del origen y las consecuencias de cada evento, podrá acompañar con una proactiva adhesión las tareas de las instituciones que trabajan activamente en la protección de la vida.

Para cumplir con los objetivos propuestos, en primer término, se buscaron datos y antecedentes de trabajos similares en la región, y se investigaron experiencias y lecciones aprendidas en nuestra región de América Latina y el Caribe, consultando además a especialistas y expertos en el tema. De la búsqueda, análisis y comparación surge la necesidad evidente de contar con un instrumento adaptado a nuestra realidad sociocultural y también a los peligros o amenazas específicos de la región.

Una experiencia compartida

Para comenzar con el diseño del MOCAPRED se eligió una zona del departamento de Godoy Cruz, Mendoza, de alta vulnerabilidad ante posibles desastres. Se realizó un diagnóstico sobre el espacio seleccionado y el equipo extensionista recorrió varias veces la zona para identificar, clasificar y evaluar los sectores más propensos a desastres.

Los encuentros con la comunidad se efectuaron junto a líderes barriales con el apoyo de la Municipalidad de Godoy Cruz, la cual también colaboró con los soportes tecnológicos que fueron utilizados durante todo el proyecto, con una activa participación institucional.

Las primeras reuniones fueron de “conocimiento y concientización” y, en ellas, los participantes expresaron sus propias interpretaciones de los distintos aspectos de la Gestión de Riesgos. Fue muy interesante observar cómo se inició un cambio de actitud hacia la prevención, a partir del impacto que produjo en los participantes el conocimiento de similares experiencias de capacitación en otros países de Latinoamérica, el Caribe y el Sudeste Asiático, observadas en videos, publicaciones gráficas y sitios web. La información que constantemente divulgan UNISRD, OPS, PREDECAN, OEA y otros organismos internacionales y de la región, fue de gran interés para los participantes, que tuvieron la oportunidad de conocer y comprender las lecciones aprendidas y las buenas prácticas llevadas a cabo en otros países.

Con la aparición de numerosos casos de dengue en abril y mayo de 2009 y la epidemia de la gripe A (H1N1) en Argentina, los participantes solicitaron mayores datos sobre la prevención de estas enfermedades. Este pedido fue valorado por el equipo extensionista como una positiva respuesta a lo que se venía informando en los talleres con la comunidad. La motivación y el interés por la autoprotección había quedado instalada.

Trabajando con la comunidad

Una vez incorporados los conceptos básicos referidos a la Gestión del Riesgo, se comienza con la construcción de los mapas de riesgo participativos, los cuales se realizaron tanto en el Comedor Virgen del Valle como en el Colegio Padre Müllner. Para llevar a cabo esta actividad, se brindan elementos a los participantes sobre la metodología para la realización de los mismos, a partir de la “Guía de trabajo para la elaboración de los mapas de riesgos comunales” confeccionada por la Estrategia Internacional para la Reducción de Riesgos y Desastres (UNISDR, por sus siglas en inglés).

La actividad se desarrolló considerando los siguientes pasos:

  • organización del trabajo
  • discusión sobre riesgos y amenazas (considerando los conceptos vertidos anteriormente)
  • preparación de una guía para la observación y búsqueda de información
  • recorrido por la comunidad y por el interior de cada edificio (escuela y comedor)
  • discusión y análisis de resultados parciales
  • elaboración colectiva del mapa de riesgos

En cada encuentro, se aplicaron estrategias de comunicación para que las personas pudiesen actuar dentro de un nuevo enfoque cognitivo que pudo neutralizar el mito de la invulnerabilidad personal. Se buscó desarrollar en cada una de las personas el plano afectivo-emocional, como técnica para salir del plano íntegramente racional, permitiendo así obtener una visión global sobre el porqué de los desastres y el cómo de su reducción.

Estos encuentros tuvieron como ejes básicos la autoprotección, la autogestión y la resiliencia. El concepto de estas conductas fue incorporado en todos los encuentros y actividades realizadas, considerándose pertinente el abordaje de temas concretos y la combinación de temas más abstractos que tienen que ver con las conductas humanas.

Se considera importante socializar los conceptos de:

Autogestión: Considerada como la capacidad individual o de grupo para identificar las amenazas y vulnerabilidades que son propias y que, a través de la organización interna, permita la movilización para conseguir un resultado, en este caso la protección.

Autoprotección: Se la puede considerar como el conjunto de acciones y medidas encaminadas a prevenir los riesgos sobre las personas y los bienes con el objeto de dar una respuesta adecuada a las posibles situaciones que pueden acontecer para lograr la integridad física y psíquica.

Resiliencia: es la capacidad de un sistema, comunidad o sociedad expuestos a una amenaza para resistir, absorber, adaptarse y recuperarse de sus efectos, de manera oportuna y eficaz, lo que incluye la preservación y restauración de sus estructuras y funciones básicas. Es la capacidad de una comunidad de organizarse tanto antes como durante los momentos apremiantes.

Durante los encuentros, se proyectaron videos documentales, material audiovisual y gráfico sobre experiencias positivas ante desastres y de organización comunitaria en distintos lugares del mundo.

Recordamos que, en un primer momento, se identificaron referentes comunitarios de la zona (presidentes de Uniones Vecinales) a través de registros existentes en la Dirección de Personas Jurídicas de la Municipalidad de Godoy Cruz. En una segunda instancia se amplió la convocatoria a otros referentes vecinales (voluntarios del comedor, docentes de la escuela, miembros activos de organizaciones deportivas) a fin de que el grupo a capacitar fuese más representativo de la comunidad.

Construcción del Modelo

El diseño del MOCAPRED se fue alimentando con los aportes de los participantes al recordar episodios de eventos naturales que forman parte de la cultura popular y su tradición oral.

Debemos destacar dos importantes intervenciones además de las realizadas con los referentes barriales, que sumaron valores para la autogestión de la mitigación de riesgos. Una de ellas tuvo lugar en el Comedor Comunitario Virgen del Valle y la otra en el Colegio Padre Müllner, desde el Club de Ciencias de ese establecimiento.

En el informe presentado por los alumnos del colegio, ellos mismos expresan que “aprendieron a detectar vulnerabilidades, tanto en sectores internos como en el entorno del edificio escolar”. El informe de los alumnos está produciendo una serie de mejoras en el establecimiento y ha extendido el concepto de prevención de riesgos a la comunidad educativa.

Se registraron todas las actividades mediante tomas fotográficas y videofilmación, a los fines de producir, al finalizar el proyecto, un video documental que ahora se incluye en el MOCAPRED como instrumento sensibilizador para futuros grupos a capacitar.

El Modelo de Capacitación para la Prevención de Riesgos y Desastres, MOCAPRED, está organizado de modo tal que permite, con su diseño, que todo capacitador o capacitadora pueda planificar su trabajo de manera más eficaz y sencilla. A tales efectos se produjo un CD interactivo para ser utilizado de una forma dinámica y con participación activa de cualquier segmento poblacional. Se espera que, cada vez que el modelo sea aplicado, se vayan renovando sus aspectos temáticos.

El contenido, la metodología, las herramientas pedagógicas y las estrategias de comunicación de este modelo de capacitación promueven la autoprotección, la autogestión y la resiliencia de las comunidades para la prevención de riesgos y desastres. El cambio de actitud y de conducta que facilita el MOCAPRED propicia la construcción de una cultura de prevención, necesaria para instalarla desde el nivel local para consolidar el desarrollo sostenible, el compromiso humanitario, la solidaridad y la seguridad humana.

Para mayor información contactar a:
Gloria Bratschi
Consutora Internacional
gloria.braschi@gmail.com

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