Foto: © Jose Martich/UNICEF TACRO
El segundo miércoles de octubre de cada año se celebra el Día Internacional para la Reducción de los Desastres, instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1990. Dejado de lado en el año 1999, se retomó en el 2001 para promover una cultura mundial de reducción de desastres. El Día Internacional para la Reducción de los Desastres tiene como objetivo prevenirlos, mitigarlos y lograr que la población esté preparada para enfrentarlos.
Los desastres pueden ocurrir por causas asociadas a "peligros naturales" que pueden ser agravadas por otras de origen antrópico, es decir, causas creadas por el ser humano en su intervención sobre la naturaleza para generar desarrollo.
Es importante tener en cuenta que no todos los desastres son de la misma magnitud: puede haber desastres pequeños y medianos que afectan a familias, comunidades o población, que ocurren cuando se activa algún riesgo localizado. Este desastre ocurre de manera cotidiana, y al sumarse, sus impactos pueden ser equivalentes o mayores a los de los grandes desastres o catástrofes.
No olvidemos que las "Catástrofes NO son democráticas", las pérdidas humanas y materiales causadas por la ocurrencia de un fenómeno natural destructor son mucho más impactantes en los territorios más desfavorecidos que no cuentan con los recursos suficientes para poner en marcha un proceso de recuperación integral.
Después de lo sucedido en Haití, Chile, China e Indonesia en 2010, nos preguntamos si hay algunos otros lugares en las Américas y el mundo vulnerables a los fenómenos naturales extremos. La respuesta es que, por desgracia, existen muchas comunidades, ciudades, barrios y vecindad que son muy vulnerables a que se produzcan hechos tan lamentables como terremotos de gran magnitud, tsunamis, vientos fuertes, huracanes, inundaciones, erupciones volcánicas, desastres tecnológicos etc.; eventos extremos que afectan bruscamente a toda una población.
Como no es agradable creer que algo malo nos pueda suceder y, en ocasiones, no estamos realmente preparados para enfrentar fenómenos naturales extremos, es más fácil negar el riesgo, que tomarnos el trabajo de capacitarnos, equiparnos y organizarnos para mitigarlo. Y por eso seguimos siendo vulnerables y sufrimos consecuencias más graves cuando la amenaza se convierte en un hecho real. Por este motivo, el Día Internacional para la Reducción de Desastres busca disminuir las pérdidas de vidas, la afectación económica, social y ambiental derivada de los peligros naturales extremos y los desastres tecnológicos y ambientales conexos.
El Día Internacional para la Reducción de Desastres pretende lograr que todos y todas reflexionemos en la colaboración solidaria pensando en un bien común, dado que ninguno está exento de ser una posible víctima.
Para mayor información:
Mg. Zonia Luz Reyes Flores
Directora Ejecutiva S.O.S Vidas Perú
zonialuz@yahoo.com
Mg .Lincoln Alayo Bernal
Director Académico S.O.S Vidas Perú
prevencionpe@yahoo.com